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que sepa cuánto más amargo es tener hijo ingrato que mordedura de serpiente. ¡ Fuera! ¡ Fuera!
Sale.

ALBANY. ¡ Por todos los dioses que adoramos! ¿A qué es debido esto?
GONERILL.
No os aflijáis por saber más;
y dejad que su humor obtenga el desahogo
propio de la senilidad.

Entra Lear.
LEAR.
¡Cómo ¿Cincuenta de mis caballeros de una vez?
¿Y en quince días?
ALBANY.
¿Qué sucede, Señor?
LEAL
Yo os lo diré. LA Gonerilll ¡ Vida y muerte! Sí, que me
* [avergüenza que tengas el poder que así quebranta mi virilidad; que estas ardientes lágrimas que a la fuerza me escapan te hagan digna de ellas. Nieblas y torbellinos te confundan. Que heridas insondables por esta maldición de padre se abran en todos tus sentidos.
Ojos viejos e ilusos, si volvéis a llorar por esta causa os habré de arrancar y os tiraré junto al agua vertida para ablandar mi arcilla. ¿A esto, pues, hemos llegado? Que así sea. Tengo otra hija de quien estoy seguro, bondadosa y solícita. En cuanto sepa lo que has hecho, tu cara de lobezna rasgará con sus uñas. Verás cómo
recobro la apariencia a que creías había renunciado ya para siempre.
Sale.

GONERILL.
¿Habéis oído eso?
ALBANY. No me es posible inclinarme de un lado, Goneriil, por el amor que yo os profeso...
GONERILL. Basta, os lo ruego. ¡ Oswald!

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