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Tratamiento psicológico para soportar el “duelo”

Chica llorando

De sobra es conocida la horrible catástrofe ocurrida el pasado 24 de agosto en Amatrice -centro de Italia- donde más de 250 personas  perdieron la vida a causa de un terremoto de magnitud 6 y varios seísmos que se sucedieron posteriormente. Los acontecimientos se vivieron durante las semanas posteriores a lo ocurrido, fundamentalmente a través de los medios de comunicación, con gran estupor dado que hasta fechas recientes las fuerzas de recate seguían encontrando cuerpos. Ante lo ocurrido, las familias de las víctimas deben enfrentarse ahora a un duro proceso emocional; por ello, queremos destacar la importancia que tienen los psicólogos en estos momentos tan difíciles y cuál es su papel.

12 de septiembre de 2016

Según M.P. Barreto, docente en la Universidad de Valencia; y M.C. Soler, psicóloga clínica de los hospitales Dr. Moliner y Arnau de Vilanova; la reacción psicológica ante la muerte se conoce como un proceso de “duelo” -aunque también se llama “pena” o “aflicción”- y hace referencia al dolor emocional que se experimentamos tras la pérdida de algo o alguien significativo en nuestras vidas. Este suele ser un proceso entendido como normal, de duración limitada y que suele evolucionar favorablemente en el tiempo, hasta que la persona consigue superarlo; pero no siempre es así.

La reacción psicológica ante la muerte se conoce como un proceso de “duelo” 

Las autoras del estudio: “Apoyo psicológico en el sufrimiento causado por las pérdidas: el duelo” aseguran que no se trata de una alteración psicológica y que en el mejor de los casos supone un mayor grado de madurez y crecimiento personal. Todos sentimos dolor cuando alguien a quien queremos muere, pero en algunos casos ese dolor puede convertirse en trastornos psíquicos. No hay un tiempo estimado – entre uno y dos años- para el “duelo” ya que depende de diversos factores, pero lo que sí se sabe es que la transición se produce cuando del dolor intenso da paso al recuerdo afectivo.

Para que efectivamente esta transición sea positiva la figura del psicólogo es crucial a la hora de acompañar a los afectados y poder determinar, por tanto, si estos sufren algún tipo de complicación durante el “duelo” que pueda desencadenar otros problemas mayores. Para ello, el profesional requiere de unos conocimientos que le permiten establecer cuáles pueden ser esos factores (situacionales, personales o  interpersonales). Ya que, dependiendo de estos la estrategia médica a seguir será diferente. No obstante, igual de importante que conocer los factores de riesgo lo es detectar aquellos que puedan proteger a los dolientes.

Ambas subrayan que “la intervención clínica eficaz siempre ha considerado al mismo nivel de relevancia el rescate y la promoción de los recursos de la persona y la atención a los déficits que esta pudiera presentar”.

“La intervención clínica eficaz siempre ha considerado al mismo nivel de relevancia el rescate y la promoción de los recursos de la persona y la atención a los déficits que esta pudiera presentar”

Estrategias de afrontamiento

Existen dos tipos: la dirigida al problema y la centrada en la emoción. Así mismo, destacan los modelos intrapersonales, interpersonales e integradores. En cuanto al primero, las autoras hablan de la teoría de Worden; mientras que para el segundo modelo explican el constructivismo de Neimeyer quien plantea la necesidad de reconstruir la visión del mundo a partir de la ausencia del fallecido, y por último el tercero está representado por Bonanno y Stroebe, quienes enfatizan la importancia de los vínculos afectivos.

Sin embargo, ninguno de estos modelos ha desencadenado en estudios que indiquen de forma clara el papel de este tipo de estrategias a la hora de afrontar el “duelo”. Aun así, en los escasos hallazgos de Benight, Flores y Tashiro se observa que “afrontar eficazmente el duelo predecía de manera significativa el bienestar psicológico, el bienestar espiritual y la percepción de la salud”, explican Soler y Barreto.

Ninguno de estos modelos ha desencadenado en estudios que indiquen de forma clara el papel de este tipo de estrategias a la hora de afrontar el “duelo”

Otro aspecto serían los protectores extraídos a partir de los mismos factores de riesgo: el apoyo familiar, la ocupación laboral o la bonanza económica. Pero no siempre un factor de riesgo supondrá un protector, es necesario; según opinan las autores, valorar empíricamente su papel. Como podemos observar, la intervención en personas que sufren una pérdida es muy amplia, ya que acoge todo el proceso de “duelo”. Pero es necesario, según opinan, aclarar el carácter profesional de esta. Es importante que el sanitario no acabe convertido en el substituto del fallecido, así como evitar consuelos fáciles y frases hechas.

Es importante que el sanitario no acabe convertido en el substituto del fallecido, así como evitar consuelos fáciles y frases hechas

Es necesario tener y dejar claro que el objetivo de la intervención no es “olvidar” al ser querido muerto, sino “encontrarle” un lugar en el espacio psicológico que permita la entrada del presente y los retos de la vida. Por otra parte, la atención al duelo debe encontrar el equilibrio entre estimular el avance y respetar el ritmo personal del doliente”, sentencian Soler y Barreto. En este sentido, el marco de trabajo reconocido debe ser el Counselling. Pero, cabe destacar que este tratamiento solo es positivo para el que lo necesita, y no todos responden igual ya que algunos pueden quedarse  encerrados en su patología.