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LA VALÈNCIA D'EL FLACO

 
 
 
 
El Flaco, Marruecos, 1985

 

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
El Flaco, Félix Gabaldón. Spook, 1986 
 
 
 
 
 
Tradicionalmente, un cronista documentaba hechos y costumbres, recopilaba fuentes y acontecimientos, era testigo directo de la vida de un lugar. La narrativa cotidiana actual implicará el apoyo rotundo en la imagen, donde el lenguaje visual se hace imprescindible y el fotógrafo se transforma en un constructor de relatos.
 
 
 
 
 
El Flaco, La Margot y Clara. Cabaret Pachá, 1985
 
 
 
 
 
Estos relatos sociales que avanzaron Bernard Plosu o Walker Evans y después continúan, desde España,  autores como Joan Colom, Luis Baylón, Francisco Moltó o Alberto García-Alix, se muestran reveladores de una realidad genuina que ocurre a partir de la relación entre la ciudad y sus gentes. De esa huella, donde la mirada capta el retrato humano, podemos afirmar que surgiría el germen de las fotografías de José Poveda El Flaco, como un paseante de la ciudad en la que se entremezcla el destino de muchos. El objetivo de su cámara consigue sumergirnos en la crónica social de un período que se revitaliza en cada instantánea, a pesar de su pertenencia a capítulos pasados. La conjugación de la ciudad, el acontecimiento y la psique, nos brinda la oportunidad de contemplar una Valencia con su luz y sus sombras, desde la vibración de los que latieron en ella. Como resultado, el autor consigue un recorrido heterogéneo, aparentemente disparatado y contradictorio, que en el fondo ensambla orden y coherencia. El trabajo fotográfico de El Flaco se nos presenta como una plataforma dónde observar el enorme esfuerzo colectivo que la cultura y sociedad valenciana ha realizado para que Valencia dejara de ser aquello que Carlos Pérez denominó como “La Tierra de la Modernidad Imposible”.
 
 
 
 
 
El Flaco, Joan Fuster y Ramón Lapiedra en el Centre Cultural La Nau de la Universitat de València, 1986
 
 
 
 
 
Locales emblemáticos de día (Los Madriles, Nacher, Lotería Bello, Casa Montaña, Futurama) y de noche (La Marxa, La Torna, Cabaret Pachá, Café Malvarrosa), los colectivos sociales, las manifestaciones y huelgas pero, sobre todo, la gente: Blanquita, Ovidi Montllor, Pepe Rubianes, Rosita Amores, y también Alicia Alonso, José Saramago, Umberto Eco, Catherine Deneuve, Rafael Alberti, Vicent Andrés Estellés, Juan Gil Albert, Matilde Salvador, Mstislav Rostropovich, Rudolf Nuréyef, Nuria Espert, Luis García Berlanga, Manuel Vázquez Montalbán, Emma Cohen, Ricardo Muñoz Suay, Almudena Grandes, Eduardo Arroyo, Carlos Pérez, Anzo, Ramón Gaya, Mariscal, Manuel Hernández Mompó, Monjalés, Michavila, Cualladó, Carmen Calvo, Jarque, Alfaro, Vicente Todolí, Dávila, Rafael Chirbes, Ricardo Pérez Casado, Manuela Carmena o Tomás y Valiente. La lista de esos relatos se sumerge así en un mosaico antropológico, donde algunos visitaron Valencia y otros ya estaban aquí. La cámara de El Flaco, pequeña y discreta, presente en muchos momentos de la vida nocturna, nos recuerda la famosa Polaroid de Andy Warhol, que documentó tantos rostros combinando la espontaneidad y la representación escenográfica.
 
 
 
 
 
El Flaco, Mujer y paloma, 1982
 
 
 
 
 
 
La exposición ‘La València d’El Flaco’ ,organizada por el Vicerectorat de Cultura i Igualtat, y presentada  en el Centre Cultural La Nau, se compone de más de trescientas fotografías y fotomontajes, comprende el paisaje urbano singular, desarrollado entre los significativos años de 1980 y 2004, y se articula  desde cinco secciones: Cultura, Política, Sociedad, Noche y Ciudad.
 
A diferencia de Las ciudades invisibles de Italo Calvino, El Flaco no inventa ningún espacio, ni imagina otro lugar que no sea el presente. Tampoco crea un poemario de retratos secuenciales. La ciudad no es un sueño, pero comparte con Calvino la reflexión de la frase final del libro: “buscar y saber reconocer quién y qué, en medio del infierno, no es infierno, y hacer que dure, y dejarle espacio”. 
 
 
 
 
 
El Flaco, Nuria Espert y Rafael Alberti, 1986
 
 
 
 
 
El proyecto que presentamos desde la Universitat de València, tiene una morfología casi poliédrica, con diversas aristas vinculadas a los procesos de la ciudad y de la vida de sus gentes. En este sentido, destacamos la interesante labor que, como compañeros de viaje del fotógrafo, realizan los autores de los textos, Carmen Alborch, Alfons Cervera, Carles Gámez, Javier de Lucas y Abelardo Muñoz, abordando desde aspectos políticos, sociales y culturales  un acercamiento personal al autor y a la repercusión de sus fotografías en nuestros días. 
 
Y dentro de ese universo particular, el claustro del Centre Cultural La Nau aparece, de modo reiterado,  como un escenario emblemático de retratos: Joan Fuster, Mario Benedetti, Jesús Martínez Guerricabeitia, Vicent Ventura, Ernest Lluch, José Luis Sampedro, Doro Balaguer, Enric Valor, Paco Bascuñán, Pilar Miró, Gonzalo Suárez, Josep Piera, Joan Romero, Ciprià Císcar… Personalidades que participaron firmemente en la construcción del paisaje político y sociocultural que vivimos hoy. Un mapa de testimonios, gestos y rostros que rehúye el sentido olvidado de ‘Eufemia’, la ciudad dibujada por Calvino, donde se cambia la memoria en cada solsticio y en cada equinoccio. Desde la Universitat de València y a través de este proyecto queremos mostrar nuestro reconocimiento a la labor testimonial de El Flaco como narrador y guardián de aquellos relatos. La puesta en valor de su trabajo durante estas tres últimas décadas, implica también reconocer a los protagonistas y hacedores de la historia cultural de Valencia.
 
 
 
 
 
El Flaco, Los 10 de Alacuás, 2000