Para la mayoría de la gente la Tierra Media es tan solo un conglomerado
de razas y hechos fantásticos ubicados en un espacio y tiempo indeterminados,
por no decir inexistentes, para nuestro calendario diacrónico, sin
embargo, yo no lo veo así, y por tanto he determinado como objetivo
inicial de este trabajo, en primer lugar, ver cómo es esa tierra
media tan extraña en apariencia para nosotros, y en segundo lugar,
ver como ese mundo fantástico es acercado al nuestro gracias a las
herramientas mitológicas y de leyenda que utiliza su autor, demostrando
así que la Tierra Media cobra sentido no sólo en la cabeza
de Tolkien y, por tanto, en el conjunto de su obra, sino también
en nuestras mentes, siempre condicionadas por nuestras costumbres y tradiciones.
Es difícil hoy día
abrir un periódico sin encontrar noticias que nos resulten inverosímiles
y de carácter fantástico, pero sin embargo, han sucedido
y suceden cada día llegando a veces a ser casi de fantasía,
por tanto, las aceptamos, nos las creemos y las incluimos dentro de nuestro
ámbito cotidiano. En ese sentido, la Tierra Media no es un periodo
físico y plausible que podamos encontrar en ningún libro
de historia, pero ese mundo ha existido y existe en nuestras vidas porque
es sabido por todo el mundo que la mayoría de nosotros ha crecido
con historias que cuentan las idas y venidas de caballeros peleando con
dragones, ayudados por magos y hadas, acompañados por enanos y demás,
por tanto, la idea de que este mundo exista, aunque sea en nuestras mentes,
no es fantasía porque nosotros la hacemos realidad.
Es relativamente fácil
hablar del mundo de Tolkien en términos generales, pero si analizamos
más de cerca todos estos datos mencionados sobre caballeros, dragones,
enanos, magos, hadas, etc. sin duda alguna nos encontramos ante la descripción
alterada de la Edad Media. La pregunta aquí sería ¿que
relación hay entre la Tierra Media de Tolkien y nuestra Edad Media?
Sin duda alguna, y como ya hemos mencionado anteriormente Tolkien era un
devoto de las historias medievales en general y de la del Rey Arturo
y los Caballeros de la Mesa Redonda en particular, sin embargo el momento
descrito en la leyenda del Rey Arturo, a pesar de estar ambientado en la
edad media, tampoco es real, se encuadra en un momento del medievo que
no existe, es decir, Tolkien se basa en la Edad Media, pero no en la real,
sino en la que aparece en la leyenda de Excalibur. El porqué de
elegir un momento del medievo épico y no real puede cobrar sentido
a través de la siguiente idea: la Edad Media europea es una etapa
histórica y cultural marcada por el oscurantismo y podríamos
afirmar que Tolkien, mediante su Tierra Media, le proporciona la luz de
la que carece. Esta idea puede resultar un poco extraña, sin embargo,
si contrastamos algunas características de ambas tierras
tal vez lo entendamos mejor.
No se debe olvidar nunca que
el oscurantismo reinante en la Edad Media produjo un estado social incomodo,
para las gentes de la época, producto de una religión opresora
y controladora del pueblo, una ausencia de la cultura mínima popular,
una etapa histórica donde las clases sociales están claramente
diferenciadas y no hay relación alguna entre ellas, un momento de
ausencia tecnológica y donde la agricultura es de subsistencia,
en definitiva, una época plagada de paisajes siempre oscuros y de
colores apagados casi lóbregos -parecidos, si cabe, al bosque negro-,
en cambio, Tolkien nos presenta una sociedad mucho más actualizada
a nuestros días en todos los ámbitos socio-culturales, una
sociedad donde no hay en ningún momento mención alguna a
la religión, donde las gentes más humildes tienen mínimos
conocimientos de lectura y escritura, un lugar donde las clases sociales
también están claramente diferenciadas, pero que se relacionan
entre sí llegando incluso a unirse a veces, una etapa tecnológicamente
avanzada con un comercio desarrollado, con unos paisajes vivos casi en
todos los sentidos, una sociedad que, por tanto, pese a estar encuadrada
en la Edad Media es mucho más plausible y agradable para la cultura
del siglo XX.
Tal vez J. R. R. Tolkien después
de leer el Rey Arturo y maravillarse con el mundo descrito se llevo una
gran desilusión al conocer la Edad Media real y decidió llenar
ese vacío entre sus obras y las leyendas, aunque esta idea es disparatada
y tan solo mi humilde hipótesis, yo creo que a mí me hubiese
pasado.
Todo el entramado que emplea
Tolkien para de algún modo llenar ese vacío es algo increíble,
sin embargo, la habilidad de Tolkien a la hora de escribir y describir
va mucho más allá de la correspondencia con la Edad Media,
ya que al mismo tiempo refleja claramente nuestra realidad actual. Si la
idea anterior resultaba un poco extraña, me imagino que esta más
todavía, ahora hay que preguntarse lo siguiente, ¿cómo?,
¿cómo hace Tolkien para describir dos realidades distintas
al mismo tiempo, en el mismo libro, pudiendo ser interpretadas por separado
y sobretodo, qué técnicas o herramientas utiliza para hacer
que esa "tercera" realidad también presente le resulte verosímil
al lector? Sin duda, y como es lógico, una persona que lea "
El Hobbit", pensará inmediatamente en las leyendas medievales
y en esas épocas místicas antiguas localizadas en un tiempo
desconocido. También, como es lógico, al lector le chocara
estar leyendo la narración de una batalla épica en el mundo
fantástico de los hobbits y encontrarse de repente con una referencia
al golf, al fútbol, a las oficinas de correos o a saber.
A nosotros, como lectores
nos gusta encontrarnos en los libros referencias a hechos cotidianos y
conocidos, pero nos sorprende encontrarlos en una obre de este tipo. Bueno,
pues he aquí la habilidad de Tolkien, un maestro que ha introducido
en su obra una base medieval, pero con referencias a leyendas y mitologías
conocidas. Al mismo tiempo, y con gran destreza literaria, las mezcla con
hechos cotidianos conocidos y presentes en la vida diaria actual.
Me gustaría explicar
este punto mediante unas imágenes aclarativas, que en tres etapas
explicaran esta idea:
© Juan Pérez Saura
Esta primera imagen es una
representación de nuestra realidad, una realidad que como podemos
observar esta repleta de cubos, los cuales representan a su vez,
para mi, los temas literarios de hoy en día y todo lo referido a
ellos. Podemos observar que los temas están separados, ya que, los
escritores se dedican a narrar uno hechos determinados de un tema determinado,
pero siempre dentro de nuestra realidad.
© Juan Pérez Saura
Por otro lado tenemos el mundo
inventado por Tolkien, la Tierra Media. Podemos afirmar que todas las obras
de Tolkien unidas forman una sola realidad, forman la Tierra Media,
donde todo se relaciona entre sí, donde los temas se entrelazan,
donde hay, por ejemplo, personajes que aparecen en cinco obras distintas,
en cinco momentos distintos, es decir, no hay temas únicos independientes
a tratar por separado, sino que todos los temas se tratan desde la perspectiva
de un único hecho.
© Juan Pérez Saura
Por ultimo, esta imagen es la que muestra la unos entre los dos mundos. La mitología, la cotidianidad, las tradiciones y demás elementos diarios aquí adoptan la función de conectores, entre dos realidades diferentes, pero iguales al mismo tiempo. Cuanto más cercanos hagamos los hechos acaecidos en la Tierra Media, más acercaremos los mundos, llegando a fusionarlos en un único ente real.
Para concluir me gustaría
decir que a pesar de todo el increíble mundo creado por Tolkien,
de sus dotes de fabulador de heroismos épicos y de las magistrales
obras que plasman su ideario poético, lingüístico y
filosófico, con un estilo narrativo muy característico, el
rico universo de Tolkien gira en torno a un tema básico: la inevitable
corrupción que apareja todo el poder y el subsiguiente combate entre
las fuerzas del bien y del mal, inequívoco reflejo del eterno conflicto
que dirimen las civilizaciones y los hombres desde los albores de la historia.
Tal vez, esta palabra, "eterno", sea la clave, no importa a que momento
histórico se refiera Tolkien, bien sea presente o pasado, el poder
siempre ha estado presente, esta presente y estará presente, bien
se con el nombre de capitalismo, nobleza o como queramos llamarlo, Tolkien
en sus obras nos previene, en cierto modo, de un seguro retroceso al oscurantismo
medieval.
Copyright © Sergio Ligero González
creada: 15/11/99 actualizada: 19/1/2000
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