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Los Estados Unidos estaban entrando en una etapa de fervor
religioso en la que se multiplicaban las visiones místicas, los
actos públicos apasionados y los líderes religiosos que formaban
sus propias Iglesias. Veintidós años atrás había nacido en Vermont
un joven llamado Joseph Smith,
que ahora vivía con sus padres en una granja que éstos habían
comprado baho hipoteca cerca de Palmyra,
en el Estado de Nueva York. Suguiendo la moda de la época, tanto
sus padres como sus abuelos maternos habían tenido experiencias
místicas y sueños en los que habían recibido mensajes de Dios.
Desde pequeño Smith había participado junto con sus padres en
sesiones mágico-religiosas, así como en un negocio con el que
éstos complementaban sus labores de granjeros: la búsqueda de
tesoros. Su técnica personal consistía en meter una piedra en un
sombrero hondo para dejarla en la oscuridad y poder apreciar así
en ella ciertos brillos que le indicaban dónde estaba enterrado el
tesoro. No es difícil imaginar cómo podían usarse estas técnicas
para estafar a algunos incautos y, de hecho, el año anterior había
sido juzgado por estafa. Pese a ello, Smith había formado con
otros socios una compañía para encontrar una mina de plata por
encargo de un granjero llamado Josiah
Stowell. Se sospechaba que la mina tenía que estar cerca
de la localidad de Harmony,
donde dos años atrás había conocido a una chica, que ahora tenía
veintitrés años y se llamaba Emma
Hale. Aunque la mina de plata no aparecía, Smith
frecuentaba Harmony para cortejar a Emma, si bien su padre se
oponía a la relación por motivos tan banales como que Smith era un
estafador sinvergüenza. Finalmente, el 17
de enero de 1827 Smith se llevó a Emma consigo a la
granja de sus padres y el 18 de enero
se casó con ella sin el consentimiento de sus suegros.
Ese mismo día se descubrió en México una conspiración españolista
encabezada por el fraile Joaquín Arenas que pretendía derrocar al
presidente Victoria. El fraile fue fusilado cinco meses después.
El 24 de enero el coronel Enrique Campino dio un golpe
de Estado en Chile con la intención de reemplazar al presidente
Eyzaguirre por el general Francisco
Antonio Pinto, y ocupar él mismo la vicepresidencia.
Eyzaguirre dimitió, pero el golpe fue derrotado y la presidencia
la asumió Ramón Freire, aunque Pinto quedó como vicepresidente.
El 26 de enero estalló un
motín en Lima que depuso al gobierno de Simón Bolívar. El 28 de enero el general Andrés de
Santa Cruz fue elegido como nuevo presidente, el cual convocó
elecciones para un nuevo Congreso Constituyente.
El 9 de febrero, en el segundo
día de combate, Guillermo Brown infligió una derota a la flota
brasileña en la batalla de Juncal,
a la que apresó doce buques e incendió otros tres. El 20 de febrero Carlos María de Alvear
obtuvo una nueva victoria frente a los brasileños en Ituzaingó.
El 5 de marzo murieron el
matemático francés Pierre-Simon Laplace y el físico italiano
Alessandro Volta.
El gobierno rioplatense había distribuido patentes de corso para
fomentar la lucha contra la flota brasileña, y el fuerte de Carmen de Patagones se había
convertido en un refugio de corsarios. El 7 de marzo los portugueses intentaron tomarlo,
pero tuvieron que retirarse dejando un barco hundido y tres
capturados.
El Salvador decidió enviar un ejército a Guatemala para derrocar
al gobierno del presidente-dictador Manuel José de Arce. Éste se
puso personalmente al frente del ejército destinado a sofocar la
rebelión y el enfrentamiento se produjo el 23 de marzo en Arrazola.
Los salvadoreños fueron derrotados con muchas bajas. A
continuación Arce preparó un ejército de 2.000 hombres bajo el
mando del general Manuel de Arzú
para ocupar El Salvador.
El 26 de marzo Rossini
estrenaba en París su ópera Moïse
et Pharaon. Mientras tanto, en Viena, moría Ludwig van
Beethoven. Era un día de tormenta y uno de los testigos de su
muerte afirmó que sonó un trueno en el mismo instante de su
muerte. Su funeral se celebró el 29 de
marzo. Unos 20.000 vieneses salieron a la calle para
presenciar el traslado del féretro hasta el cementerio. Franz
Schubert llevó una antorcha en la procesión. Ha habido muchos
compositores excelentes, pero Beethoven es uno de los pocos que
pueden ser calificados de genios.
Hacía unos años que una pequeña orquesta de cuerda incorporó a
dos jóvenes músicos llamados Joseph
Lanner y Johann
Strauss. Ahora tenían 26 y 23 años, respectivamente.
Lanner decidió formar su propio cuarteto de cuerda, que después
amplió a una orquesta en la que admitió a Strauss. Sin embargo,
Strauss no estaba cómodo trabajando para Lanner y, ahora hacía dos
años, había decidido separarse y formar su propia orquesta, con lo
que se estableció una fuerte competencia entre ambos. Se dijo que
la ruptura había sido violenta, pero eso no parece tener
fundamento, porque Lanner compuso un Vals de la separación en recuerdo del suceso.
Ambas orquestas interpretaban música popular alemana y los
vieneses aficionados a la música solían declararse lannerianos o straussianos. Su competencia
era amistosa, como lo prueba el hecho de que participaran juntos
en varios conciertos benéficos, pero sirvió de acicate para que
ambos directores decidieran ampliar sus respectivos repertorios
con composiciones originales pensadas para ganarse al público.
Ahora Strauss publicaba su primera obra, el Vals las palomitas. (En
realidad ya había compuesto otras, publicadas con el nombre de
Lanner. Más adelante publicaría otros valses compuestos
anteriormente, como el Vals de
la reunión Döbling o El
vals de la asociación.)
El Vals de las palomitas
tenía una estructura muy simple: una mera yuxtaposición de siete
melodías, pero sólo por esto ya difería del vals tradicional, que
normalmente constaba de una o dos melodías. La idea de dar nombres
a las piezas tenía también una finalidad comercial: se trataba de
que el público pudiera recordarlos fácilmente, lo que ayudaba a
vender las partituras.
El caótico gobierno griego decidió reorganizarse. Se constituyó
una Asamblea Nacional en
Trecén la cual el 3 de abril eligió como gobernador de
Grecia a Ioannis Kapodistrias (que seguía en Suiza).
El 8 de abril Guillermo Brown
terminó en Monte Santiago
una segunda batalla que había durado dos días, pero esta vez
fueron los brasileños los que salieron mejor parados. La flota
rioplatense quedó maltrecha e incapacitada para emprender nuevos
ataques.
En Francia los liberales se hacían oír cada vez más. Si no eran
mayoría en el parlamento, se debía únicamente a los fraudes
electorales de los absolutistas radicales, conocidos como los "ultras", pero las protestas
eran cada vez más abiertas. Un día que el rey Carlos X estaba
pasando revista a la Guardia Nacional, los guardias lo insultaron
y amenazaron sin que los oficiales pudieran hacer nada por
contenerlos. Unos días después el rey ordenó la disolución de la
Guardia Nacional.
Lord Liverpool, el primer ministro británico, llevaba ya tiempo
aquejado de una enfermedad y finalmente presentó su renuncia. El 10 de abril fue sucedido por George
Canning, con lo que el asunto de Grecia cobró un nuevo impulso.
Canning convocó una reunión en Londres de las grandes potencias.
El 16 de abril, el presidente
de las Provincias Unidas del Río de la Plata, Bernardino
Rivadavia, envió a Manuel José
García a negociar la paz con Brasil. Sus instrucciones
eran obtener la devolución de la provincia Oriental o, en su
defecto, que ésta se convirtiera en un estado independiente. En
este último caso, las partes no debían exigirse compensación
alguna.
El 24 de abril los otomanos
derrotaron a unos 3.000 griegos en la batalla de Falero (uno de los puertos de
Atenas) cuando, bajo dirección del británico Thomas Cochrane,
trataban de romper el bloqueo de la ciudad. La operación fue un
fracaso y los griegos tuvieron que retirarse con muchas bajas. El
1 de mayo la Asamblea Nacional griega
aprobó una nueva constitución, la primera que no llevaba el
calificativo de "provisional".
El 5 de mayo dimitió Ramón
Freire, el presidente chileno, y el vicepresidente Pinto se
convirtió en el nuevo presidente.
Ese día murió el rey Federico Augusto I de Sajonia, y fue
sucedido por su hermano menor Antonio I, que tenía ya ochenta y
dos años.
Cuando inició sus sesiones el Vigésimo Congreso de los Estados
Unidos, los jacksonianos prepararon un plan maquiavélico para
ganar popularidad: presentaron un proyecto de subida de aranceles
tan exagerado que perjudicaba incluso a Nueva Inglaterra, cuyos
Estados eran los que más insistían en la necesidad de la subida.
Su intención era que el proyecto fuera rechazado con el voto a
favor de un número suficiente de jacksonianos, de modo que los
detractores del arancel no tendrían motivo de queja y a los
partidarios podrían decirles que ellos, los jacksonianos, estaban
a favor y que habían presentado el proyecto de ley, pero que había
fracasado por culpa de los representantes y senadores de Nueva
Inglaterra. Calhoun en la Cámara de Representantes y Martin van Buren (senador por
Nueva York) en el Senado se encargaron de obstaculizar todos los
intentos de los congresistas de Nueva Inglaterra por introducir
enmiendas que hicieran sensato el proyecto. Éste fue aprobado por
la Cámara de Representantes, y el plan era que la mayoría de los
senadores jacksonianos votara también a favor en el Senado, pero
en un número calculado para que el voto en contra de los senadores
de Nueva Inglaterra hiciera que el proyecto fuera rechazado. Sin
embargo, los senadores de Nueva Inglaterra no estuvieron
dispuestos a hacerle el juego a los jacksonianos y, en el último
momento, cambiaron de idea y votaron a favor, para espanto de los
jacksonianos, sobre los que ahora recaía la responsabilidad del
que sería llamado "arancel de
las abominaciones". Adams lo firmó y el 19 de mayo se convirtió en ley. Ese
año el presidente Adams ofreció al presidente mexicano Guadalupe
Victoria comprarle el territorio de Texas por un millón de
dólares, pero Victoria rechazó la oferta.
El 24 de mayo Manuel José
García firmó un tratado con Brasil por el que las Provincias
Unidas le reconocían la soberanía sobre la provincia Oriental y se
comprometían a pagarle una indemnización por la guerra.
Constatando que García no parecía haber entendido muy bien sus
instrucciones, el presidente Rivadavia se negó a ratificar el
acuerdo, pero el hecho causó escándalo en la opinión pública y el
presidente fue el blanco de innumerables críticas.
El 4 de junio inició sus
funciones el Congreso Constituyente peruano convocado por Santa
Cruz. Éste eligió como nuevo presidente a José de La Mar, elección
que no fue del agrado de su predecesor, el cual inmediatamente
empezó a conspirar contra él para provocar su caída. Santa Cruz
formó un triunvirato con otros dos militares: Agustín Gamarra y Antonio Gutiérrez de La Fuente.
El 5 de junio Atenas se rindió
ante los turcos.
El 19 de junio el presidente
Pinto clausuró el Congreso Nacional chileno y todas las leyes de
carácter federalista que éste había promulgado fueron pronto
anuladas. Se convocaron elecciones para un nuevo congreso que
redactaría una nueva constitución.
El 5 de julio Bolívar dejó
Caracas y marchó a Bogotá para convocar una convención que
redactara una nueva constitución que contara con la aprobación de
todos los territorios que integraban Colombia.
El 6 de julio Gran Bretaña,
Francia y Rusia firmaron el tratado
de Londres, en el que, además de los acuerdos
precedentes, se hacía constar que las potencias reconocerían a
Grecia e intervendrían militarmente si fuera necesario para
detener la guerra. Austria y Prusia habían optado finalmente por
no asistir a la reunión. El zar Nicolás I logró que Austria
liberara a Aléxandros Ypsilántis, que se retiró a Viena.
Los misioneros protestantes convencieron Ka'ahumanu, la reina de
Hawai de lo perniciosos que eran los católicos, así que el 7 de julio la reina decretó su
expulsión.
Ese mismo día dimitió el presidente Rivadavia de las Provincias
Unicas del Río de la Plata. Tras su dimisión el Congreso se
disolvió. De la Constitución que Rivadavia le había hecho aprobar
y que todas las provincias habían rechazado nadie volvió a
acordarse. Manuel Dorrego, como gobernador de Buenos Aires, se
convirtió en la máxima autoridad de la provincia, con cierta
supremacía sobre las demás "Provincias Unidas", si bien Rivadavia
no tuvo sucesor como presidente. Dorrego se esforzó por coordinar
a las provincias en la guerra contra Brasil. Sustituyó a Alvear al
frente del ejército en la provincia Oriental por Juan Antonio
Lavalleja, el jefe de los "Treinta y tres orientales" cuyas
acciones habían desencadenado la guerra, y que nunca se había
llevado bien con Alvear.
El 14 de julio murió de
tuberculosis a los 39 años el matemático y físico francés Augustin
Jean Fresnel.
George Canning no pudo ver las consecuencias del tratado de
Londres, pues murió de neumonía el 8
de agosto. Fue sucedido por Frederick Robinson, recientemente nombrado
vizconde de Goderich. El
16 de agosto el tratado fue
presentado oficialmente al reis-effendi,
el ministro de asuntos exteriores otomano.
El disgusto de los ultrarrealistas españoles con el cretino que
Dios les había dado por rey iba en aumento. El 25 de agosto Agustín Saperes, un antiguo
soldado de marina que había desertado durante el Trienio
Constitucional para hacerse guerrillero, emitió un manifiesto en
el que pedía, entre otras cosas, el restablecimiento de la Santa
Inquisición y proclamaba la Guerra
de
los Agraviados. Con otros correligionarios, estableció
una Junta Provisional de
Gobierno del Principado de Cataluña, con sede en Manresa. Sus partidarios
ocuparon algunas poblaciones menores catalanas y asediaron otras
como Gerona y Tarragona. Pronto tuvo seguidores en otras partes de
España. En un principio, los "Agraviados" se declararon carlistas,
pero, al ver que las clases populares cuyo apoyo necesitaban no
comprendían cómo se podía cambiar el rey que Dios había dado a los
españoles por otro distinto, pasaron a sostener que, al igual que
durante el Trienio Constitucional el rey había estado cautivo de
los liberales, ahora lo estaba de los reformistas, y aseguraron
que no querían cambiar al monarca, sino únicamente al gobierno
(por otro formado por "realistas puros").
Ferenc Liszt iba a cumplir dieciséis años. Su padre lo había
llevado por toda europa como niño prodigio de la música, pero el 28 de agosto murió de tifus y así
terminaron las giras. Más adelante Liszt hablaría con disgusto de
esta etapa de su vida, pues, aunque había ganado fama y dinero,
consideraba que su educación se había resentido demasiado. A
partir de ese momento vivió en París con su madre, y dio clases de
piano y composición para ganar dinero, a menudo desde primeras
horas de la mañana hasta entrada la noche. Tenía que recorrer la
ciudad de punta a punta yendo de la casa de un alumno a la de
otro.
El 30 de agosto el reis-effendi negó haber
recibido comunicación alguna del tratado de Londres, mientras que
el 2 de septiembre el gobierno
griego aceptó el armisticio desde el día siguiente. Ante la
previsible respuesta otomana, las flotas británica, rusa y
francesa se dispusieron a intervenir.
El 14 de septiembre el conde
de España fue nombrado capitán general de Cataluña con la misión
de sofocar la revuelta de los
agraviados, y el 18 de
septiembre el propio Fernando VII anunció que viajaría a
Cataluña.
Cada cual usa las técnicas que mejor se le dan para cautivar a
las mujeres, y el joven buscador de tesoros Joseph Smith, antes de
esperar a que el tiempo convenciera a su amada Emma de que se
había casado con un estafador, decidió huir hacia adelante y le
contó una historia en la que combinaba la emoción de la búsqueda
de tesoros con la ingenuidad religiosa de la joven: Smith afirmó
que cuatro años atrás se le había aparecido un ángel que le había
revelado el emplazamiento de un tesoro escondido: unas planchas de
oro con escritos de antiguos nativos americanos. Se encontraban en
una colina cercano llamada Cumorah,
pero, desde entonces, cada año Smith había intentado encontrarlas
sin éxito. Sin embargo, su piedra le había dicho que Emma era la
clave para encontrar las planchas (y ¿qué chica idiota no se
sentiría halagada al saber que era la clave para encontrar un
tesoro escondido anunciado por un ángel del Señor?). Por ello, el
22 de septiembre Smith marchó a
Cumorah con su esposa, la
cual debió de derretirse de la emoción al ver que su amado
buscatesoros encontraba un cofre cerrado en el que aseguraba que
estaban las planchas anunciadas por el ángel. Por desgracia, Emma
no pudo contemplarlas y tuvo que limitarse a tocarlas envueltas en
un paño, ya que el ángel había establecido que nadie debía verlas:
la misión de Smith sería traducirlas y publicar la traducción.
La traducción no era algo trivial, puesto que estaban escritas en
egipcio reformado, una
lengua inexistente. Afortunadamente, el ángel no sólo había
revelado a Smith el paradero de las planchas, sino que además le
proporcionó los medios para traducirlas. No le entregó para ello
una copia de los recientes trabajos de Young y de Champollion
sobre los jeroglíficos egipcios, pues éstos trataban sobre la
lengua egipcia real y hubieran sido de poca utilidad a la hora de
enfrentarse al ficticio egipcio
reformado. Por el contrario, el ángel entregó a Smith las
piedras Urim y Tumim,
palabras que aparecen de forma ambigua en la Biblia, pero que
Smith explicó que nombran unas piedras mágicas capaces de actuar
como "traductores instantáneos", gracias a las cuales, Smith, un
hombre de escasa cultura que en su vida había visto un jeroglífico
auténtico, emprendió el arduo proceso de "traducción".
Específicamente, Emma pudo ver cómo su marido ponía una piedra en
el fondo de su sombrero y así podía leer sobre ella palabras
inglesas que brillaban con luz tenue y que ella transcribía al
dictado sobre papel. Como era usual en este tipo de traducciones
milagrosas, las planchas de oro no estaban presentes durante el
proceso.
El 25 de septiembre Edward Codrington, el
almirante británico, encontró a la flota de Ibrahim Bajá en la
bahía de Navarino, (el
nombre italiano de Pilos, al suroeste del Peloponeso) preparándose
para atacar Hydra.
Ibrahim Baja decidió suspender toda acción hasta recibir nuevas
órdenes de Alejandría o de Constantinopla. Así se lo hizo saber a
Codrington, el cual retiró su flota a la vecina isla de Zante, aunque dejó una fragata
ante Navarino para observar a los turcos.
El 28 de septiembre Fernando
VII y el conde de España entraban en Barcelona escoltados por el
ejército. El rey prometió indultos para todos los sublevados y
explicó que no estaba cautivo de nadie. La jerarquía eclesiástica
colaboró en convencer al pueblo de lo pecaminoso que era rebelarse
contra un rey.
Ibrahim Bajá recibió noticias de que el ejército griego, bajo
dirección británica, estaba asediando Patras, en el golfo de
Corinto. Los oficiales británicos al mando estaban actuando por
iniciativa propia, dado que el gobierno griego, cuyas órdenes
debían seguir, les proporcionaba a menudo instrucciones
contradictorias. Codrington trató de poner fin a esas operaciones,
pero no tuvo éxito. Ibrahim protestó en vano ante Codrington, así
que el 1 de octubre decidió
enviar una flota en auxilio de Patras. La flota británica la
interceptó y la escoltó de nuevo a Navarino. El 3 de octubre, al anochecer, Ibrahim
envió una nueva flota, y esta vez él mismo iba al frente. Logró
salir sin ser visto por los británicos, pero una tormenta le
impidió entrar en el golfo de Corinto y Codrington tuvo tiempo
para alcanzarlo. Lanzó una serie de cañonazos de advertencia e
Ibrahim decidió volver. Imposibilitado de actuar por mar, decidió
continuar la guerra por tierra, y envió hombres a arrasar todos
los pueblos que encontraran a su paso. La flota británica pudo
contemplar las llamas y el humo sobre la costa griega. El 7 de octubre Codrington envió una
protesta, y la respuesta fue que Ibrahim Bajá había abandonado
Navarino (lo cual era falso) y que sus oficiales no sabían nada de
ningún pueblo incendiado.
El 8 de octubre Manresa, la
base de los agraviados,
se rindió sin lucha ante las promesas y explicaciones del rey, y
poco después hicieron lo mismo todas las ciudades en rebeldía. A
continuación el rey actuó según su costumbre: se desdijo de sus
promesas de indultos y fusiló a los cabecillas de la rebelión.
Otras trescientas personas fueron deportadas a Ceuta.
La guerra ruso-persa se había reanudado y su principal escenario
fue Armenia. Tras seis días de asedio, los rusos tomaron la
capital y después penetraron en territorio persa, con lo que el
sha Fath Alí se apresuró a pedir la paz.
Joseph Smith decidió que no podía continuar la traducción de sus planchas de oro en Palmyra. Posiblemente, esto se debió a que unos meses atrás se había disuelto la compañía que supuestamente debía encontrar la mina de plata del señor Stowell, y ahora sus antiguos socios le reclamaban ciertos bienes que Smith se había quedado cuando en teoría eran una propiedad común de la compañía. En cualquier caso, Smith y su esposa embarazada se trasladaron a Harmony, cerca de la casa de sus suegros, que seguían viendo con malos ojos a Smith sólo por el hecho de que fuera un sinvergüenza, pero que no querían perder el contacto con su hija. Los Hale ayudaron a los Smith a conseguir unas tierras y una pequeña granja.
El 12 de octubre Juan Antonio
Lavalleja disolvió el gobierno de la Provincia Oriental e implantó
una dictadura.
El 13 de octubre Henri de Rigny y Login Geiden, los almirantes
francés y ruso (aunque éste era de origen alemán) se encontraron
con Codrington en Navarino. Eran bastante más jóvenes, así que
aceptaron ponerse a las órdenes del británico. Consideraron que el
invierno se acercaba y que pronto sería imposible mantener
vigilada la bahía desde el exterior, así que el 18 de octubre Codrington decidió
entrar en ella y anclar las naves aliadas enfrente de las
otomanas. La maniobra se inició a las 13:30 del 20 de octubre. Los artilleros
recibieron orden de estar preparados, pero de no abrir fuego si no
eran atacados. A las 14:00 la flota empezó a entrar en formación
en la bahía. No hubo ningún intento de impedirles la entrada, pero
Codrington recibió un mensaje de Ibrahim Bajá en el que le
advertía que no tenía permiso para entrar en la bahía y le exigía
que se retirara. Codrington replicó que él estaba allí para dar
órdenes, no para recibirlas, y que si los otomanos abrían fuego,
su flota sería destruida. Cuando su buque insignia ancló en medio
de la flota otomana, Codrington ordenó que una banda militar
tocara música en cubierta para demostrar sus intenciones
pacíficas. La flota aliada se encontraba en una posición muy
desventajosa. El capitán británico T. Fellowes vio que los otomanos estaban
preparando un barco incendiario para lanzarlo contra la flota
aliada, así que envió un bote para ordenarles que desistieran. Los
otomanos dispararon sobre el bote y encendieron el barco. Fellowes
envió entonces un pequeño barco para tratar de remolcar el barco
incendiario, pero los otomanos dispararon sobre él causando
algunas bajas. Fellowes ordenó abrir fuego para cubrir a sus
hombres, y un barco francés que estaba entrando entonces en la
bahía oyó los disparos y abrió fuego también. Así se fueron
multiplicando los disparos y al cabo de poco tiempo ambas flotas
estaban en combate.
La mejor preparación y el mejor armamento de los aliados les
permitió obtener una victoria rotunda frente a los otomanos, cuya
flota quedó destruida. Durante toda la noche sonaron campanas por
todo el Peloponeso: estaba claro que, sin una flota, los otomanos
no podrían retener Grecia. Las celebraciones se produjeron incluso
en los territorios ocupados, y los turcos, desmoralizados, no
hicieron nada por acallarlas. De todos modos, los otomanos
contaban todavía con unos 40.000 soldados en Grecia, por lo que la
guerra no podía darse por terminada.
El sultán Mahmut II no quiso ver la realidad: se proclamó califa
de los musulmanes y declaró la guerra santa contra las potencias
europeas. Cerró el Bórforo a los barcos europeos (medida que
perjudicaba seriamente al comercio ruso), revocó la convención de
Ackerman y Ordenó a Mehmet Alí que no retirara sus ejércitos de
Grecia, al mismo tiempo que los europeos lo conminaban a hacer lo
contrario. Mehmet Alí optó por iniciar largas negociaciones con
los aliados esperando que el sultán se convenciera por sí mismo de
que la guerra en Grecia estaba perdida, y así no tener que
desobedecer sus órdenes.
Por esos días, el gobernador de Argelia decidió reclamar a
Francia una antigua deuda que había contraído Napoleón cuando
solicitó aprovisionamiento para su campaña de Egipto. El embajador
francés, siguiendo las instrucciones del rey Carlos X, se negó a
hacerse cargo de la deuda, y el gobernador, enfadado, lo golpeó
con su abanico. El rey Carlos X aprovechó este gesto ofensivo ("el asunto del abanico")
para romper relaciones diplomáticas con Argelia y preparar una
expedición que, de paso, castigara a los piratas berberiscos que
el país acogía. Para ello empezó a entablar negociaciones con
Mehmet Alí a través de su embajador en Egipto, Bernardino
Drovetti. Incidentalmente, ese año Champollion convenció al rey
para que comprara a Drovetti un lote de antigüedades egipcias, que
fueron enviadas al museo del Louvre.
El 27 de octubre Bellini
estrenó en la Scala de
Milán su ópera Il pirata,
con la que cosechó un nuevo éxito. Era considerado como el único
compositor italiano a la altura de Rossini, con un estilo muy
distinto: la música de Bellini se ajustaba mucho más al drama y en
su estilo predominaba la expresividad sobre las florituras.
El 12 de noviembre estalló una
revuelta de indígenas en el Perú que todavía decían luchar por el
rey de España. Tras una cruenta campaña militar, la revuelta fue
sofocada.
El 26 de noviembre Johann
Strauss estrenó en una fiesta su vals Sentimientos vieneses, una de sus primeras obras
con una forma definida: introducción, varias melodías de vals, una
de ellas más destacada, y una coda.
Ante las evidencias de conspiraciones españolistas, el 20 de diciembre el presidente
mexicano Guadalupe Victoria decretó la expulsión de los españoles
del territorio mexicano. Desde hacía más de una década la
aristocracia mexicana estaba vinculada a una logia masónica,
conocida como la logia
escocesa, cuyo gran maestre era el vicepresidente Nicolás
Bravo, pero dos años atrás había surgido una logia rival, la logia yorkina, que agrupaba a
las clases populares y a los liberales. La logia escocesa
respaldaba también a los españoles y se venía oponiendo al decreto
de expulsión desde que empezara a plantearse, varios meses atrás,
mientras que, naturalmente, los yorkinos estaban a favor. La
influencia cada vez mayor que tenía sobre el gobierno la logia
yorkina (a la que pertenecía el embajador estadounidense, Joel Roberts Poinsett)
preocupaba cada vez más a los escoceses. Unos meses atrás se había
producido un intento de rebelión en Veracruz secundada por varios
militares, entre ellos Antonio López de Santa Anna, pero el
presidente Victoria había enviado a sofocarla a Vicente Guerrero
(yorkino) y su popularidad (por el papel que había desempeñado
durante la guerra de independencia) bastó para que los sublevados
—juzgando que no contarían con respaldo suficiente— optaran por
retractarse y juraran fidelidad al gobierno. Sin embargo, ahora se
producía un nuevo alzamiento. En principio no era especialmente
alarmante: el teniente coronel Pedro
Espinosa se hizo fuerte en un pequeño territorio con unos
300 hombres, pero la situación se agravó cuando el propio
vicepresidente Bravo dejó la capital para unirse al
levantamiento. Al parecer, Guadalupe Victoria fue advertido
de los planes de Bravo, pero decidió no tomar medidas mientras no
demostrara claramente sus intenciones, en parte por la confianza
que tenía en él, y en parte porque una acción contra él cuando su
implicación todavía podía considerarse dudosa podría interpretarse
como alguna clase de maniobra política turbia.
Los absolutistas franceses no habían podido evitar que las
últimas elecciones dieran la mayoría a los liberales en el
parlamento francés. El 4 de enero de
1828 el ultramonárquico Villèle se vio obligado a dimitir
de su cargo de primer ministro y fue sucedido por Jean-Baptiste Gay, el vizconde
de Martignac, monárquico
moderado, que no contó con apoyos ni en el parlamento liberal ni
en la camarilla del rey Carlos X, formada por "ultras".
En México, los militares que el año anterior se habían alzado en
Veracruz se pusieron a las órdenes de Nicolás Bravo, excepto Santa
Anna, que, en cuanto comprobó que las fuerzas leales al gobierno
eran más numerosas, decidió unirse a ellas, a pesar de que su
propio hermano estaba entre los rebeldes. Esta vez Vicente
Guerrero no pudo evitar el enfrentamiento armado, que tuvo lugar
el 6 de enero en Tulacingo. Los rebeldes
sumaban un millar de hombres, y el enfrentamiento no fue muy
cruento (contaron 6 muertos y 20 heridos), pero fueron derrotados.
Nicolás Bravo y los demás cabecillas se libraron por poco de la
pena de muerte. Fueron desterrados y marcharon a Quito, mientras
que Santa Anna fue nombrado gobernador de Veracruz.
El 7 de enero Ioannis
Kapodistrias desembarcó en Grecia. Era la primera vez que pisaba
la Grecia continental.
George Canning, el anterior primer ministro británico, había
contado con el apoyo de los tories
moderados, pero no con los más radicales, que empezaban a ser
conocidos como "ultras",
por analogía con los absolutistas radicales franceses. Por ello
había tenido la necesidad de incluir algunos whigs, también moderados, en
su gabinete. El primer ministro actual, el vizconde Goderich, se
mostró incapaz de manejar tal combinación de whigs y tories y acabó dimitiendo el
21 de enero, a los pocos meses
de asumir el cargo. El nuevo primer ministro fue el duque de
Wellington, que inmediatamente adoptó una política conservadora,
pero no del gusto de los ultras.
El 31 de enero murió en Viena,
en la miseria, Aléxandros Ypsilántis, uno de los impulsores de la
revolución griega.
México veía una amenaza en la isla de Cuba, que dominaba el golfo
de México y podía servir de base para un intento de reconquista
español. Por ello, preparó una flota de tres barcos que puso bajo
el mando del comodoro estadounidense David Porter, y la envió con la finalidad de
hostigar a los barcos españoles. Si era dudoso que con ello los
españoles se vieran obligados a abandonar la isla, al menos España
podría terminar reconociendo la independencia de México, lo que
permitiría la firma de un acuerdo que pusiera fin a las
hostilidades. El 10 de febrero,
uno de los barcos, el Guerrero,
comandado por David Henry
Porter, sobrino del anterior, divisó cerca de Mariel (en la costa cubana)
varios buques comerciales españoles escoltados por dos barcos de
guerra. Porter atacó y la escuadra española huyó a La Habana. Los
españoles enviaron inmediatamente un buque de guerra que encontró
al Guerrero en la
madrugada del 11 de febrero, lo
conminó a rendirse pero, insensatamente, Porter optó por el
combate. Tras dos horas y medio de intercambio de disparos, Porter
murió y el Guerrero se
rindió. Fue llevado a La Habana, reparado e integrado en la flota
española rebautizado como el Cautivo.
Pese a este revés, los otros dos barcos mexicanos continuaron
hostigando al tráfico marítimo español, con más éxito que en esta
ocasión.
Joseph Smith estaba planteándose abandonar la traducción de sus
planchas de oro, en parte por la oposición de sus suegros, que no
dejaban de intentar convencer a su hija de que era idiota y que su
marido era un embaucador, en parte porque Emma, en su estado
avanzado de embarazo, cada vez le era de menos utilidad. Sin
embargo, por estas fechas se le presentó la ocasión de
reemplazarla por otro idiota. Se trataba de Martin Harris, un próspero
granjero de cuarenta y cinco años vecino de sus padres. Harris era
de los que veía parpadear de forma extraña la llama de una vela
por efecto del viento y pensaba que era cosa del diablo. Se había
creído desde el principio toda la historia del ángel y de las
planchas doradas y había proporcionado algo de dinero a Joseph con
ocasión de su mudanza. Ahora se presentó en su casa dispuesto a
hacerle de escriba en sustitución de su esposa. La ilusión y el
dinero de Harris dieron nuevo aliento a Smith para continuar con
su trabajo.
El 21 de febrero Rusia y
Persia firmaron el tratado de
Turkmenchay, que ponía fin a la guerra entre ambas
naciones. En él, entre otras cláusulas, Persia renunciaba a sus
reivindicaciones territoriales sobre Rusia en el Cáucaso, se
comprometía a pagar una cuantiosa indemnización, reconocía a Rusia
el derecho de navegación por todo el mar Caspio y todas sus
costas, a la vez que perdía tal derecho, y aceptaba varios
acuerdos económicos en las condiciones dictadas por Rusia. Unos
días antes, una multitud furiosa había entrado en la embajada rusa
en Teherán y había asesinado a sus ocupantes, incluido el
embajador. Para evitar represalias rusas, el sha Fath Alí envió al
zar Nicolás I un enorme diamante de 88.70 quilates, conocido desde
entonces como el diamante sha.
En marzo Ohm renunció
finalmente a su plaza de profesor en Colonia y pasó a ganarse la
vida enseñando matemáticas en varios colegios de Berlín.
La legislación británica prohibía a los católicos ejercer cargos
públicos y en particular ocupar un escaño en el parlamento. Sin
embargo, la opinión pública llevaba ya un tiempo apoyando la emancipación católica, es
decir, la supresión de estas leyes. Uno de los principales
impulsores de la emancipación católica era el abogado irlandés Daniel O'Connell, que llevaba
varios años reclamándola y ese año ganó fue elegido como
representante en la cámara de los comunes, aunque no pudo ocupar
su escaño porque para ello tenía que abjurar de su religión. Todos
los intentos de llevar a cabo la emancipación habían sido
detenidos por la cámara de los lores y, sobre todo, por la
oposición del monarca. Jorge III se había mostrado inflexible al
respecto y su hijo, que antes de acceder al trono parecía estar a
favor, adoptó finalmente la misma actitud que su padre. Durante
los primeros años se limitó a dar instrucciones privadamente a los
sucesivos primeros ministros para evitar que prosperara ninguna
ley emancipatoria, pero cuando George Canning se mostró
abiertamente a favor de la emancipación no tuvo más remedio que
pronunciarse públicamente en su contra. Sin embargo, la presión
fue aumentando y sir Robert
Peel, el secretario del interior, que siempre se había
opuesto a la emancipación y había llegado a retar en duelo a
O'Connell, se persuadió de que Irlanda estaba al borde de la
rebelión por este asunto, y cambió de postura. Convenció al duque
de Wellington, que también se había mostrado siempre contrario a
la emancipación, y con un elocuente discurso logró que el 24 de marzo la Cámara de los Lores
aprobara el Acta de ayuda a los
católicos. Wellington tuvo que amenazar con dimitir de su
cargo de primer ministro si el rey no daba su visto bueno.
El 30 de marzo un terremoto
dejó en ruinas la ciudad de Lima.
El 9 de abril se reunió en
Ocaña la convención convocada por Simón Bolívar para redactar una
nueva constitución para Colombia. Bolívar apostaba por una
constitución centralista, mientras que Francisco de Paula
Santander quería una constitución federalista. Además de los
partidarios de unos y de otros, había un sector de independientes
que no tenían un criterio definido.
El ejército federal de Manuel de Arzú había tomado San Salvador,
pero los salvadoreños resistían en el resto del Estado en lo que
ya era una guerra civil contra el gobierno federal. El hondureño
Francisco Morazán se dispuso a ayudar a los salvadoreños y salió
en su auxilio al frente de unos 1.400 hombres, que fueron
denominados "El ejército
protector de la ley".
A regañadientes, el rey Jorge IV de Gran Bretaña aceptó la
emancipación católica y el 13 de abril
aprobó la nueva ley. Los ultras
empezaron a conspirar para lograr la caída de Wellington.
El 15 de abril murió en su
exilio de Burdeos el pintor español Francisco de Goya.
El 18 de abril fue proclamada
en Perú una nueva Constitución que reemplazaba a la Constitución Vitalicia que
Bolívar había tratado de imponer. Sucre había logrado implantarla
en Bolivia, donde fue convertido en presidente vitalicio, apoyado
por las tropas colombianas que aún permanecían en el país, pero
ese mismo día estalló un motin en Chuquisaca y el mariscal fue
herido de dos disparos de bala. El 23
de abril fue sofocado un intento de rebelión contra el
presidente peruano José de La Mar. A finales del año anterior se
había producido otro y unas semanas después se produciría un
tercero. Todos fueron atribuidos a las intrigas de Santa Cruz, si
bien no pudo ser relacionado con ellos.
Los rebeldes bolivianos de Chuquisaca eligieron un presidente, José Antonio Acebey, el cual
pidió ayuda al general peruano Agustín Gamarra, que tenía un
ejército en la frontera con Bolivia esperando la oportunidad de
intervenir en el país vecino. Gamarra envió un mensaje a Sucre
ofreciéndole sus tropas para proteger su vida y mantener el orden,
pero el 1 de mayo, antes de
recibir respuesta, cruzó la frontera con 5.000 hombres sin
autorización del presidente La Mar. Entonces emitió una proclama
en la que criticaba la política de Simón Bolívar y sus
partidarios, como Sucre, y proponía que Bolivia y Perú se unieran
en una sola nación. Algunos oficiales bolivianos se entrevistaron
con Gamarra y se unieron a él, entre ellos el general Pedro Blanco Soto. A lo largo
del mes, el ejército peruano ocupó la mayor parte de Bolivia.
Ese año había elecciones presidenciales en los Estados Unidos, y
la campaña electoral fue larga. De hecho, los republicanos
demócratas habían reconocido a Andrew Jackson como su candidado
apenas unos meses después de que perdiera las elecciones
anteriores, y éste renunció inmediatamente a su cargo de senador
para concentrarse en la campaña electoral. John Quincy Adams, por
su parte, se presentaba a la reelección apoyado por los
republicanos nacionales. Como candidato demócrata a la
vicepresidencia se presentó Calhoun, el vicepresidente de Adams.
Esto no era una traición, pues en las elecciones anteriores ya
había figurado tanto en la lista electoral de Jackson como en la
de Adams. El candidato nacional a vicepresidente fue Richard Rush, el secretario
del Tesoro del gobierno de Adams.
El sistema electoral se iba haciendo paulatinamente más
democrático. En las elecciones anteriores votaron unos 350.000
hombres, mientras que en las próximas tenían derecho a voto cerca
de 1.150.000. El hecho de que una parte de las clases bajas, con
escasa cultura, accediera al derecho de voto se tradujo en el uso
de técnicas demagógicas en la campaña electoral. La de ese año fue
la primera campaña "sucia", al estilo moderno, en la que los
partidarios de Jackson vertieron sobre Adams y su gobierno toda
clase de falsas acusaciones, exageraciones y mentiras. La
respuesta de los nacionales fue aprovecharse de que Jackson era
masón y a menudo ensalzaba públicamente la masonería. Así,
los partidarios de Adams se sumaron a los recelos contra los
masones que se habían extendido durante el año anterior, sobre
todo por el misterioso caso Morgan. Ese año, un periodista llamado
Thurlow Weed, fue forzado
por los masones a vender su periódico, el Rochester Telegraph, tras lo
cual se apresuró a fundar uno nuevo, el Antimasonic Enquirer, que canalizó la oposición
a la masonería en Nueva York. Pero Weed fue más allá y fundó su
propio partido político, el Partido
Antimasónico, que presentó un candidado a gobernador de
Nueva York, aunque perdió las elecciones frente a Martin van
Buren, que había tenido que presentarse a gobernador para asegurar
el voto a Jackson en el Estado de Nueva York.
El sultán Mahmut II había cerrado el tráfico marítimo por los
Dardanelos y Rusia no estaba dispuesta a consentir semejante
medida. En junio un ejército
ruso dirigido por el propio zar Nicolás I cruzó el Danubio
entrando en territorio otomano. Poco antes, otro ejército dirigido
por el general Wittgenstein había entrado en Valaquia y avanzaba
hacia Bucarest. Se iniciaba así una nueva guerra entre Rusia y el
Imperio Otomano.
Las reformas en el ejército que estaba introduciendo el sultán
incluían la formación de bandas que interpretaran marchas
militares "a la europea". Para ello, contrató los servicios del Giuseppe Donizetti, el hermano
menor del compositor italiano, que tenía entonces cuarenta años.
Además de formar músicos militares, Donizetti Bajá dio clases de música a la familia
real (incluyendo a las muchas esposas del harén del sultán) y
compuso el primer himno oficial del Imperio Otomano.
Ante la falta de acuerdos, el 10 de
junio los partidarios de Bolívar se ausentaron de la
convención de Ocaña, la cual quedó inoperativa por falta de
quórum.
Martin Harris estaba entusiasmado en su papel de escriba de Joseph Smith, pero no podía decirse lo mismo de su santa esposa, Lucy Harris, que más bien era de la opinión de que su marido era idiota y Smith un jovenzuelo sinvergüenza.
Ante el escepticismo de su costilla, Harris instó a Smith a que
le proporcionara un fragmento del texto original de las planchas
junto con la traducción correspondiente, para presentárselos a un
especialista. Con renuencia, Smith aceptó, y unos días después le
dio un papel con unos garabatos, papel que Harris llevó al famoso
lingüista neoyorkino Charles
Anthon del que solicitó su opinión. Según Smith, Anthon
afirmó que la traducción era correcta, y mucho mejor que cualquier
otra traducción del egipcio que hubiera visto antes, y que los
garabatos eran auténticos caracteres egipcios, caldeos, asirios y
árabes. Más aún, Anthon emitió un certificado de autenticidad,
pero lo hizo pedazos tan pronto como Harris le informó de que el
texto provenía de un libro revelado por un ángel. Por su parte,
Anthon declaró que todo eso era mentira, que los garabatos de
Harris le parecieron una broma desde el principio y que lo que
escribió fue que no parecían ser más que una mera imitación de
varios caracteres alfabéticos sin ninguna conexión entre ellos.
Más aún, concluyó que estaban evidentemente inspirados en el
calendario azteca que Humbold había dado a conocer hacía tiempo.
Otros testigos relatan que todos los profesores consultados por
Harris comprendieron que éste era un idiota víctima de una estafa.
Probablemente le siguieron la corriente para deshacerse de él y,
fuera como fuera, el caso es que Harris volvió con Smith
definitivamente convencido de que era un profeta y no un
sinvergüenza.
No opinaba igual la señora Harris, que siguió presionando a su marido para que a su vez instara a Smith a enseñarle las planchas de oro. Una vez se presentó con su marido en casa de Smith y se puso a rebuscar donde se suponía que estaban guardadas para convencer a su marido de que todo era un cuento. Sin embargo, se encontró con una gran serpiente que le quitó las ganas de seguir buscando. Unos días después Harris consiguó el permiso de Smith para mostrarle a su esposa su manuscrito con la parte traducida hasta entonces (116 páginas). El resultado fue que Lucy no sólo no se convenció del origen divino del manuscrito, sino que éste acabó extraviándose. Tal vez Lucy pensara que haciendo desaparecer los papeles pondría fin a tanta tomadura de pelo y, aunque no obtuvo un éxito completo —si es que fue ella realmente la responsable de la desaparición— sí que es cierto que puso al "profeta" en un apuro. Teóricamente, lo que procedía era armarse de santa paciencia y volver a empezar con la "traducción", pero, ¿qué pasaría si la nueva versión no coincidía con la anterior? Aunque Harris fuera idiota, podría recordar diferencias significativas o, lo que era peor, el manuscrito extraviado podría reaparecer, y la comparación con una nueva versión podría sugerir que a Urim y Tumim les faltaba algo de aceite. La solución fue que el ángel se llevó las planchas y Smith perdió su capacidad de traducción. Mientras sucedían estos hechos, el 15 de junio la esposa de Smith dio a luz un hijo que murió a las pocas horas.
El mariscal Sucre pidió ayuda a Bolívar ante la invasión peruana
y el 20 de junio Colombia
declaró la guerra a Perú.
El 23 de junio el tío de la
reina María II de Portugal encontró los apoyos necesarios para
usurparle el trono y convertirse en el rey Miguel I. Inmediatamente
abolió la constitución liberal que había proclamado su hermano
Pedro e instauró un régimen absolutista. María II marchó al exilio
y visitó varias cortes europeas.
El 2 de julio se iniciaron
conversaciones en Constantinopla para determinar las fronteras que
tendría el futuro estado griego. El ejército de Ibrahim Bajá
seguía en el Peloponeso, aunque privado de suministros por la
falta de una flota. En Francia la opinión pública estaba
decididamente decantada por liberar a Grecia, así que Martignac no
tuvo más opción que proponer a Gran Bretaña una expecidión al
Peloponeso para expulsar a los turcos y egipcios. El duque de
Wellington se negó a participar, y Rusia estaba ocupada con su
propia guerra contra los turcos, así que finalmente, con el
consentimiento de ambas potencias, Francia se hizo cargo por sí
sola de la operación.
El año anterior se había inaugurado la línea de ferrocarriles
entre Baltimore y el estado de Ohio, y ahora, el 4 de julio, se empezaba a construir
la primera línea de ferrocarril que transpotaría carga además de
pasajeros. El primer golpe de azada lo dio Charles Carroll, el
último firmante de la Declaración
de Independencia que seguía con vida, a sus noventa y dos
años.
La supremacía peruana hizo que Antonio José de Sucre capitulara y
el 6 de julio firmó con Agustín
Gamarra el tratado de Piquiza,
por el que se ponía fin a la guerra entre Perú y Bolivia. Gamarra
se comprometía a sacar su ejército del país mientras que Sucre
debía presentar su renuncia ante el congreso de Chuquisaca y
marcharse con las tropas colombianas.
Ese mismo día Francisco Morazán obtuvo una victoria contra el
ejército federal centroamericano en la batalla de El Gualcho.
El 27 de julio las tropas
colombianas abandonaron Bolivia por mar.
Ese año murió el rey Radama I de Madagascar. No dejó
descendencia, así que, según la costumbre matrilineal del país,
debía ser sucedido por Rakotobe,
el primogénito de su hermana, pero su viuda Ranavalona se enteró de la
muerte de su esposo antes que Rakotobe (hay quien dice que porque
fue ella quien lo envenenó), y tuvo tiempo de asegurarse la
lealtad de la jerarquía militar y, después de ejecutar todo
posible candidato al trono, se proclamó reina el 1 de agosto. Inmediatamente canceló
todos los tratados con potencias extranjeras que había firmado su
esposo y expulsó a todos los extranjeros.
El 9 de agosto, el presidente
chileno Francisco Antonio Pinto promulgó una nueva Constitución,
de corte liberal.
Champollion cumplió finalmente su sueño de viajar a Egipto. El 18 de agosto desembarcó en
Alejandría como miembro de una expedición franco-toscana. Visitó
El Cairo, Asuán y llegó hasta Abú Simbel.
Paganini inició una gira por Europa que le valió una inmensa fama
internacional. Dio conciertos tanto en teatros como en fiestas
privadas. Los primeros meses los pasó en Viena.
Johann Strauss compuso los valses Carnaval vienés, en el que incluyó melodías de
Carl Maria von Weber, y el vals
del puente colgante, escrito para la inauguración del
primer puente colgante sobre una rama del Danubio que pasa por el
interior de Viena.
La guerra entre Brasil y las Provincias Unidas del Río de la Plata había llegado a un punto muerto: los rioplatenses dominabal el territorio en disputa, pero el bloqueo brasileño al Río de la Plata estaba asfixiando la economía rioplatense. Además, Gran Bretaña presionaba para que terminara el conflicto. Manuel Dorrego, el gobernador de Buenos Aires, se había negado a aceptar el acuerdo firmado por Manuel José García bajo la presidencia de Rivadavia, pero estuvo dispuesto a reabrir las negociaciones y el 27 de agosto concluyó en Río de Janeiro una Convención preliminar de Paz en la que se acordó convertir a la Provincia Oriental o Cisplatina en un Estado independiente. Sus habitantes debían convocar una Asamblea Constituyente que redactaría una constitución que sería supervisada tanto por Brasil como por las Provincias Unidas. Además, ambos países se comprometieron a ayudar militarmente al gobierno legal del nuevo país si en el plazo de cinco años se veía perturbado por alguna revuelta interna, aunque éste no reclamara ayuda alguna. Pasado ese plazo, no habría intromisión en los asuntos internos. Por último, los dos países firmantes se reservaban el derecho de navegación por el Río de la Plata por un periodo de quince años.
Ese mismo día Simón Bolívar pretendió resolver los obstáculos
para elaborar una constitución de consenso proclamándose dictador
de Colombia. El cargo de vicepresidente quedó suprimido. Los
liberales empezaron a organizarse en Sociedades de salud pública que no vieron mejor
forma de evitar la dictadura que matar al dictador.
El 29 de agosto llegó a
Navarino la flota francesa que transportaba las primeras brigadas
para la invasión del Peloponeso, bajo el mando del general Nicolas Joseph Maison. Kapodistrias
había
anunciado a los griegos la llegada de los franceses, que fueron
bien recibidos por la población.
El 3 de septiembre Gamarra
abandonó Bolivia con su ejército para incorporarse a la guerra
entre Perú y Colombia.
Ibrahim Bajá ponía excusas para retrasar la evacuación de Grecia,
pero fue informado de que los oficiales franceses tenían problemas
para contener a sus soldados, que estaban deseando enfrentarse a
los otomanos, así que el 7 de
septiembre anunció que empezaría a replegarse al cabo de
dos días.
Cuando Joseph Smith consideró poco probable que reapareciera la
traducción perdida de sus planchas de oro, decidió que el 22 de septiembre, en el aniversario
de su hallazgo de las planchas, en ángel reapareciera y se las
devolviera para que pudiera así reiniciar la traducción. No
obstante, no se puso a ello de momento.
Ese mismo día murio el rey Shaka Zulú. Había organizado a los
zulúes hasta formar un reino de unos 30.000 kilómetros cuadrados
con un ejército de unos 25.000 guerreros. Sus hermanastros Dingaan y Mhlangano habían tratado de
asesinarlo en varias ocasiones y finalmente tuvieron éxito. Luego
Dingaan asesinó a Mhlangano, se convirtió en el nuevo rey de los
zulúes y empezó a depurar el reino de los partidarios de Shaka.
La noche del 25 de septiembre
unos doce civiles y veinticinco soldados dirigidos por el
comandante Pedro Carujo
forzaron la puerta del palacio presidencial colombiano, mataron a
los guardias y buscaron la habitación de Bolívar. Su amante, Manuela Saenz, oyó ruidos y
alertó al "libertador". Éste cogió su pistola y su sable y se
dirigió hacia la puerta, pero Saenz le aconsejó que huyera por la
ventana. Así lo hizo y de ese modo salvó su vida. Durante los días
siguientes los responsables del atentado fueron capturados y
procesados. Carujo fue indultado, pero Francisco de Paula
Santander fue hallado cómplice de la conspiración (aunque nunca se
aportaron pruebas) y se le condenó a muerte. Finalmente se le
conmutó la pena por el destierro y marchó a Europa.
El 29 de septiembre, tras un
largo asedio, un ejército ruso de unos 32.000 hombres tomó a los
turcos la ciudad de Varna, en Bulgaria, defendida por unos 50.000
hombres. Ambas partes sufrieron muchas bajas.
El 5 de octubre zarpó de
Grecia el último transporte destinado a evacuar las tropas
egipcias. En él marchó el propio Ibrahim Bajá. De los 40.000
hombres que había llevado consigo, le quedaban aproximadamente la
mitad. No obstante, todavía quedaban plazas fuertes bajo control
otomano, además de población otomana autóctona que también debía
ser evacuada. La mayor resistencia la presentó el Castillo
de Morea, en el fondo del golfo de Corinto. Su rendición
ya había sido acordada, pero los agas que lo defendían se negaron a aceptar las
órdenes de sus superiores.
Ante los éxitos militares de Morazán en El Salvador, el general
Arzú se puso oportunamente enfermo y regresó a Guatemala dejando
los ejércitos federales en El Salvador bajo el mando del teniente
coronel Antonio de Aycinena,
que el 9 de octubre fue
derrotado por Morazán y se vio obligado a capitular. El 23 de octubre Morazán entraba
triunfal en San Salvador.
Los franceses se prepararon para atacar el Castillo de Morea y el
30 de octubre sus baterías
abrieron fuego. Al cabo de cuatro horas, una gran brecha se abría
en las murallas. Por ella salió un parlamentario con bandera
blanca pidiendo negociar la rendición, pero Maison respondió que
la rendición ya había sido negociada y que tenían media hora para
abandonar el castillo sin armas ni equipajes. Y así fue. El 5 de noviembre ya no quedaban en el
Peloponeso ni turcos, ni egipcios ni musulmanes en general. Unos
2.500 turcos fueron embarcados con sus familias a bordo de barcos
franceses con destino a Esmirna. De todos modos, los turcos
todavía tenían tropas en la Grecia Central, pero se dejó a los
griegos la tarea de expulsarlos. Por esas fechas, Kapodistrias ya
había organizado un gobierno griego y unificado el ejército bajo
su autoridad, poniendo fin definitivamente a las guerras civiles.
Además introdujo un sistema de cuarentena que permitió controlar
las epidemias de tifus, cólera y disentería que se habían
extendido durante los numerosos asedios que había sufrido Grecia
en los últimos años.
Hay una anécdota famosa sobre la acción de gobierno de
Kapodistrias: se propuso introducir en Grecia el cultivo de la
patata, para lo cual hizo desembarcar un cargamento de patatas y
dio instrucciones de que fueran distribuidas gratuitamente entre
todos los que se mostraran interesados, pero los griegos las
acogieron con indiferencia. Entonces Kapodistrias dio orden de que
las llevaran a un almacén, las encerraran y las dejaran
custodiadas por varios soldados. Enseguida corrió el rumor de que
las aquellas patatas debían de ser algo importante cuando estaban
tan bien guardadas. Se acercaron curiosos que finalmente se las
arreglaron para entrar furtivamente en el almacén. (Los soldados
tenían orden de hacer la vista gorda.) Al cabo de unas horas,
todas las patatas habían sido "robadas" y Kapodistrias logró su
objetivo.
El 19 de noviembre murió en
Viena a los 31 años el compositor Franz Schubert. Pocos meses
antes, por primera y única vez en su vida, había dado un concierto
en el que interpretó obras propias. Se sospecha que murió de
envenenamiento por mercurio. (El mercurio era entonces un
tratamiento médico contra la sífilis, lo que apunta a que
posiblemente tuvo esta enfermedad.)
El 23 de noviembre la flota
peruana se situó frente a la costa de Guayaquil, en Quito y la
bombardeó hasta acabar con las defensas colombianas. Mientras
tanto, el propio presidente La Mar cruzó la frontera por tierra al
frente de un ejército. Tanto Gamarra como Sucre se encaminaron a
Guayaquil con sus respectivos ejércitos.
En México se celebraron elecciones presidenciales. Tras las
rebeliones de los escoceses, la victoria estaba asegurada para los
yorkinos, pero éstos se dividieron y presentaron dos candidaturas:
la de Vicente Guerrero y la del general Manuel Gómez Pedraza, a la sazón ministro de la
guerra. Finalmente fue elegido Gómez Pedraza, pero al sur de los
Estados Unidos ganar unas elecciones no significaba nada. El
Congreso se negó a reconocerlo y declaró nula la elección. El
general Santa Anna se sublevó y exigió que Guerrero fuera
proclamado presidente, a la vez que Lorenzo de Zavala encabezaba un motín en la
capital el 30 de noviembre con
el mismo propósito. Ya en diciembre,
Gómez Pedraza puso fin a los combates que se desarrollaban en la
Ciudad de México al anunciar que renunciaba a la presidencia y que
abandonaría el país.
El 3 de diciembre Andrew
Jackson fue elegido séptimo presidente de los Estados Unidos. El
partido republicano demócrata obtuvo 139 representantes frente a
74 de los republicanos nacionales y 26 senadores frente a 22.
Jackson había triunfado en los Estados del sur y en los del oeste.
Había una diferencia significativa entre Jackson y sus
predecesores en el cargo, y es que hasta entonces todos los
presidentes de los Estados Unidos provenían de la clase alta de la
sociedad, de la aristocracia terrateniente, mientras que Jackson
era lo que se llama un "self-made
man", hijo de unos humildes colonos irlandeses, la
primera muestra de un principio del que se jactan los
estadounidenses: que cualquiera de ellos puede llegar a
presidente.
Manuel Dorrego encontró el apoyo del coronel Juan Manuel de Rosas, y se
dirigió a Navarro donde
esperó a Lavalle. Ambos se enfrentaron el 9 de diciembre. Aunque Dorrego contaba con unos
2.000 hombres y Lavalle sólo con 600, éstos dispersaron a los de
Dorrego, el cual tuvo que huir de nuevo, pero fue capturado y
entregado a su enemigo en su campamento de Navarro. Lavalle se
negó a hablar con Dorrego y sin ninguna clase de juicio lo hizo
ejecutar el 13 de diciembre.
Mientras tanto, Rosas había marchado a Santa Fe en busca de la
ayuda de Estanislao López. Alvear se unió a Lavalle, quien lo
nombró ministro de guerra y marina.
Muchos de los votantes sureños de Andrew Jackson lo habían votado
menos por su historial político, bastante empañado por la
aprobación del arancel de las
abominaciones, como por no votar a Adams, que no sólo
había apoyado el arancel, sino que lo había apoyado sinceramente.
La aprobación del arancel había generado protestas en muchas
legislaturas estatales, pero éstas fueron especialmente enérgicas
en Carolina del Sur, que el 19
de diciembre aprobó una resolución que condenaba
duramente dicha ley. Al mismo tiempo se publicó un panfleto
titulado Exposición y protesta
de Carolina del Sur. Era anónimo, pero había sido
redactado por el vicepresidente en funciones Calhoun. En él
cuestionaba que un Estado tuviera que acatar una ley federal si la
consideraba perjudicial para sus intereses. En suma, resucitaba la
doctrina de los derechos
de los Estados, según la cual los Estados Unidos eran una
coalición voluntaria de Estados soberanos. Sin embargo, estas
ideas eran muy minoritarias, y Carolina del Sur no encontró ningún
respaldo en los Estados vecinos. Al frente del Tribunal Supremo
seguía el antiguo federalista John Marshall, que había dejado bien
asentado que sólo dicha institución podía declarar
inconstitucional una ley.
El 21 de diciembre los
embajadores de Gran Bretaña, Rusia y Francia se reunieron en la
isla de Poros y
prepararon un acuerdo por el que Grecia se constituiría en un
Estado independiente gobernado por un rey cuya autoridad debía ser
confirmada por el sultán otomano.
El nuevo gobierno boliviano convocó una Asamblea Constituyente que redactó una nueva constitución en sustitución de la Constitución Vitalicia de Bolívar, y el 26 de diciembre fue elegido como presidente el general Pedro Blanco Soto.
La insurrección griega II |
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