El material particulado es uno de los contaminantes
atmosféricos más complejos por sus características
físico-químicas, por su interacción
con otros contaminantes y por sus efectos sobre la salud
humana, los ecosistemas y el clima. Es, a la vez, uno de
los menos conocidos, a pesar del interés científico
sobre el mismo, presente en el mundo desde hace más
de 30 años, y creciente en la última década,
gracias a las cada vez más numerosas evidencias toxicológicas
y epidemiológicas. Los efectos sobre la salud humana
son probablemente debidos a la fracción ultrafina
(de tamaño inferior a 50 nm), la menos caracterizada,
pero no se ha logrado asociar esta fracción con datos
epidemiológicos, lo cual sigue siendo un reto de
primera línea en la comunidad científica internacional.