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LA GUERRA DE SUCESIÓN DE AUSTRIA |
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El Parlamento británico estaba investigando los ataques por
parte la armada española contra el comercio británico. El
"comercio" era en gran parte contrabando, un contrabando perfectamente
organizado y que contaba con la protección del gobierno, y
contra el que, ciertamente, los españoles tomaban represalias
más o menos violentas cuando tenían ocasión. En marzo de 1738 compareció como
testigo ante la Cámara de los Comunes un "comerciante" llamado Robert Jenkins, al que siete
años atrás los españoles habían sorprendido
"comerciando" y —al menos según su relato— le habían
cortado una oreja. Jenkins tuvo la precaución de recoger su
oreja y disecarla, y ahora la presentó ante el Parlamento
asegurando que los españoles se la habían entregado para
que se la mostrara al rey. Pese a que la historia de Jenkins
enardeció a la opinión pública, Walpole
trató de resolver el incidente por la vía
diplomática y entabló contactos preliminares con el
gobierno español, que se mostró igualmente dispuesto a
negociar.
Los hermanos John y Charles Wesley no duraron mucho en Georgia. No
se adaptaron a la vida colonial y ahora estaban de regreso en Gran
Bretaña. Su aventura evangelizadora había sido un
fracaso. Sin embargo, como bien atestiguan el cristianismo y el islam,
la mejor forma de evitar un fracaso estrepitoso es ser objeto de una
revelación. El 24 de mayo
John Wesley tuvo la suya propia, que lo llevó a una
concepción nueva del cristianismo, o no tan nueva, pues
según él consistía en un regreso a los
orígenes de la Reforma. Naturalmente, estas revelaciones divinas
suelen tener algo de terrenal, y el factor terrenal lo aportó en
este caso un misionero moravo llamado Zinzerdorf,
heredero de los husitas, con quien Wesley había entrado en
contacto recientemente.
En lugar de complicarse la vida predicando en ultramar, esta vez los hermanos Wesley eligieron como conversos en potencia a los estudiantes de la universidad de Oxford, y ahora el éxito fue abrumador. Consiguieron inculcar a los estudiantes un especial fervor religioso. Como instaban a realizar lecturas de la Biblia, plegarias y buenas obras de forma metódica, fueron llamados metodistas. En realidad el término se venía aplicando ya antes de forma genérica a todo aquel que proponía algún método específico para alcanzar la salvación, pero, desde ese momento, los metodistas propiamente dichos pasaron a ser los discípulos de los Wesley. El metodismo se caracterizaba por la indiferencia en lo tocante al culto y por su sacerdocio universal, pues admitían el sacerdocio de los laicos. Rechazaba las vinculaciones políticas del anglicanismo oficial y se centraba en la predicación entre las clases humildes.
En Francia, el ministro Philibert Orry llevó adelante un
proyecto singular: una circular del 13 de
junio dirigida a todos intendentes del reino, los campesinos que
viviesen cerca de las grandes vías (a unos diez
kilómetros) eran requisados juntamente con sus vehículos,
bueyes y caballos durante seis días al año, en primavera
y otroño, para colaborar en los trabajos de acondicionamiento y
pavimentación de los caminos, trabajos dirigidos por ingenieros
y cartógrafos.
El vizconde de Bolingbroke escribió El rey patriota. Por esta
época entraba en la "corte" de Federico Luis, el príncipe
de Gales, y acabó convirtiéndose en uno de sus
principales colaboradores.
Alexander Pope publicó sus Imitaciones
de Horacio.
El filósofo Christian von Wolff publicó su Philosophia practica.
Es una constante de todos los tiempos que la gente tiende a hablar
de algo con más convicción cuanto menos informada
está al respecto, y el resultado es que las organizaciones
secretas siempre acaban siendo culpables de los mayores
extravíos. La masonería no podía ser una
excepción, y su mala fama había llegado a un punto en que
hasta el Papa Clemente XII, haciendo gala de su agudeza visual, vio
claramente su naturaleza pecaminosa, y por ello fue el primero en
condenarla públicamente.
Ginebra era considerada un cantón de la Confederación
Helvética, sino que era una ciudad "asociada" cuyos habitantes
tenían derechos equiparables a los de los extranjeros
residentes. Por ello, se rebelaron exigiendo igualdad de derechos, pero
la revuelta fue sofocada por los suizos.
Mariana de Neoburgo, la viuda del rey Carlos II, regresó a
España de su destierro en Francia, enferma de gangrena.
El Rey Sargento, Federico Guillermo I de Prusia, empezaba a estar
algo más satisfecho con su hijo Federico. Se había
familiarizado con las labores administrativas y las desempeñaba
con eficiencia, e incluso le había cogido gusto a los soldados
(aunque, a decir verdad, era una clase de gusto que el padre nunca
habría aprobado de haber conocido su exacta naturaleza.). Por
ello, casi le disculpaba que siguiera con
sus aficiones intelectuales. Dos años atrás había
escrito unas Consideraciones sobre
el estado presente del cuerpo político de Europa, y ahora
estaba trabajando en El
antimaquiavelo, una refutación, capítulo por
capítulo, de El
príncipe, de Maquiavelo. Ese año contrató
un
nuevo músico para su orquesta. Se trataba de Karl Philipp Emanuel Bach, el quinto
hijo de Johann Sebastian Bach, que tenía entonces veinticuatro
años.
De esta época datan los manuscritos más antiguos
conocidos de una colección de conciertos para clave de J.S.
Bach. Inlcluye siete conciertos para clave y orquesta, tres para dos
claves y orquesta y uno para cuatro claves y orquesta.
El 14 de enero de 1739 se
reunieron en Madrid representantes británicos y españoles
dispuestos a discutir problemas de comercio y navegación,
así como los límites entre Florida y las colonias
británicas.
Nadir Sha llegó hasta Delhi, donde exigió
tributo al Gran Mogol Muhammad, y se llevó su trono a Persia, el
llamado trono de los pavos reales,
que
aún sigue en Irán hoy en día.
La península arábiga seguía en una
anarquía milenaria, atravesada únicamente por los
peregrinos que se dirigían a La Meca. Ese año
regresó a su aldea natal de Uayna
un predicador de treinta y seis años llamado Muhammad ibn Abd al-Wahhab,
después de un viaje que lo había llevado a estudiar
—llamémoslo así— en La Meca, Iraq y Persia. Se puso a
predicar la versión islámica del puritanismo cristiano:
preconizaba un retorno a los orígenes del islam y una
interpretación literal del Corán. Su insistencia en que
sólo Alá podía ser adorado hizo que sus seguidores
fueran conocidos como muwahhidun
(unitarios). Así, quedaba prohibido el culto a los
espíritus y a los santos, que seguía vigente en Arabia
desde los tiempos del Profeta y —ya puestos a prohibir— prohibió
también afeitarse la barba, visitar tumbas (excepto la de
Mahoma), la música, el tabaco y la ornamentación en las
mezquitas. Instó a castigar con la lapidación a las
mujeres adúlteras, amputar las manos a los ladrones y a destruir
árboles y cementerios (objetos de idolatría).
Uno de los metodistas seguidores de John Wesley, llamado George Whitefield, decidió
llevar adelante la empresa en la que éste había
fracasado, y el 2 de febrero
desembarcó en Georgia, dispuesto a predicar a diestro y
siniestro.
Las negociaciones entre España y Gran Bretaña
marchaban bien, pero la opinión pública británica
no quería un acuerdo, sino guerra. En marzo,
la Compañía del mar
del Sur se sumó a la oposición. Walpole se vio
obligado a cambiar de actitud, y exigió a España la
abolición del derecho de
visita (el derecho de inspeccionar los barcos para comprobar que
no llevaban contrabando).
El 21 de abril España,
Nápoles y Cerdeña aceptaron el tratado de Viena, lo que
zanjaba definitivamente la guerra de sucesión de Polonia.
Finalmente, el rey Carlos Manuel I de Cerdeña se conformó
con recibir algunos territorios que extendieran un poco su ducado de
Saboya: Tortona, Novara, Longha y Ticino. Por parte de España,
el acuerdo fue firmado por el embajador español en Francia, Jaime Miguel de Guzmán
Dávalos Spínola, el marqués de la Mina, en cuya brillante trayectoria
militar figuraba una intervención decisiva en la batalla de
Bitonto.
En mayo, una escuadra
británica llegó a Gibraltar. Como respuesta,
España suspendió el derecho de asiento a Gran
Bretaña, es decir, el derecho a suministrar esclavos a las
colonias españolas, que le había concedido como parte del
tratado de Utrecht.
El año anterior, Daniel Bernoulli había publicado su
tratado sobre Hidrodinámica,
basado en las investigaciones que había llevado a cabo en San
Petersburgo. Contiene el primer análisis correcto del flujo del
agua por un agujero en un recipiente, basado en el principio de
conservación de la energía. También destaca el
capítulo 10, en el que desarrolla las bases de la teoría
cinética de los gases. Ahora, su padre, Johnann Bernoulli,
publicaba otro tratado titulado Hidráulica,
que se basaba descaradamente en los resultados de su hijo, pero
alteró la fecha de publicación (en la edición
figuraba la de 1732), para que pareciera que era su hijo el que se
había copiado de él. (Quien crea que los intelectuales
son decentes por ser intelectuales, no sabe qué clase fauna son
los intelectuales.) No está de más destacar que Daniel
quiso honrar a su padre firmando su tratado como Daniel Bernoulli, hijo de Johann.
Euler encontró una fórmula general para las sumas
1/12n + 1/22n
+ 1/32n + 1/42n +
1/52n + 1/62n + ...
para cualquier exponente par, aunque fracasó en el caso de
exponentes impares. (De hecho, hoy en día se sigue sin conocer
ninguna expresión para el valor de la suma en dicho caso.)
En los últimos años, D'Alembert había estado
buscando su vocación. El propósito del colegio jansenista
en el que había estudiado era formar teólogos competentes
que pudieran defender el jansenismo, pero D'Alembert tenía claro
que la teología no le interesaba. Había empezado a
estudiar derecho, pero se dio cuenta de que prefería pasar su
tiempo libre estudiando matemáticas. El año anterior
había terminado sus estudios de derecho, pero no quiso dedicarse
profesionalmente a esta disciplina. Ahora había empezado a
estudiar medicina, pero le entusiasmó tan poco como la
teología. Mientras tanto, no había dejado de estudiar
matemáticas. En julio
presentó un artículo en la Academia de ciencias de París
en el que
señalaba unos errores en un libro de texo de análisis
matemático.
El conde de Buffon fue nombrado intendente del Jardín de rey, donde
encontró el ambiente propicio para iniciar sus investigaciones
en el campo de la botánica.
Un escocés de veintiocho años
llamado David Hume llevaba
varios años estudiando en Francia, donde ahora publicaba un Tratado de la naturaleza humana. Se
trata de una obra análoga en cuanto a propósito y alcance
al Ensayo sobre el entendimiento
humano, de Locke, pero mucho más fina en sus
planteamientos. El análisis de Hume del conocimiento humano
sigue las directrices de Berkeley, pero lo supera con creces al dejar a
Dios de lado junto con sus aspectos más pintorescos. De hecho,
Hume va más lejos que Berlekey, pues, si éste niega la
existencia de la materia y sólo acepta la existencia de las
almas (y de Dios), Hume cuestiona incluso la existencia de almas (y de
Dios, ya, ni hablemos). Como sus predecesores, Hume parte de la base de
que todo conocimiento procede de la experiencia, por lo que se enmarca
dentro del empirismo, del que
es su representante más significativo. El lector interesado en
más detalles
puede entrar en este enlace.
Un decreto del 20 de agosto
estipulaba la reposición del virreinato de Nueva Granada, entre
el de México y el del Perú.
Ese año murió en Cremona el constructor de violines
Giuseppe Giovanni Battista Guarnerius. Fue sucedido en el oficio por
sus hijos Pietro (conocido
como Pietro da Venezia, porque
enseñaba en Venecia desde hacía catorce años) y Giuseppe Antonio, el más
reputado miembro de la familia, cuyos violines rivalizan con los
Stradivarius.
También murió el duque Carlos Federico de
Holstein-Gottorp, viudo de la hija mayor del zar Pedro I el Grande y
Catalina I. Fue sucedido por su hijo Carlos Pedro Ulrico, de once
años.
Rameau estrenó el drama lírico Dárdano, la
ópera-ballet Las fiestas de
Hebe y la tragedia Zoroastro.
La guerra que Rusia y Austria habían emprendido contra el
Imperio Otomano no marchó bien. En parte se debió a que
Francia había suministrado asesoramiento militar a los turcos,
que habían reformado su ejército siguiendo las
indicaciones de los franceses. También tuvo cierta relevancia
que Francisco, el gran duque de Toscana, anteriormente duque de Lorena
se hubiera revelado como un perfecto incompetente en cuestiones
militares. Francia hizo también de mediadora
entre ambas partes, hasta que el 18 de
septiembre se firmó el tratado
de Belgrado. Austria devolvió Belgrado al Imperio
Otomano, así como las partes de Bosnia, Servia y Valaquia que
había obtenido en la paz de Passarowitz, veinte años
atrás. Rusia abandonó Moldavia y Crimea, y
renunció a la navegación por el mar negro.
En octubre,
España declaró a Gran Bretaña la guerra que
ésta había estado provocando a conciencia. Así
empezó la guerra con nombre más curioso de la historia:
la guerra de la oreja de Jenkins.
Entre los que habían pedido la guerra con más insistencia
se encontraba el almirante Edward
Vernon, que el 22 de noviembre
tomó la ciudad de Portobelo, en Panamá. En Georgia,
Edward Oghethorpe, que ya había instalado un fuerte junto al
río Saint Mary, cien
kilómetros al norte de San Agustín, en Florida,
desplazó hombres hacia el sur.
El metodismo se estaba extendiendo por toda Gran Bretaña. George Whitefield, tras un breve viaje a la metrópoli para recaudar fondos, inició en 1740 una gira a través de todas las colonias, desde Savannah hasta Boston, despertando un enorme entusiasmo y creando muchos conversos. En Boston conoció a otro predicador llamado Jonathan Edwards, que llevaba ya varios años amenazando con el fuego del infierno a todos los que no siguieran el camino hacia la salvación, casi invisible de tan estrecho que era. Edwards se entusiasmó con el metodismo, y entre él y Whitefield suscitaron en toda la costa norteamericana lo que se llamó el Gran despertar (religioso). Como tal no duró mucho, pero sí que dejó en las colonias una tradición de predicadores pintorescos que, más o menos degenerada, todavía sobrevive
En mayo, una fuerza combinada de
ciudadanos de Georgia y de Carolina del Sur puso sitio a San
Agustín, en Florida, pero los españoles les atacaron por
la retaguardia y pronto tuvieron que retirarse a Georgia.
El 31 de mayo murió el rey
Federico Guillermo I de Prusia (y príncipe elector de
Brandeburgo), y fue sucedido por su hijo Federico II. Poco después, el
nuevo monarca
invitó al filósofo Christian von Wolff a recuperar su
cátedra en la universidad de Halle, donde publicó el
primer volumen de su tratado de derecho Ius naturae.
Federico II también invitó a su corte a Voltaire, con
quien hacía tiempo que mantenía una efusiva
correspondencia. Éste le respondió con desparpajo que anteponía la amistad a la
ambición, que estaba ligado a la marquesa de Chatelet y que,
filósofo por filósofo, prefería una dama a un rey.
En efecto, su amante era aficionada a la
filosofía. Según Voltaire era una experta conocedora del
pensamiento de Leibniz, si bien en los últimos años se
había convertido en newtoniana, y también conocía
con detalle las matemáticas de los Principia Mathematica, que
tradujo al francés con comentarios (después de que
Voltaire le enseñara a ella a hablar inglés).
En Roma murió el Papa Clemente XII, que fue sucedido por el
cardenal Próspero Lambertini,
que adoptó el nombre de Benedicto
XIV.
En España murió Mariana de Neoburgo, la viuda del rey
Carlos II.
El padre Benito Jerónimo Feijoo terminó el noveno y
último tomo de su Teatro
crítico universal. En toda esta obra enciclopédica
insiste en la necesidad de combatir la ignorancia del vulgo, si bien ello no debe
interpretarse como un desprecio hacia las gentes humildes (sólo
hacia su indiscutible incultura). Por ejemplo, el año anterior
había escrito un ensayo titulado Honra y provecho de la agricultura,
en el que denuncia la mísera situación de los campesinos
españoles.
David Hume añadió un tercer libro a su Tratado sobre la naturaleza humana,
dedicado a la moral. En vista de la nula atención que
había suscitado su obra, publicó un resumen titulado Un compendio de un tratado de la
naturaleza humana.
Hacía ya unas dos décadas que un editor
británico llamado Samuel
Richardson había empezado a escribir una especie de
modelos epistolares, y tomó un hecho real que había
presenciado como guión para algunas de las cartas. Sin embargo,
resultó que el argumento tuvo bastante éxito, y poco a
poco fue publicando más cartas, que ahora reunía en la
primera parte de su novela epistolar Pamela
o la virtud recompensada. Trataba sobre una sirvienta que
escribe a sus padres. Su señora, en el lecho de muerte, le
confía a su hijo, un libertino que intenta seducirla
deshonestamente, pero, finalmente, se casa con ella.
Pietro Metastasio estrenó el melodrama Atilio Regulo.
Después de los resultados sobre la medición de la
forma de la Tierra, que confirmaban la teoría newtoniana, la Academia de Ciencias de París
empezó a plantearse la posibilidad de que la nacionalidad
británica de Isaac Newton no fuera, después de todo, un
obstáculo tan serio para que sus teorías pudieran ser
ciertas aunque contradijeran a Descartes. Ese año convocó
un concurso sobre la aplicación de la teoría de Newton a
las mareas. El primer premio lo obtuvieron ex aequo los trabajos presentados
por Leonhard Euler y Daniel Bernoulli. En los últimos cinco
años, Euler había experimentado problemas de
visión. Ahora estaba definitivamente ciego de un ojo, y el otro
no parecía estar muy bien. D'Alembert presentó
también un trabajo a la Academia y recibió algunos
elogios.
Marivaux estrenó otra de las comedias a las que debía
su fama: La prueba.
El 20 de octubre
murió el
emperador Carlos VI. Con él se extinguía la línea
masculina de la casa de Austria. En los últimos años de
su vida, el emperador había dedicado todos sus medios,
diplomáticos y no tan diplomáticos, a asegurarse de que
todas las fuerzas políticas europeas y partes interesadas
reconocieran la pragmática
sanción, por la que su hija María Teresa (que
ahora tenía veintitrés años) se convertía
en su heredera. Así suceció (salvo por que España
y Cerdeña, descontentas con el tratado de Viena que había
puesto fin a la guerra de sucesión de Polonia, se habían
negado a pronunciarse sobre este punto) y, como era previsible, una vez
muerto el emperador, el príncipe elector Carlos Alberto de
Baviera, como esposo de María Amalia, hija del emperador
José I, el hermano del difunto Carlos VI, reclamó su
derecho a la sucesión de Austria. De momento, María
Teresa y su esposo Francisco, ahora gran duque de Toscana y duque de
Parma, que fue declarado corregente, tenían el control efectivo
sobre los dominios austríacos, que eran considerables: Austria,
Bohemia, Hungría, los Países Bajos, el Milanesado y
Toscana. No obstante, faltaba ver cómo reaccionaban las
demás potencias.
En San Petersburgo murió la zarina Ana Ivánovna. Poco antes, su sobrina, la gran duquesa Ana Leopóldovna, había tenido un hijo, al que la zarina había designado como heredero, y ahora se convertía en el zar Iván VI. La zarina había estipulado que su favorito, Biron, el duque de Curlandia, sería el regente, pero era detestado por la nobleza y en noviembre fue desterrado a Siberia. La regencia pasó a la madre del zar.
El primer movimiento ante la sucesión de Austria fue una
sorpresa: el 15 de diciembre, sin
previa declaración de guerra, al frente de un ejército de
treinta mil hombres, el rey Federico II de Prusia invadió Silesia, la parte nororiental del
reino de Bohemia.
Federico II escribiría más adelante unas memorias en
las que relataba este episodio. Voltaire se las revisó y
lamentó haberle aconsejado eliminar este pasaje, que
después recogió él en sus propias memorias:
Añádanse a estas consideraciones unas tropas preparadas a intervenir en cualquier momento, un tesoro bien repleto y la viveza de mi carácter, tales eran las razones que yo tenía para mover guerra a María Teresa, reina de Bohemia y de Hungría. [...] La ambición, el interés, el deseo de que se hablase de mí, pudieron más, y quedó decidida la guerra.
No hay mejor comentario para estas palabras que el que hace el
propio Voltaire:
Desde que hay conquistadores en el mundo, o almas ardientes con aspiraciones de serlo, es éste, a mi parecer, el primero que se ha hecho justicia. [...] Es lástima que al corregir yo después todas sus obras lo indujese a borrar de ellas aquel pasaje; una confesión tan rara merecía pasar a la posteridad, para mostrar el fundamento de casi todas las guerras. Nosotros los hombres de letras, poetas, historiadores, declamadores de academia, celebramos las hazañas bélicas, y véase cómo un rey que las hace, las condena.
El embajador prusiano en Viena propuso a María Teresa que cediera Silesia a Federico II y, a cambio, el rey le prestaría una suma considerable y se encargaría de que su marido fuera elegido emperador. María Teresa no tenía mucho dinero, pero rechazó la oferta.
En 1741 murió el
príncipe Víctor Amadeo I de Carignan, que fue sucedido
por su hijo Luis Víctor.
El almirante Vernon había abandonado Portobelo tras destruir
sus fortificaciones, y ahora era enviado al frente de una fuerza
aún mayor destinada a tomar la ciudad de Cartagena, en Nueva
Granada. Intentó un asedio y bombardeó sus murallas, pero
más de la mitad de sus hombres murió de fiebre amarilla,
con lo que Vernon tuvo que regresar a Gran Bretaña.
Bering había regresado a Siberia, a continuar explorando sus
confines. Cruzó el estrecho que hoy lleva su nombre y
desembarcó en América. Luego descubrió una cadena
de islas que, siguiéndolas, le llevaron de vuelta a Siberia. Hoy
se conocen como las islas Aleutianas.
En realidad no llegó a tocar de nuevo la tierra de Siberia, pues
murió de escorbuto en una isla cercana a la península de
Kamchatka, hoy conocida como isla de Bering.
La reina de España, Isabel de Farnesio, reicibió un
informe secreto del intendente de Aragón, José del Campillo y Cossío,
que anteriorimente había servido a las órdenes del duque
de Montemar durante la conquista de Nápoles. En su informe
exponía el proyecto de formar un ejército de cincuenta
mil hombres para la conquista del Milanesado, Parma y Plasencia.
Obviamente, el proyecto interesó a la reina, que lo mandó
llamar a Madrid y en marzo era
nombrado secretario de Hacienda. En los meses siguientes pasó a
ser secretario de Marina, Guerra e Indias, consejero de Estado y
lugarteniente del infante Felipe, con lo que se convirtió en el
director de la política española. El marqués de la
Ensenada fue nombrado secretario de Guerra y de Estado del infante
Felipe.
Europa no era consciente ni de la fortaleza militar de Prusia ni de
la debilidad de Austria. El padre del rey Federico II había
convertido a Prusia en un ejército, pero no lo había
empleado en ninguna guerra, salvo una muy breve contra Suecia, cuando
el rey Carlos XII ya estaba reducido a la impotencia y sólo
había que recoger los despojos. En cuanto a Austria, el
emperador Carlos VII no la dejó en un estado muy boyante. La
opinión general era que Federico II
había pillado por sorpresa a Austria durante el invierno, pero
que, con la llegada de la primavera, se vería obligado a
abandonar Silesia precipitadamente. Sin embargo, la realidad era que
María Teresa de Austria pudo reunir con dificultad un
ejército no muy numeroso, que se enfrentó a Federico II
en Mollwitz el 5 de abril, donde la precisión en
el tiro de la infantería prusiana triunfó sobre las
cargas de caballería austríacas. Silesia quedó
completamente a merced de Federico II.
En mayo, D'Alembert fue admitido
en la Academia de Ciencias de
París.
A la vista del potencial prusiano, las potencias europeas
reconsideraron
sus posiciones. El 28 de mayo
Francia y Prusia firmaron el tratado
de Nymphenburg (en Baviera) en apoyo del príncipe elector
Carlos Alberto contra María Teresa de Austria. (En realidad,
Carlos Alberto iba a ser en todo momento un títere de sus
"aliados".) Participaron
también —además de Baviera— España, Sajonia y
Cerdeña. Mientras tanto, María Teresa negociaba con los
húngaros, que en junio le
proporcionaron un ejército a cambio de una mayor
autonomía.
El año anterior, Euler había rechazado una
invitación del rey Federico II para instalarse en su corte, pero
finalmente cambió de idea. Dejó San Petersburgo el 19 de junio y llegó a Berlín
el 25 de julio. En una carta a un
amigo escribió:
Puedo hacer todo lo que deseo [en cuanto a investigación]... el rey me llama su profesor y creo que soy el hombre más feliz del mundo.
Federico II ofreció también una plaza de músico
de cámara y compositor de la corte al que había sido su
profesor de flauta, el músico y compositor Johann Joachim Quantz. En los
años siguientes compondría para el monarca unos
trescientos conciertos para una o dos flautas, así como muchas
otras obras de géneros diversos. Era el único al que le
estaba permitido señalar al rey sus fallos como flautista.
En septiembre, Francia
entabló conversaciones con Gran Bretaña, pero este
acercamiento a Francia no hizo sino aumentar la impopularidad de Robert
Walpole. William Pitt, enemígo acérrimo de los borbones,
tanto franceses como españoles, redobló sus ataques en el
parlamento contra el primer ministro.
El año anterior, David Hume había publicado unos Ensayos morales y políticos,
que, para su sorpresa, tuvieron gran aceptación, y ahora
tenían que ser reeditados. De este modo, Hume empezó a
ganar cierta reputación.
El danés Ludvig Holberg publicó una novela
fantástica titulada El viaje
subterráneo de Niels Klim.
En octubre, los ejércitos
aliados penetraron en Austria y llegaron a Bohemia. El 25 de noviembre, el duque Carlos Alberto
de Baviera, al frente de un ejército francés, entraba en
Praga, donde al día siguiente fue proclamado rey de Bohemia.
En Viena murió a los sesenta y tres años el compositor
Antonio Vivaldi, en el transcurso de una de las numerosas giras que
realizó por Europa como violinista, director de orquesta o
empresario de sus óperas.
En Milán estrenó su primera ópera Christoph Willibald von Gluck, un
alemán (nacido en el Palatinado) de veintisiete años que
estaba estudiando música en Italia. Su obra se titulaba Artajerjes, y su libreto era el
melodrama de Metastasio del mismo título.
El duque de Montemar salió de Barcelona con
un ejército que tenía que reunirse en Italia con un
ejército francés, siguiendo una estrategia planeada por
Campillo, pero que él desaprobaba.
La Real Academia Española
publicó la primera Ortografía
académica, que se agotó enseguida.
Voltaire estrenó Mahoma o
el fanatismo, en la que el profeta musulmán es presentado
como el arquetipo del fanático. Dedicó la obra al Papa
Benedicto XIV, el cual le respondió con una carta de
agradecimiento que Voltaire publicó a manera de prólogo.
No obstante, en Francia eran menos ingenuos que el sumo
pontífice y, leyendo entre líneas los ataques a la
intolerancia religiosa que Voltaire reprochaba desde hacía
tiempo a los franceses, la obra fue prohibida.
Rameau publicó su colección de Piezas para clave en forma de concierto.
De las dos hijas que el zar Pedro I el Grande había tenido
(presuntamente) con Catalina I, la menor, Isabel, tenía
numerosos contactos con los militares, en todos los sentidos de la
expresión, los cuales, unidos a la habilidad del embajador
francés, le permitieron derrocar al zar Iván VI, que
apenas tenía un año de edad, y el 5 de diciembre se convirtió en la
zarina Isabel la Clemente,
apelativo que, más o menos, se lo dio ella misma. La regente,
Ana Leopóldovna, fue encarcelada. El mariscal Vasili Dolgoruki,
que había sido desterrado por Ana Ivánovna, fue
rehabilidado. Este cambio puso fin a la influencia alemana en la corte
rusa, que fue sustituida por la influencia francesa. (La marcha de
Euler unos meses antes estuvo influida por el cambio de actitud que ya
se respiraba entonces para con los alemanes. Euler era Suizo, pero para
los rusos eso eran sutilezas.) De este modo,
María Teresa de Austria perdía el único aliado con
el que podía contar para defender su corona.
Finalmente, el partido belicista de los sombreros se impuso en
Suecia, y el rey Federico I declaró la guerra a Rusia.
El 26 de diciembre, Federico II
de Prusia conquistaba Olmütz,
en Bohemia.
El 24 de enero de 1742 el
príncipe elector Carlos Alberto de Baviera fue elegido
emperador, y el 12 de febrero fue
coronado en Frankfurt como Carlos VII.
Unos meses antes, Robert Walpole había perdido el apoyo del
parlamento británico, y el 13 de
febrero se vio obligado a dimitir. El nuevo secretario de estado
fue el barón John Carteret.
La zarina Isabel la Clemente permitio a Biron, el duque de
Curlandia, que volviera de su destierro, pero poco después lo
volvió a desterrar.
Un ejército austríaco logró arrebatar Linz y
Passau a los aliados. Poco después, un ejército de
húsares húngaros tomó Munich, la capital de
Baviera. El emperador se quedó así privado de sus
dominios, en busca de alguien que se ofreciera a recuperárselos.
Estos éxitos
bastaron para convencer al rey Carlos Manuel I de Cerdeña de la
conveniencia de cambiar de bando y aliarse con Austria. Por otra parte,
María Teresa logró un aliado más: el rey Jorge II
de Gran Bretaña era también el príncipe elector de
Hannover, y sus intereses distaban mucho de ser los de Francia. De
hecho, Gran Bretaña ya estaba en guerra contra España,
con lo que apoyar a Austria sólo suponía enlazar la
guerra de la oreja de Jenkins con la guerra de sucesión de
Austria. Así lo hizo. Sin embargo, esto tampoco satisfizo a
William Pitt, que consideró que el rey utilizaba a Gran
Bretaña en función de sus intereses como príncipe
de Hannover en lugar de atender a los intereses reales del reino.
El marqués de la Mina logró expulsar de Saboya al rey
Carlos Manuel I de Cerdeña.
El año anterior Händel fue invitado a una estancia en
Dublín, y en abril
estrenó la que sería su composición más
famosa: el oratorio El Mesías.
Unos meses después se representó en Londres. Cuando
sonó el coro más famoso: el Aleluya, el rey Jorge II se puso en
pie, y con ello estableció la costumbre de escuchar de pie dicho
pasaje.
Gluck estrenó en Venecia su ópera Cleonice.
El 17 de mayo, el rey Federico II
de Prusia derrotó a los austríacos en Chotusitz.
En junio, el ejército del
rey Carlos
Manuel I de Cerdeña se encontró con el del duque de
Montemar cerca de Bolonia,
pero éste consideró que no convenía presentar
batalla. La armada
británica atacó el reino de las Dos Sicilias y
logró imponer al rey Carlos VII la neutralidad en la guerra de
sucesión de Austria.
Una flota española zarpó de Cuba, recogió
refuerzos en Florida y desembarcó en la costa de Georgia, hacia
el sur. Oglethorpe tuvo que retirarse hacia el norte, pero el 7 de julio logró pillar tender una
trampa a un grupo de españoles y realizó una matanza en
la llamada batalla del pantano
sangriento. Los españoles abandonaron Georgia.
En Perú se produjo una sublevación indígena,
dirigida por el indio Juan Santos,
que pretendió restaurar el gobierno de los incas y adoptó
el nombre de Atahualpa.
El 28 de julio, María
Teresa de Austria firmó el tratado
de Berlín con Federico II, por el que renunciaba a
Silesia.
Ese año murieron:
El astrónomo sueco Anders Celsius creó la escala
termométrica centígrada que hoy lleva su nombre.
Réaumur publicó su Contribución
al estudio de los insectos, una obra fundamental sobre la vida y
las costumbres de estos animales.
El rey Luis XV de Francia había tenido sucesivamente como
amantes a tres de las hijas del marqués de Nesle. La actual era Mme. de Mailly, pero ese año
enviudó su hermana Marie Anne
(la única que faltaba), la cual se las arregló para que
el rey desterrara a su hermana, la nombrara duquesa de Châteauroux y ocupó su
lugar.
En septiembre, el primer ministro
José del Campillo destituyó al duque de Montemar a causa
de lo sucedido en Bolonia. Poco después fue desterrado. En su
lugar, Campillo puso a Juan de Gages.
Ese invierno, muchos habitantes de Filadelfia soportaron mejor el
frío que en años anteriores. Por aquel entonces, las
casas se calentaban con
fuego encendido bajo una chimenea, pero esto hacía que buena
parte del calor escapara por ella, creando además una corriente
que
hacía entrar aire frío del exterior. El resultado era que
para estar caliente había que apiñarse junto a la
chimenea. A Benjamin Franklin se le ocurrió que esto
podría evitarse con una estufa de metal situada sobre ladrillos,
de modo que el fuego calentara el metal y éste a su vez
calentara el aire de la habitación. El humo se transportaba por
un tubo hasta la chimenea. Algunos le sugirieron que patentara las que
se llamaron estufas Franklin,
con lo que probablemente se habría hecho rico, pues tuvieron un
gran éxito, pero esto habría aumentado su precio, y
él replicó que, del mismo modo que él disfrutaba
de los inventos que otros hombres habían ideado en épocas
anteriores, deseaba que otros pudiesen disfrutar libremente de los
suyos.
En diciembre, los ejercitos
austríacos expulsaron a los franceses de Bohemia, y el 26 de diciembre tomaron Praga.
En 1743 Francia y España
perdieron a sus respectivos primeros ministros, pues el 29 de enero murió el cardenal
Fleury y
poco después murió José del Campillo. En los
últimos años, éste había redactado diversos
estudios sobre política económica que permanecieron
inéditos: Tratado de los
intereses de Europa, Lo que hay de más y de menos en
España para que sea lo que debería ser y no lo que es,
Despierta España y Nuevo
sistema de gobierno económico para la América. Sus
ideas son esencialmente mercantilistas (es decir, que aboga por medidas
estatales proteccionistas), pero también defiende la libertad de
comercio entre España y sus colonias. (Sólo unas pocas
ciudades americanas tenían derecho a comerciar con
España, de modo que buena parte de sudamérica
tenía que aprovisionarse a través de rutas
artificialmente largas que encarecían los precios, salvo que
recurrieran al contrabando, claro.) El marqués de la Ensenada
fue nombrado secretario de Marina e Indias, de Hacienda y de Guerra,
pese a su reticencia a aceptar los cargos.
El 8 de febrero, Juan de Gages
fue derrotado en Campo-Santo
por los austríacos, y hubo de retirarse hacia Nápoles.
Pese a todo, el rey Carlos VII lo nombró conde de Gages. El 9 de mayo, el marqués de la
Ensenada fue nombrado gobernador del Consejo de Castilla y
capitán general del Ejército, con lo que se
convertía definitivamente en el director de la política
española.
El 12 de mayo, María
Teresa de Austria fue reconocida como reina de Bohemia. El 13 de mayo sus ejércitos derrotaron
a los bávaros en Simbach.
El 23 de junio, los franceses
fueron derrotados en Dettingen
por un ejército conjunto de Gran Bretaña y Hannover. En
la batalla destacó el tercer hijo del rey Jorge II, que
tenía entonces veintidós años: Guillermo Augusto, el duque de Cumberland.
Händel compuso un Te Deum
para la ocasión.
El 27 de junio Baviera se
rindió ante Austria.
La aventura bélica de los "sombreros"
suecos contra Rusia terminó un fracaso. El 17 de agosto Suecia tuvo que aceptar la
paz de Abo, por la que
cedía el sur de Finlandia. La población
finlandesa, harta de que Suecia librara sus guerras en su territorio,
empezó a considerar que Finlandia estaría mejor bajo la
tutela rusa. Por otra parte, la presión rusa llevó al rey
Federico I a nombrar príncipe
real de Suecia (heredero de la Corona) al príncipe obispo
de Lübeck Adolfo Federico, primo del duque de Holstein, que era a
su vez el padre del príncipe de Carlos Pedro Ulrico, el probable
sucesor de la zarina Isabel I, si Ana Leopóldovna o su hijo, el
derrocado Iván VI, no lo impedían.
El rey Cristián VI de Dinamarca casó a su hijo Federico con Luisa, hija del rey Jorge II de Gran
Bretaña.
El 13 de septiembre Inglaterra,
Austria y Cerdeña firmaron el tratado
de Worms, en el que se confirmaba el cambio de bando del rey
Carlos Manuel I y, ya de paso, se repartían Italia. A los pocos
días, Francia respondió declarando la guerra a
Cerdeña.
James Edward Oglethorpe, el gobernador de Georgia, invadió
nuevamente Florida y trató de tomar San Agustín, pero
fracasó nuevamente en el intento.
Jacobo Eduardo Estuardo, el hijo del derrocado rey Jacobo II de
Inglaterra, Escocia e Irlanda, tenía ya cincuenta y cinco
años y, retirado en Roma, había desistido de reivindicar
sus derechos a la corona británica, pero tenía dos hijos,
el mayor de los cuales, Carlos
Eduardo, tenía ya veintitrés años, y no era
de la misma opinión. Los Estuardo todavía tenían
partidarios entre los whigs británicos, especialmente en
Escocia, y Francia logró convencerlo para que tratara de
aprovecharlos. Pronto fue conocido como el Joven Pretendiente, para
distinguirlo de su padre, el Viejo
Pretendiente.
El 25 de octubre, los reyes Luis
XV de Francia, Felipe V de España y Carlos VII de las Dos
Sicilias firmaron el segundo pacto
de familia, por el que los españoles se
comprometían a ayudar a Francia contra Austria y, a cambio,
Francia se comprometía a lograr que España recuperara
Gibraltar y Menorca de Gran Bretaña y que el infante Felipe (el
hermano de Carlos VII) obtuviera el Milanesado, y el ducado de Parma.
Además, España se comprometía a no ceder de nuevo
a Gran Bretaña el derecho de
asiento (el suministro de esclavos negros a sus colonias) ni el navío de permiso (el derecho
a que un navío comerciara anualmente con sus colonias),
así como a ayudar a Francia a reponer a los Estuardo en el trono
inglés. Por su parte, Francia se comprometía a ayudar a
España en Florida contra Georgia.
Génova volvió a solicitar la ayuda francesa contra la
insurrección corsa.
El 20 de diciembre, Austria firmó un tratado con el rey Augusto III de Polonia.
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