 El plan conservador pretende un cambio de modelo social. Está pensando más para dibujar el escenario posterior a la crisis que para salir de ésta. Quiere imponer un modelo que rompe muchos de los consensos del periodo democrático. Por ello, CC.OO. y UGT han convocado una huelga general necesaria para impedir la implantación de esta contrarreforma, evitar el aumento de la precariedad y de la sumisión de los trabajadores y conseguir la rectificación del plan de austeridad.
Dicha convocatoria posee legitimidad social no sólo porque los sindicatos son instituciones básicas del sistema constitucional sino también porque, como ponen de manifiesto estudios de opinión, casi dos terceras partes de la población desaprueba la reforma laboral. Más aún, resulta equilibrada ante la magnitud de la agresión y persigue avanzar hacia un modelo social más justo. Sumarse, por tanto, a la huelga es la forma más clara de expresar el malestar social, apoyar la capacidad dinamizadora y representativa del movimiento sindical y conformar una ciudadanía más activa y crítica.
L'exit de la vaga general mostra la capacitat de mobiltzació dels treballadors i treballadores en rebutjar la reforma laboral i les retallades en els serveis públics i proposant alternatives a les polítiques conservadores.
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