
Transcurrida más de una década, y visto el éxito que cosechó esta primera iniciativa, Amnistía Internacional y la Universitat de València han decidido impulsar una segunda edición totalmente renovada de esta exposición en el contexto del 70 aniversario de la Declaración Universal y del 40 aniversario de Amnistía Internacional España, celebraciones que coinciden en 2018.

Amnistía Internacional ha impulsado desde su nacimiento esa movilización de personas por personas. Somos un movimiento global de gente corriente que se toma la injusticia como algo personal. Luchamos para que todo el mundo pueda disfrutar de sus derechos humanos, y parte de esa lucha es concienciar sobre la importancia de defender los principios de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, amenazados en su 70 aniversario por las políticas regresivas y por la retórica del odio y la demonización que impulsan quienes ejercen el liderazgo en el mundo.

Frente a ellos, frente al temor y al miedo, el auge de los movimientos de protesta que han decidido no callarse y que exigen justicia y dignidad es palpable en muchos lugares del planeta, desde Chile hasta Taiwán, desde Nigeria hasta Estados Unidos o Europa. Iniciativas como la que presentamos aquí forman también parte, a su manera, de estos movimientos que alzan una voz cada vez más clara y poderosa.

En la actualidad Amnistía Internacional cuenta con el apoyo de más de 7 millones de personas en todo el mundo. Sólo en España, cerca de 85.000 personas son socias de la organización, 2.400 personas son activistas y más de medio millón colaboran asiduamente firmando nuestras peticiones. Gracias al apoyo de tanta gente, seguiremos trabajando para que España cierre las principales grietas en derechos humanos que empañan los indudables avances que han tenido lugar en las últimas décadas.

Hay mucho trabajo por hacer: España no es un buen lugar de acogida ni de protección de personas refugiadas. La violencia de género sigue siendo imbatible. El derecho a la vivienda y la salud deben ser considerados derechos humanos. La libertad de expresión está en peligro. Y nuestro país puede contribuir más y mejor a hacer del mundo un lugar más justo.
Desde Amnistía Internacional queremos agradecer la colaboración desinteresada de los diseñadores gráficos participantes y el apoyo de la Universitat de València, sin el cual esta iniciativa no habría sido posible.