LA ESCUELA-COSSÍO,, Avenida 14 de Abril , más tarde de Jose Antonio, ahora del Antic Regne.

 

Escuela seguidora de las propuestas educativas de la Institución Libre de Enseñanza, impulsora de la coeducación, la enseñanza ligada a la naturaleza y al aprendizaje. y la laicidad.

De esta escuela en Valencia fue uno de sus impulsores José Navarro Alcácer y su mujer, D.ª María Alvargonzález, que compartieron sus objetivos con otros matrimonios amigos. María Moliner enseñó en ella Literatura y Gramática, y, además, formó parte de su Consejo Director, como vocal, y de la Asociación de Amigos para su apoyo, como secretaria.

En el libro de Navarro Alcacer “ La Escuela Cossío de Valencia”. Historia de una ilusión (1930-1939) encontramos esta descripción de Vicenta Cortés Alonso, archivera “...Puestos a rememorar aquella singular institución, aparece primero el paseo diagonal, amplio, con andén de tierra por el centro y calzadas laterales, que llevaba al edificio de la Escuela. En aquellos años, antes de la guerra civil, el paseo se llamaba Avenida del 14 de Abril, en homenaje a la fecha de la proclamación de la segunda y azarosa República. El paseo tenía algunos bancos de listones de madera soportados por pies y espalderas de curvilínea fundición, y su más distintivo aspecto lo constituía una doble hilera de magníficas palmeras de dátiles de varios metros de altura que daba sombra agradable....

En ese pintoresco y republicano paseo estaban las Escuelas de Artesanos, todo un bloque de edificios de ladrillo amarillo ocre, dos de cuyas dependencias principales se juntaban oblicuamente en una corta fachada, coronadas sus dos plantas de tejas rojas, donde estaban un portalón principal de madera color caoba, rejas y cristaleras. Estas naves oblicuas albergaban, por alquiler me parece y por cesión, la Escuela Cossío. Ni que decir tiene que el paseo del 14 de Abril, Escuelas de Artesanos y Escuela de Cossío todo junto daban una indicación, quizás debida al azar, quizás no, del talante y del espíritu que allí reinaba...

 

Si tuviera que describir brevemente cosas a las que (en la Escuela ) se daba importancia mencionaría las siguientes: Respeto hacia las artes, y desarrollo de la capacidad de apreciación estética; ambiente de mutua confianza y camaradería, de integración; afición al aire libre, y hacia el deporte como juego competitivo, apreciación de la naturaleza; seriedad y responsabilidad en las tareas dentro de un “buen humor”; estimulo de la creación y afección”.


 Institución Libre de Enseñanza, fue fundada en 1876 por un grupo de catedráticos (entre los que se encontraban Francisco Giner de los Ríos, Gumersindo de Azcárate y Nicolás Salmerón), separados de la Universidad por defender la libertad de cátedra y negarse a ajustar sus enseñanzas a los dogmas oficiales en materia religiosa, política o moral.

A partir de 1881 empezaron a formar parte del cuerpo docente de la Institución profesores formados en ella (Manuel Bartolomé Cossío, que sucederá a Giner al frente de la ILE, Ricardo Rubio, Pedro Blanco, Ángel do Rego, José Ontañón, Pedro Jiménez-Landi...), cuya labor afianzará el proyecto institucionista y garantizará su continuidad.

Desde 1876 hasta la guerra civil de 1936, la ILE se convirtió en el centro de gravedad de toda una época de la cultura española y en cauce para la introducción en España de las más avanzadas teorías pedagógicas y científicas que se estaban desarrollando fuera de las fronteras españolas.

En el espíritu de la I.L.E. está el promover la fusión de las Escuelas Primarias y Secundarias, por considerar que eran sólo distintos momentos de un único proceso. La educación para su fundador constituye una función que debe abarcar toda la vida de la persona, es decir debe ser integral.

Página web dedicada a Fernando Giner de los Rios y la ILE:

http://www.fundacionginer.org/

Maria Moliner

A principios de los años treinta, la familia se traslada a Valencia, colabora en la Escuela Cossío, inspirada claramente en la Institución Libre de Enseñanza. María Moliner enseñó en ella Literatura y Gramática, y, además, formó parte de su Consejo Director, como vocal, y de la Asociación de Amigos para su apoyo, como secretaria. Asimismo, también prestó su colaboración entusiasta a las Misiones Pedagógicas de la República. María Moliner se cuidó especialmente de la organización de las bibliotecas rurales. De hecho, escribió unas Instrucciones para el servicio de pequeñas bibliotecas que se publicaron sin nombre de autor en Valencia, en 1937, que fueron muy apreciadas, tanto en España como en el extranjero.

Fotografias de Maria Moliner

En esta etapa de su vida ocupó puestos importantes de responsabilidad en el terreno de la organización de las bibliotecas populares. Ya en 1935, en el II Congreso Internacional de Bibliotecas y Bibliografía, que inauguró Ortega y Gasset, ella había presentado una comunicación con el título Bibliotecas rurales y redes de bibliotecas en España. En septiembre de 1936 fue llamada por el rector de la Universidad de Valencia, Dr. Puche, para dirigir la Biblioteca universitaria, pero, ya en plena Guerra Civil, a finales de 1937, tuvo que abandonar el puesto para entregarse de lleno a la dirección de la Oficina de Adquisición y Cambio Internacional de Publicaciones y para trabajar como vocal de la Sección de Bibliotecas del Consejo Central de Archivos, Bibliotecas y Tesoro Artístico. La capacidad organizativa de María Moliner va a quedar plasmada en las directrices que redacta como Proyecto de Plan de Bibliotecas del Estado, las cuales se publicarán a principios de 1939 -Pilar Faus (La lectura pública en España y el Plan de Bibliotecas de María Moliner, Madrid, Anabad, 1990.)-.

Al término de la Guerra Civil, el conjunto de amigos de los Ramón-Moliner, y ellos mismos, sufren represalias políticas. Bastantes de ellos se exilian. Su marido es suspendido de empleo y sueldo, trasladado después a Murcia (1944-1946) y rehabilitado en Salamanca a partir de 1946 donde permanecerá hasta su jubilación en 1962. Por su parte, a María la bajan 18 puestos en el escalafón del Cuerpo Facultativo de Archiveros y Bibliotecarios, los cuales recuperará en 1958.

Mas información en http://cvc.cervantes.es/actcult/mmoliner/

Misiones Pedagógicas.

El 29 de mayo de 1931 se creó por Decreto el Patronato de Misiones Pedagógicas con el encargo de «difundir la cultura general, la moderna orientación docente y la educación ciudadana en aldeas, villas y lugares, con especial atención a los intereses espirituales de la población rural». Dependía del Ministerio de Instrucción Pública y Bellas Artes y estaba dirigido por una Comisión Central, cuya sede se encontraba en el Museo Pedagógico.

Este Museo, que había comenzado a funcionar en 1884 como centro de investigación, muy vinculado -tanto por sus colaboradores como por su tarea- con la Institución Libre de Enseñanza, se convirtió en pieza fundamental del proceso de renovación de la enseñanza pública que culminaría en los años de la República. El Patronato de las Misiones Pedagógicas estuvo presidido por Manuel Bartolomé Cossío y la Comisión Central estaba formada, entre otros, por el Director del Museo Pedagógico (que actuaba como Vicepresidente y que en esos momentos era Domingo Barnés), Rodolfo Llopis, Marcelino Pascua, Antonio Machado, Pedro Salinas, Óscar Esplá, Ángel Llorca y Luis Álvarez Santullano (que ejercía de Secretario).

La acción de las Misiones abarcaba tres aspectos: el fomento de la cultura general a través de la creación de bibliotecas fijas y circulantes, proyecciones cinematográficas, un museo circulante, etc.; la orientación pedagógica a los maestros de escuelas rurales, y la educación ciudadana necesaria para hacer comprensibles los principios de un Gobierno democrático a través de charlas y reuniones públicas.