LA REPÚBLICA DELS SOMNIS: L'EDUCACIÓ DURANT LA IIª REPÚBLICA

Carmen Agulló. Universitat de València.

Temps era temps que uns homes i unes dones, compromesos amb la renovació pedagògica i social, cregueren poder fer realitat els seus somnis quan la IIª República va ser proclamada, quan l'escola somniada va començar a veure's reflectida en aquella Constitució que declarava que "Espanya és una República democràtica de treballadors de tota mena, que s'organitza en règim de Llibertat i de Justícia" i que senyalava que l'ensenyament seria obligatori, gratuït, laic, que s'organitzaria en el sistema de l'escola unificada, que respectaria l'ensenyament en la llengua pròpia, que faria del treball l'eix de la seua activitat, i que propiciaria la solidaritat humana.

Una escola que, a través de la legislació i de la pràctica, va començar a fer realitat la il·lusió d'aquells treballadors de l'ensenyament que vegeren com es creaven noves escoles, es planificava la construcció d'edificis escolars, se'ls dotava de nous materials didàctics i es reformava la seua formació inicial i contínua, així com el seu procés de selecció per tal d'ingressar al Magisteri. El Pla Professional, la reforma i unificació de les Normals, les Escoles d'Estiu i els Cursets de Selecció serien quatre senyals d'identitat pròpies de la nova formació del magisteri.

La autora

 

A la vegada es reformava la inspecció, es potenciaven les colònies escolars, es fomentava la participació mitjançant els Consells Locals de Primera Ensenyança, es dotava a les escoles de biblioteques de "Misiones Pedagógicas" i s'assajaven noves propostes metodològiques, fent que les teories esbossades per Dewey, Decroly, Freinet o Montessori passaren a guiar la pràctica quotidiana de les escoles.

Una nova escola republicana començava a néixer malgrat l'oposició dels sectors més conservadors de la societat, malgrat els nombrosos entrebancs que s'articularen en el Bienni radical-cedista; malgrat, cal no oblidar-ho, la comoditat de sectors importants del Magisteri, que per diferents raons no s'implicaren en les reformes. Una nova escola que seria trencada de soca-rel amb el triomf del franquisme, que va imposar la denominada escola del "no".

 

UNA GUERRA INAUDITA
23 de noviembre de 1937


Hace seis años, casi la mitad de la población de este país era analfabeta. Lo primero que hizo el gobierno republicano fue reconocer esta avidez, la hambruna del pueblo en materia de educación. Ahora hay escuelas incluso en los pueblos más minúsculos y pobres; más escuelas en un año que en todos los años de reinado de los soberanos. Y todavía se están fundando más a diario. He visto una ciudad bombardeada por la noche, y a la mañana siguiente la gente se levanta y sigue construyendo sus escuelas. Aquí en Madrid, al igual que en Valencia, se ha abierto un instituto para obreros. Es una universidad, pero no una universidad donde los jovencitos ricos van a hacer amistad con otros jovencitos ricos que tal vez más tarde les sean valiosos en sus negocios. Es una universidad donde los obreros, obligados a trabajar desde niños en campos y fábricas, pueden estudiar para ser maestros, médicos, abogados o científicos, según su talento. Los cursos intensivos de esta universidad duran dos años. Y mientras estudian, el gobierno paga a sus familias el dinero que deberían haber estado ganando.

En las escuelas para niños pequeños, no existe el temor del que tanto se ha oído: la despersonalización. Todos los niños reciben, a expensas del gobierno, una formación tan moderna y personal como la que reciben los niños norteamericanos privilegiados en una escuela autorizada y progresista. Lo que el gobierno de la República española ha hecho por la educación sería un magnífico logro incluso en días de paz, cuando el dinero está al alcance y el suministro es inagotable. Pero esta gente lo está haciendo bajo el fuego...

El gobierno también cuida de los desdichados de la guerra. Hay un millón de niños refugiados en España; un millón, una cifra fácil de pronunciar, pero ¿cómo abarcar lo que significa? Trescientos mil están en familias y setecientos mil en colonias infantiles. Cuando pueda ser, el gobierno quiere que todos estén en colonias. Espero que esto suceda, porque he visto algunas de las colonias. No son como los temibles orfanatos. Nunca vi niños en mejor estado, libres, creciendo felices. Una de las colonias se hallaba en un lugar de veraneo cerca de Valencia. Había sesenta niños, de cuatro años hasta catorce, que habían estado yendo a la escuela en Madrid. Y lo aviones de los fascistas habían bombardeado la escuela.

Era sorprendente ver que muchos de aquellos niños sabían dibujar y dibujaban bien; era alentador ver cómo sus profesores estimulaban sus dotes. Cuando fueron por primera vez a la colonia, los niños conocían las cosas más próximas y profundas para ellos: dibujaban aviones, bombas explotando y casas ardiendo. Por la terrible perfección de los detalles, se apreciaba lo bien que conocían esos temas. Ahora dibujan flores, manzanas, barcos de vela y casitas con humo saliendo de las chimeneas; ahora sí que son niños.

Y a unos cuantos kilómetros, los aviones de los fascistas sobrevolaban Valencia y soltaban bombas, y por eso habrá más niños que dibujen aviones, llamas y fragmentos de cuerpos volando por el aire; eso si queda algún niño.

DOROTHY PARKER, «The Siege of Madrid», The Portable Dorothy Parker

En Usandizaga, Aránzazu (ed.) (2000). Ve y cuenta lo que pasó en España. Mujeres extranjeras en la guerra civil: una antología. Madrid Planeta