Con la promesa de no dejar a nadie atrás, 193 países se comprometieron el 25 de septiembre de 2015 a adoptar los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) que forman parte de la agenda de la ONU configurada para proteger el planeta, acabar con la pobreza y garantizar la prosperidad de la ciudadanía global para 2030.
Siendo que la consecución de los 17 ODS requiere de un esfuerzo conjunto, es indispensable involucrar a todas las personas. Para ello, lo primero es conocer y comprender los retos que se nos presentan y ¿qué mejor manera que a través del juego?
El 2030 SDGs Game (Juego de los ODS 2030) nació en Japón en 2016 como juego de mesa y se ha convertido en un fenómeno social impactante en Japón, hasta el punto de haber ganado una amplia cobertura mediática, llegando a más de 100,000 participantes. Esta herramienta de sensibilización nos llegó de la mano de Imacocollabo. El nombre de esta organización proviene de una combinación de palabras que viene a decir “experimenta, colabora y actúa, aquí y ahora”. Originalmente, la Cátedra de Cooperación y Desarrollo Sostenible de la Universitat de València estaba colaborando con esta entidad para organizar, por primera vez en Europa, un torneo del juego. Sin embargo, la crisis del coronavirus cambió el planteamiento al imposibilitar la presencialidad y surgió la idea de manera colaborativa: diseñar una versión online de 2030 SDGs Game que pudiera llegar a todas partes.
El pasado 11 de junio, un equipo formado por ocho miembros de la Universitat de València ha participado en el primer test, a nivel internacional, de este proyecto hecho realidad: un torneo piloto del 2030 SDGs Game online, realizado para su evaluación. Los miembros del equipo UV han sido tres profesoras: Ana Alcaraz Lamana (Facultad de Ciencias Sociales), Elena Ortiz Ballester y María Alcantud Díaz ambas de la Facultad de Magisterio); y cinco estudiantes de postgrado: María Botella Martínez (valenciana, doctoranda en Desarrollo Local y Cooperación Internacional), Jeison Camilo Sua Flores (colombiano, doctorando en Didácticas Específicas), Roger Yance Pelaez (boliviano, Máster en DDHH, Paz y Desarrollo Sostenible), Ana María Gutierrez Fajardo (ecuatoriana, Máster en Género y Políticas de Igualdad) y Jorge Valiente (valenciano, Máster en Profesor de Educación Secundaria).
El juego es una simulación de cómo se verá el mundo en 2030, dependiendo de los proyectos que cada jugador decida apoyar en función de los recursos a su disposición, sus objetivos individuales y su capacidad para colaborar con los demás. Cada uno de estos proyectos influyen positiva o negativamente en los ejes de la sostenibilidad: la economía, el medioambiente y la sociedad, y, por tanto, en el impacto de los ODS; y conformarán la “realidad futura”. Al terminar la partida, se dedica un tiempo a la reflexión para determinar los acontecimientos que nos han conducido a nuestro resultado.
Mediante esta experiencia, nos hemos enfrentado a los graves conflictos de nuestro tiempo mediante estrategias que reducen su magnitud real, haciéndolos accesibles y estimulando nuestra curiosidad por saber más. Nos hemos convencido de que nuestra participación es valiosa y puede marcar la diferencia. Hemos confirmado la necesidad de promover los ODS, y nos ha inspirado y motivado a actuar en la vida real para construir el mundo que queremos ver en 2030.
