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Mecánica cuántica, una teoría...

Y si la mecánica cuántica no fuera más que una teoría...

Sobre transferencia de información

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Para Jeffrey Bub, la mecánica cuántica puede verse como "una teoría sobre la representación y la manipulación de la información en un mundo que constriñe las transferencias de la misma".

Este teórico canadiense de origen sudafricano explica su aproximación tomando como ejemplo el trabajo de Einstein en 1905: Para la relatividad restringida, en vez de intentar construir una imagen de los fenómenos partiendo de esquemas elementales (aproximación constructiva), Einstein partió de dos principios empíricos (principio de "relatividad" y de "constancia de la velocidad de la luz en el vacío"). "Esta distinción formulada por Einstein entre la teoría constructiva y teoría de principios es muy importante, explica el físico. Hay que hacer el mismo trabajo con la mecánica cuántica".

"Este trabajo partió de una conjetura formulada por Christopher Fuchs y Giles Brassard en 1997, que decía que debía ser posible reconstruir la mecánica cuántica a partir de principios de ... criptografía, el arte de los mensajes secretos. Al principio esta idea me pareció una locura, pero reflexionando sobre ella empecé a ver que ello generaba, en efecto una cierta cantidad de efectos cuánticos".

Con los americanos Hans Halvorson y Rob Clifton, generalizando la idea de Fuchs y Brassard, y después de muchos años de un trabajo "difícil y lleno de callejones sin salida", publicó en 2003 este asombroso resultado: la forma de la teoría cuántica se genera a partir de tres principios que restringen la transferencia de la información: "la imposibilidad de enviar una información más deprisa que la luz", "la imposibilidad de clonar la información de un sistema cuyo estado se desconoce" y "la imposibilidad de asegurarse de la seguridad incondicional del procedimiento criptológico de 'empeño'" (?!).

Del conocimiento

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El trabajo de Alexei Grinbaum, cercano del de Jeffrey Bub, invita a representarse la mecánica cuántica como "una teoría del conocimiento".

Este ruso de 26 años, que defendió su tesis de filosofía de las ciencias en la escuela politécnica de París, partió del postulado que, para elaborar una teoría que describa un sistema, hay necesariamente que separar el objeto de esta teoría de las presuposiciones de la misma. Lo que le dejaba dos posibilidades: o bien partir del principio de que el sistema está regido por leyes físicas y el objetivo es describir la información que contiene; o bien concentrarse exclusivamente en la información de la que se dispone sobre el sistema, y el objetivo es entonces describir las leyes físicas que lo rigen.

Apoyándose en esta segunda aproximación e inspirándose en las pistas abocetadas por el teórico italiano Carlo Roveli, Alexei partió de algunos axiomas que constriñen la información que se puede extraer de un sistema (dos de los principales, sólo contradictorios en apariencia son: "existe una cantidad máxima de información pertinente extraíble" y "siempre es posible conseguir una nueva información"), axiomas que, al contrario de los de Jeffrey Bub, NO presuponen la existencia de un espacio o de un tiempo.

Gracias a algunas hipótesis matemáticas suplementarias, demostró entonces que una teoría restringida por estos axiomas toma necesariamente la forma de la mecánica cuántica. La cual se convierte entonces en una epistemología pura, que ya no se ocupa de describir el sistema en sí, sino las condiciones impuestas a esta descripcción.

De probabilidades generalizadas

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Para Lucien Hardy, la mecánica cuántica es ante todo "una teoría de probabilidades generalizadas".

Este investigador parte de una definición mínima del trabajo de un físico: debe correlacionar los datos con el fin de determinar las probabilidades asociadas a todos los resultados posibles de las medidas que puede realizar sobre un sistema. "No he encontrado nunca nadie que no estuviera de acuerdo con esta definición", asegura.

Imagina por ejemplo que buscas una pelota, con dos cajas cerradas frente a tí. El trabajo del físico consiste entonces en recoger todas las informaciones con el fin de calcular las probabilidades de que la pelota se encuentre en una u otra caja o en ninguna. Las probabilidades se organizan en un triángulo en el que las esquinas corresponden a los tres estados de conocimiento dichos "puros", en los que el físico sabe con certeza que la pelota están en la primera caja, en la segunda o en ninguna. Los puntos interiores corresponden a los estados de conocimiento "impuros" (como "una posibilidad sobre dos de que la pelota esté en la primera). A partir de ahí, Lucien demostró primero que si los estados "puros" están, como aquí, separados ("discretos") entonces, añadiendo unos pocos axiomas "razonables" (como "para dos preparados experimentales idénticos, las probabilidades son idénticas") se genera la teoría clásica de probabilidades.

Pero, sobre todo, segundo, demostró que si, por el contrario, los estados "puros" son continuos (como los puntos en la superficie de una esfera), entonces !esta nueva teoría de probabilidades se convierte en la mecánica cuántica!. "Es bastante chocante el que la difrencia entre la teoría de probabilidades clásica y la teoría cuántica se limite a una única palabra" (continuo en lugar de discreto).

"Un físico del siglo XIX hubiera podido desarrollar la teoría cuántica sin ninguna referencia a datos experimentales".

Del pensamiento

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Para Christopher Fuchs, la mecánica cuántica consiste principalmente en una descripción de "las leyes del pensamiento", que "formalizan las apuestas que se pueden hacer sobre las consecuencias potenciales de nuestras intervenciones experimentales sobre la naturaleza", pero nos dice también algo en particular sobre la misma naturaleza.

Una aproximación empezada en 1998, cuando consagró su tesis al estudio de la relación entre una característica cuántica crucial (el colapso brusco del estado del sistema cuando se lo mide) y una fórmula de probabilidades clásicas (la de Bayes, establecida en el siglo XVIII para describir la evolución de una probabilidad tras una información). Las analogías profundas entre estas dos estructuras le llevaron, diez años más tarde, a proponer un vasto programa que enlaza con la tradición de "los filósofos pragmáticos americanos como Charles Pierce o William james". Al contrario que Lucien Hardy, no piensa que las probabilidades se puedan generalizar "es una especie de a priori, algo así como la aritmética".

Su programa consiste en interpretar todos los elementos posibles de la mecánica cuántica como conscuencia de las probabilidades clásicas. Los elementos restantes "tan pequeños como puedan ser", deberán entonces pertener a la realidad. Un programa que podría ser acabado en unos pocos años pues hay ahora mucha gente interesada.

"Ser bayesiano en un mundo cuántico", tal es el resumen de esta aproximación.

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© Hector Rulot, Universitat de Valencia. email Contact Mod: 24 mayo 2013 03:48  documentacion wiki traza de la pagina Editar