E.C.P. Unidad de investigación centrada en la persona. |
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Servicios empresa.
Introducción:
El ser humano se comporta de muy diversas maneras pero, en todos los casos, ha
dependido de las condiciones de valor que se le han ofrecido.
El descubrimiento del Enfoque Centrado en la Persona, (desarrollado, en
principio por Carl Rogers, por un inmenso cuerpo de investigación y práctica
en muy diversos entornos), ha consistido en aprender que cuando las personas son
tratadas sin una dirección estricta (respetando su libertad-responsabilización),
desde una aceptación incondicional de su persona, en un marco de autenticidad y
de escucha empática, en esas mismas personas tienden a manifestarse unas
fuerzas constructivas y se activa su tendencia a un desarrollo personal y social
positivo, por encima de las tendencias destructivas. Se trata de un modo de pensar y de llevar a término las relaciones humanas que implica un modo de ser con los demás. El resultado es un estilo de relación capaz de producir un desarrollo positivo de las personas y de la sociedad.
Este modo de ser
implica:
Este modo de ser debe asumir el desarrollo de unas habilidades de relación:
Una apuesta para el mejoramiento de las relaciones interpersonales como camino para el cambio positivo y la resolución de problemas de las personas y las organizaciones. Se trata de una comprensión de la persona como ser vivo, disponible al crecimiento, al desarrollo de sus potenciales positivos. El objetivo y la tarea es que las personas que vayan a facilitar el desarrollo de los individuos o grupos dispongan de un modelo de relación que lo haga posible. Nuestros principios para la formación y el perfeccionamiento:
La formación y el perfeccionamiento que se consigue en el ECP hay que
entenderlos desde el desarrollo de la personalidad de la persona en formación,
mediante la relación o encuentro centrada en la persona entre los facilitadores
y las personas en formación. La formación según el ECP está fundamentada en un modelo de aprendizaje autónomo basado en el poder dado a cada uno, la "libertad de aprender", y en la autoevaluación, respetando las exigencias institucionales existentes. Un modelo de eficacia probada con el que se consigue un aprendizaje significativo.
Desde esta perspectiva la persona es el principal responsable en su proceso de
aprendizaje en el que queda inmerso como persona en desarrollo. De aquí surge
su compromiso y responsabilidad con cada una de las actividades implicadas en el
aprendizaje.
Como resultado del proceso de formación la persona aumenta su autoestima y la
confianza en sí mismo, asumiendo iniciativas responsablemente, desarrolla su
habilidad de aprender a aprender, quedando abierta a la experiencia e incorporándose
a un proceso de cambio. |
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