YTURRALDE
Yturralde (Cuenca, 1942) está considerado como uno de los pintores más sobresalientes dentro de la tradición europea de la abstracción geométrica. La evolución de su poética se demuestra como un elemento explicativo clave de una parte de lo que ha pasado en el arte del último medio siglo en nuestro entorno. Es claramente valiosa para el análisis de la configuración de una de las vías alternativas tras la crisis del informalismo. Y también lo es a los efectos de entender el panorama diverso de la abstracción contemporánea.
Los planteamientos de sus dos primeras décadas de carrera profesional, desde la mitad de los sesenta hasta el comienzo de los ochenta, estaban arraigados en la intersección conceptual entre arte y ciencia, y en los desafíos perceptivos. El tema de las Figuras Imposibles es, quizá, el más paradigmático en ese sentido. Constituye un conjunto de representaciones factibles de realidades inviables y, sin embargo, sensiblemente plausibles bajo nuestra observación, por el hecho de ser en cierta manera reconocibles perceptivamente. Pero no fue el único ámbito de investigación dentro de ese campo de cultivo. Los trabajos artísticos con los primeros ordenadores, la profundización en las geometrías de dimensiones superiores, la utilización de láseres, la generación de estructuras volantes, capaces de aprovechas la energía eólica para elevarse y definir nuevos astros poliédricos en el cielo azul, son otras muy interesantes. Fueron centrales, entonces, su paso por el Centro de Cálculo de la Universidad de Madrid y la estancia en el Center for Advanced Visual Studies del MIT.
Más adelante, durante la parte central de la década de los ochenta, se produjo un giro hacia posiciones más expresivas y, en cierto modo, menos analíticas, donde aún se encuentra. Este nuevo afán sintético, claramente imbuido de la colour field painting de Rothko, reflejaba un interés explícito por la categoría de lo sublime. Las series Preludios, Interludios y Postludios son una muestra de cómo geometrías que se desvanecen ocupan el lienzo hasta sus límites, con una presencia más etérea, lejos del carácter objetual de las figuras anteriores.
Hoy en día, sus propuestas combinan esos últimos planteamientos con una vuelta al uso de signos geométricos básicos que irradian luz o la eclipsan, llegando a hacerse visibles no por su delimitación explícita, sino por las progresiones lumínicas que adoptan las áreas de color circundantes.
CARTOGRAFÍAS DE LO SUBLIME
El proyecto expositivo se centra en su producción artística más reciente. Se muestras once obras de gran formato que van desde uno de los últimos postludios hasta las últimas creaciones dentro de la serie circular Enso o de una incipiente línea de trabajo, visible en Citrinitas, donde son fundamentales las rápidas variaciones cromáticas hacia los límites del soporte u otras rectas que rigen en la composición. Se persigue crear, con una disposición por conjuntos dialogantes, distintos espacios de reflexión y emoción, donde prime lo sublime.
Se mezclan obras monocromáticas, con grandes extensiones sensiblemente graduadas, con piezas que son una especie de aforismos pictóricos o haikus visuales, dentro de los cuales la inmensidad de aquello que se puede conocer se condensa en términos plásticos esenciales. En otras, se convierte en central la noción de límite, haciendo aparecer, o desaparecer, realidades por el hecho de rodearlas con llegadas asintóticas de color. También se eclipsan potentes fuentes de luz, dejando lo que está detrás en evidencia mediante un acto que es propiamente de ocultación. Es decir, el vacío y la plenitud cohabitan en la dialéctica que se establece en sus lienzos. En todos los casos, eso sí, la luz y la geometría se alían para desentrañar las condiciones de entidades próximas al concepto de lo absoluto.
Precisamente, es esa estrategia de hacer ver esencialmente aquello que es inasible, bien sea por su infinitud, o bien por su proximidad a la propia inexistencia, a un grado cero absoluto. Es por eso que hemos empleado la metáfora de las cartografías, valiosos elementos descriptivos y de guía que son resultado de un extraordinario proceso de síntesis informacional. Y es que lo que pasa en su producción es muy parecido a lo que ocurre con los mapas geográficos, en los que se condensa de forma muy simplificada, intensamente elemental y de acuerdo con una serie de convenciones que permiten la interpretación por parte del otro, la tremenda complejidad de la realidad física de nuestro mundo. Es decir, todo aquello que implica conceptualmente la grandeza del universo o la excepcionalidad de las partículas elementales puede ser referido en cierta manera con estas imágenes rotundas, cuya potencia se ve aumentada por la expresividad con la que se ven dotadas.
Esta exposición forma parte del conjunto de actividades conmemorativas del I Centenario del Colegio Mayor San Juan de Ribera de Burjassot, del que el artista fue colegial becario por oposición durante su etapa formativa universitaria.
Santiago Pastor Vila, comisario de la exposición