La arqueología es una ciencia autónoma y multidisciplinar que mediante el uso de materiales antiguos y aplicando una metodología especializada ha permitido y permite realizar descubrimientos sobre acontecimientos y sociedades pasadas.
23 de noviembre de 2015
Hablamos de una ciencia cuyo objetivo es la reconstrucción no solo de yacimientos o pueblos antiguos, sino de las sociedades que en ellos se asentaban. Esto se consigue mediante el uso de los restos materiales que estas sociedades dejaron y se han conservado a lo largo del tiempo. Un cúmulo de piezas que colocadas correctamente permiten descubrir historias olvidadas, formas de vida, acontecimientos y culturas muertas, o a veces, no tan muertas.
Se trata de llevar a cabo un trabajo científico con determinados modos de emanar; siguiendo un proceso dividido en diversas fases y adecuándose a la situación y a la particularidad de cada estudio realizado, esto es la prospección, la excavación y el trabajo de laboratorio. La prospección va asociada a un trabajo de búsqueda, los expertos en arqueología analizan un lugar concreto el cual es elegido siguiendo una serie de criterios básicos, con la intención de encontrar elementos u objetos que indiquen que en dicho emplazamiento existe un yacimiento. La prospección puede venir dada por diferentes motivos y la manera de proceder en cada caso es bien distinta. El primer caso es el de urgencia, es decir, el proyecto empieza porque se va a realizar una construcción en poco tiempo y en el caso de que haya un yacimiento, este quedaría reducido con el inicio de la obra. El segundo caso es el de investigación, que tiene como fin conocer o descubrir algunos datos que ayuden a completar lagunas de información existentes a lo largo de la historia. Y en tercer lugar, existe la prospección de patrimonio, que es aquella realizada con el fin de promover la cultura y la interactuación de las personas con ella, además, se pretende incrementar también los puntos de atracción sobre un determinado territorio. En cuanto a la excavación es la fase más delicada de la arqueología, puesto que se extraen de su tumba original todos los objetos del yacimiento para ser usados en la tercera fase, el trabajo en laboratorio, donde mediante el estudio y el análisis de estos objetos se podrá sacar las conclusiones sobre el yacimiento.
La arqueología, pese a definirse como una ciencia autónoma, los arqueólogos realizan una enorme cantidad de esfuerzos multidisciplinarios para poder obtener un resultado eficaz en su trabajo, es decir, necesitan estar en contacto con otras ciencias relacionadas con la materia, entre ellas la geología, la etnología, la geografía, la numismática, la geología o la antropología.
Hablamos por tanto de una ciencia que mediante el uso de una metodología específica consigue reconstruir el pasado en el presente, permitiendo así que podamos conocer el devenir histórico que ha sufrido la humanidad hasta llegar al punto en el que nos encontramos. Ayudando por una parte a entender por qué y promoviendo así la posibilidad de uso de dichas culturas adaptadas a la sociedad actual.
