APORTACIONES PARA UN PARTIDO DE CLASE
Rafael Pla López

Constatando que los documentos de la plataforma "Un partido de clase" recogen algunas de mis aportaciones presentadas en el Comité Federal del PCE del 13 de mayo de 2017, y que espero también sean recogidas en el documento reelaborado por la Permanente, indico a continuación otras aportaciones a los documentos de la mencionada plataforma.

Documento político:

Hay que recordar que, según la precisión realizada por Engels en 1890 al texto del Manifiesto Comunista que ambos firmaron en 1848, lo que es la historia de las luchas de clases (página 2) es la historia escrita de la Humanidad, excluyendo la sociedad primitiva previa a la división en clases. Teniendo en cuenta que el objetivo último de los y las comunistas incluye la desaparición de dicha división en clases, conviene recalcar que ésta no es originalmente connatural a la Humanidad, y que por tanto "la hegemonía de la clase obrera" debe también ser transitoria.

Coincidiendo (página 3) en que la "nueva política" tiene su sentido en la perspectiva de la transición socialista hacia el comunismo, hay que reconocer que el desarrollo tecnológico, y en particular las nuevas formas de comunicación en red que Internet facilita, permiten añadir aspectos nuevos a dicha perspectiva para la autoorganización social. Hay que recordar que precisamente porque el comunismo marxista se fundamenta en un enfoque científico su contenido no es estático, sino que es un pensamiento en desarrollo.

Y nosotros también debemos hablar de una "nueva cultura" abierta al futuro pero enrraizada en la propuesta de Josep Renau durante la Segunda República.

Decir que la xenofobia es común a Clinton y a Trump (página 4) es perder de vista la especificidad fascista de éste, asentada en la xenofobia, el racismo, el machismo y la homofobia, contra los cuales se ha levantado en Estados Unidos la Marcha de las Mujeres que incluye a seguidores de Clinton y Sanders.

La expresión "capitalismo de casino" (página 5) podemos utilizarla correctamente como metáfora de un capitalismo basado en la especulación financiera.

Hay que matizar la afirmación de que "No hay alianzas posibles con el nacional capitalismo". Naturalmente que no podemos pactar con el fascismo, pero los comunistas hemos realizado múltiples alianzas con distintas formas de burguesía nacional en el marco de una alianza antimperialista (siguiendo por cierto las orientaciones de Marx, Lenin y Mao), y especialmente de la pequeña y media burguesía objetivamente enfrentada con el gran capital.

Incidentalmente, debo indicar que "La ley de la “baja tendencial de la tasa de ganancia”, que Marx desveló en su análisis crítico del sistema capitalista" (página 6) es teóricamente incorrecta, como demuestro en mi trabajo A Dynamical Model of Evolution of the Mean Gain Rate, publicado en Scientific Inquiry: A Journal of the IIGSS, vol.7, No.2, June, 2006, El problema era que Marx no disponía de los instrumentos matemáticos para estudiar la evolución de los sistemas económicos fuera de posiciones de equilibrio, instrumentos que sólo se han desarrollado en la segunda mitad del siglo XX.

Por otra parte, para analizar el desarrollo histórico de las crisis capitalistas hay que distinguir entre las crisis de ciclo corto y los ciclos largos de Kondratiev, así como tener en cuenta los efectos de los límites ecológicos para un crecimiento sostenido (puede leerse al respecto mi articulo "La naturaleza del capitalismo" (2002)). Allí se explica, por cierto, que no "es cierto que podría haber capitalismo sin mayor contaminación que la natural" (página 14), dado que el crecimiento consustancial al capitalismo choca con dichos límites ecológicos.

Naturalmente, el PCE como partido de la clase trabajadora no puede sustituirse por "propuestas pluri clasistas de movimientos transversales" (págima 15), pero estos movimientos forman parte del bloque político y social que debemos impulsar para cambiar la correlación de fuerzas, y en cuyo marco se sitúa el papel de Unidos Podemos (página 16). Por ello, es muy confusa la afirmación de que "Es, precisamente, cuando se logra que la hegemonía de clase sea asumida como propia por la mayoría social, cuando se consigue el poder" (página 17). La hegemonía de la clase trabajadora se expresa en su capacidad de aglutinar a su alrededor a sectores sociales intermedios para configurar una mayoría social alternativa, lo cual no supone que dicha hegemonía sea "asumida como propia" por el resto de sectores populares. ¿Habremos de recordar, en el aniversario de la Revolución de Octubre, que el partido bolchevique sustituyó su propio programa sobre el campo, basado en la nacionalización de las tierras, por el programa de los eseristas de izquierda basado en el principio de la tierra para quien la trabaja, a fin de forjar la alianza obrero-campesina?

Es también confusa la expresión "concluir el Estado de las autonomías en un Estado Federal": el Estado Federal no es la "conclusión" del Estado de las autonomías, sino su superación, que naturalmente requiere la apertura de un proceso constituyente rupturista, más aún si ha de ser republicano. Una cosa es asumir que actualmente no se den aún las condiciones de correlación de fuerzas para conseguir una ruptura democrática, y otra sembrar la ilusión de que sin ella pueda conseguirse una República Federal.

Y para mayor confusión, el cuestionamiento de "ciertas fórmulas "autodeterministas", o sucedáneos, que encubren un independentismo sin debate" (página 18). Habrá que recordar que el derecho de autodeterminación es un principio histórico del PCE que no abandonó ni siquiera en su 9º Congreso, y que no implica un independentismo, sino la asunción de que la unión de los pueblos debe ser libre y no forzada, especialmente en un Estado Multinacional.

La frase "La coalición electoral Unidos Podemos perdió 1 millón de votos el 16J con relación al 20D" no es correcta. Además de que era el 27J, Unidos Podemos no pudo perder votos en relación al 20D cuando el 20D no existía. En todo caso, habría que decir que Unidos Podemos obtuvo el 27J un millón de votos menos que la suma de IU y Podemos el 20D.

Y debemos recordar que IU fue en su origen una formación ampliamente plural, incluyendo incluso al Partido Carlista y al Partido Humanista. Esa pluralidad se ha ido reduciendo posteriormente (aunque debamos felicitarnos de alguna incorporación reciente como el Partido Feminista), de modo que, antes del último ciclo electoral, tuvimos que integrarnos en formaciones más amplias, como la Izquierda Plural, y ya entonces hablábamos de superar la IU realmente existente en ese momento. La diferencia estriba en que, si en Izquierda Plural la fuerza mayoritaria era IU, no lo es en Unidos Podemos, pero ésta se inscribe en el mismo proyecto de convergencia política y social de la izquierda que condujo en su día a IU, y que no puede reducirse a nuestro propio ámbito ideológico.

Cuando se habla de "referencia de clase" (página 23) hay que recordar que la expresión "creación de empleo" coloca a la clase trabajadora en una posición subordinada, como "empleados" por los "empleadores" que aparecen como el sujeto activo, y que mayoritariamente son los empresarios. Dicha expresión debe sustituirse por otras como "incremento de puestos de trabajo", "movilización de fuerza de trabajo", etc., que sitúen siempre a los trabajadores y trabajadoras como el elemento activo que son para la creación de riqueza, y como corresponde a un partido de clase trabajadora que debe serlo "para sí", en la terminología de Marx.

Documento organizativo:

Es cierto que "quienes se ven obligados para subsistir ellos y su familia a vender su fuerza de trabajo forman parte de la clase trabajadora" (página 5), pero hay que matizar la afirmación siguiente de que "en algunos casos que representan un pequeño porcentaje su capacidad de decisión y control autónomos sobre los medios de producción (sobre todo la fuerza de trabajo de otras personas) que están a su disposición (aunque no sean sus propietarios) les pueden situar más cerca de los intereses objetivos de la burguesía". Porque precisamente hay que distinguir entre aquéllos que por la naturaleza de su trabajo ejercen control autónomo sobre los medios técnicos de producción (como es el caso de los técnicos o de profesores o médicos asalariados) y aquéllos que ejercen funciones de mando sobre otros trabajadores por delegación de los propietarios del capital (como es el caso de capataces o ejecutivos asalariados).

En el caso de los segundos, que normalmente tienen retribuciones que exceden a la proporción correspondiente a su formación y que suponen una transferencia de plusvalía al ejercer funciones delegadas del capital, actúan directamente como agentes de éste.

Pero en el caso de los primeros, lo que se da es una nueva contradicción con el capital, que además de a la distribución de la renta atañe al control de la producción, en la que los requerimientos técnicos de ésta chocan con las relaciones de producción capitalistas que dan el poder de decisión a los propietarios del capital. Por ello, precisamente este sector de la clase trabajadora se encuentra en condiciones objetivas óptimas para su empoderamiento, prescindiendo de unos capitalistas que han devenido históricamente innecesarios. Otra cosa es que su organización y su conciencia de clase les permitan asumir ese papel. Pero ese es precisamente el papel del Partido. Sobre este tema pueden encontrarse referencias en mis artículos "Capitalismo y cualificación", "La revolución del siglo XX" y "La classe treballadora del segle XXI" y en mi ponencia "Innovation and growth in the Economics of Information".

El texto de Lenin "Dos tácticas de la socialdemocracia rusa ante la revolución" está destinado precisamente a refutar la tesis de que "No corresponde a la clase obrera hacer la revolución que corresponde históricamente a la burguesía y que ésta no hizo en nuestro país" (página 6). A dicho texto por tanto me remito.

Hay que matizar la afirmación "Sólo el debate político profundo y la síntesis dialéctica hacen posible un acuerdo fundamental" (página 10), dejando claro que hay que impulsar un debate político profundo y buscar síntesis dialécticas, pero que cuando llega el momento de la acción (que las circunstancias de la lucha no permiten postergar indefinidamente) los acuerdos mayoritarios han de ser aceptados por todos los miembros del Partido. Ésto es un principio democrático básico, sin el cual ninguna organización puede funcionar.

Y "la llamada "superación" de IU" (página 11) es consustancial a un enfoque dialéctico de nuestra política de convergencia política y social, evitando que ésta se fosilice en lo que en la práctica funciona como un partido político clásico, perdiendo su carácter de movimiento político y social, que por su misma naturaleza debe estar siempre abierto a su desarrollo y ampliación a nuevos marcos de unidad popular.

Y la pretensión de que "los miembros de los comités en todos los niveles posean al menos en su 75% experiencia de dos años en una
relación laboral" puede excluir a sectores importantes de la juventud. Sería mejor plantearlo al contrario, estipulando que las personas en "puestos institucionales o de confianza, liberación de partido o de sindicatos, de ONG u otras organizaciones sin ánimo de lucro" no superen el 25%.

El término "núcleo" no conlleva una idea de "dimensión pequeña y cerrada" (página 14). Por el contrario, el concepto de núcleo tiene un sentido abierto de dinamización y proyección en el entorno en el que se constituye.