Durante la primera temporada de campo en La Blanca se realizaron prospecciones arqueológicas mediante pozos de sondeo en todo el asentamiento, lo que permitió establecer su cronología, las distintas fases constructivas y las principales áreas de ocupación.
De dichos pozos se obtuvieron abundantes restos de cultura material, especialmente cerámica, objetos de lítica y concha, y figurillas cerámicas. Su estudio y análisis proporcionó interesantes informaciones, sobre todo, acerca del período Clásico Terminal en La Blanca y del abandono del sitio a finales de ese período.
Asimismo, se llevó a cabo el levantamiento topográfico con Estación Total, el dibujo de la arquitectura visible, la inspección y cierre de saqueos, y se registraron los primeros grafitos descubiertos.
La exploración y el dibujo de la arquitectura visible permitieron corroborar la hipótesis de partida de que la mayoría de las construcciones de La Blanca, más que ceremonial, es de carácter administrativo y residencial.
Algunos de estos muros expuestos conservaban aún los restos de vestigios pictóricos y grafitos de gran calidad, que fueron debidamente documentados.
Durante esta campaña se realizó también la pre-identificación de las acciones de cooperación al desarrollo previstas en el Proyecto, a través de la investigación documental y, fundamentalmente, de campo, en la vecina aldea de La Blanca. Conocer los aspectos básicos de la realidad de esta población del Petén oriental es fundamental para abordar la recuperación del patrimonio maya con un sentido más social y más comprometido con el desarrollo endógeno.
(Fotos PLB 2004)