
Amadeo Fuenmayor, director de la Cátedra de Tributación Autonómica UV, analiza cómo la automatización impacta en el mercado laboral y propone un impuesto a los robots como vía para sostener el Estado del bienestar.
El avance imparable de la robotización y la inteligencia artificial está transformando el mercado laboral, poniendo sobre la mesa un debate de enorme relevancia para el futuro de los sistemas fiscales: ¿deben los robots pagar impuestos?
Amadeo Fuenmayor, profesor titular de la UV y director de la Cátedra de Tributación Autonómica, reflexiona sobre esta cuestión en el último número de la revista Temas para el Debate. En su artículo, destaca cómo el trabajo humano sigue siendo el principal sustento del Estado del bienestar, ya que las rentas del trabajo representan cerca del 50 % de la renta nacional y generan la mayor parte de los ingresos públicos vía IRPF y cotizaciones sociales.
Sin embargo, la progresiva automatización amenaza con debilitar esta fuente de ingresos. Según Amadeo Fuenmayor, una posible respuesta sería gravar a los robots mediante nuevas figuras impositivas, lo que permitiría no solo mantener la financiación de los servicios públicos, sino también redistribuir los beneficios de la automatización.
El artículo plantea incluso la posibilidad de que los robots adquieran personalidad jurídica y tributen como las sociedades mercantiles. Una idea que, aunque hoy suene futurista, ya empieza a generar propuestas concretas en el ámbito académico y político.