Lorena González, Doctora en Psicología de la Salud, miembro de la Unidad de Investigación de la Psicología del Deporte de la Universitat de València (UIPD) y actualmente profesora en la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad Europea de Valencia; impartió el pasado miércoles una conferencia acerca de los estilos de vida saludables en la que hablo acerca del bienestar, el malestar y correlación con la salud.
23 de noviembre de 2016
Por estilo de vida, se entiende una “forma general de vida, basada en la interacción entre las condiciones de vida en un sentido amplio y los patrones individuales de conducta, determinados por los factores socioculturales y las características personales”, según González. Este patrón de comportamientos relativamente estables de los individuos o grupos guardará una estrecha relación con la salud, en la medida en que el concepto que se tenga de salud hará que se considere a un determinado estilo de vida como saludable o no saludable.
Forma general de vida, basada en la interacción entre las condiciones de vida en un sentido amplio y los patrones individuales de conducta
Sin embargo, la salud tiene multitud de definiciones, asimismo González destacó durante su ponencia que este concepto hace referencia al “nivel más alto posible de bienestar físico, psicológico y social, y de capacidad funcional, que permiten los factores sociales en los que vive inmerso el individuo y la colectividad”. Por tanto, la salud es multifactorial en su naturaleza, incluye varias dimensiones y conlleva un continuo en cuyos extremos se situaría lo negativo y lo positivo -que se entiende como bienestar-.
Algunas de las variables existentes en cuanto al estilo de vida en relación con la salud son:
- Bidimensional:
- Health promoting behaviours (Práctica regular de actividad física, dieta adecuada, uso del cinturón de seguridad).
- Problem behaviours (Tabaco, alcohol, actividad sexual temprana).
En este sentido, las experiencias de bienestar/malestar empujan a que las personas quieran proteger su salud o que se involucren en conductas de riesgo. De este modo, el bienestar consiste en un estado físico y emocional positivo con alta capacidad para disfrutar y encontrar retos en la vida y para poseer estrategias adecuadas para enfrentarse a las dificultades. Por ello, este concepto puede comportar en el individuo:
- La búsqueda del placer en detrimento del dolor. Satisfacción con la vida (según la visión Hedónica o bienestar subjetivo)
- La necesidad de autorrealización vinculada con la autoestima (según la visión Eudaimónica o bienestar psicológico).
Por otro lado, el malestar supone un estado físico y mental negativo que puede incluir experiencias de ansiedad, depresión, o signos de enfermedad física. Sus indicadores serían el afecto negativo (estado emocional adverso) y el Burmout (agotamiento físico y emocional, sentimiento de ineficacia y actitud desprecocupada y cínica respecto a la participación en una actividad).
El malestar supone un estado físico y mental negativo que puede incluir experiencias de ansiedad, depresión, o signos de enfermedad física
Asimismo, los correlatos que existen entre bienestar y malestar dentro de la teoría de la autodeterminación son:
- Motivación
Es el porqué de nuestra conducta, reflejada en cómo se comportan las personas, en lo que piensan y en cómo se sienten respecto a algún aspecto.
- Necesidades
Las necesidades psicológicas básicas son nutrientes esenciales para el crecimiento, la integridad y el bienestar. Además, son innatas, universales y constantes a lo largo del desarrollo evolutivo.
- Competencia: experiencia de poder actuar de forma eficaz con el ambiente y de poder hacer frente a las demandas externas.
- Autonomía: experiencia de elección y sentimiento de ser el iniciador de las propias acciones.
- Relación: sentimiento de estar conectado con los otros y de ser comprendido por ellos.
- Contexto social
Influye en la forma en la que los individuos se sienten, especialmente los jóvenes, que son el área de estudio de González. Por tanto, cuando se habla de contexto social se refiere, entre otros, al proceso de socialización que se da a lo largo de toda la vida, por el cual el individuo adquiere actitudes, creencias, costumbres, valores, roles y expectativas de una cultura o grupo social. Es la influencia de los principales agentes de socialización:
- Familia: es la institución más importante. Acompañan a los hijos, les ayudan económicamente y actúan como modelos.
- Escuela: son medios importantes para promover los hábitos de vida saludables a través de actividades físicas, donde el alumnado puedo adquirir el aprendizaje y desarrollo de habilidades físicas.
- Amigos: gran importancia durante la adolescencia. Se produce el desarrollo de valores compartidos y se establecen hábitos saludables o conductas de riesgo.
- Medios de comunicación: prensa, radio, televisión, etc.
Por tanto, el contexto social del individuo seguido del grado que tenga de motivación y de satisfacción de sus necesidades básicas psicológicas comportará su bienestar o malestar.
En conclusión, es importante mantener un estilo de vida saludable en los jóvenes. Las experiencias de bienestar en estos se relacionan con la adopción de conductas de vida saludables.
Es importante mantener un estilo de vida saludable en los jóvenes
En cambio, las experiencias de malestar en los jóvenes se relacionan con el desarrollo de conductas de riesgo. Además, en palabras de González, “el contexto social tiene una gran influencia sobre el desarrollo del bienestar, malestar y conductas de salud”, dado que promueve una motivación de calidad y facilita la satisfacción de las necesidades psicológicas básicas.
