El Trabajo Social es una parte esencial de las estructuras del bienestar de las sociedades democráticas contemporáneas. Su historia como profesión se aleja en el tiempo hasta el siglo XIX, aunque es cierto que su implantación académica en los estudios superiores es mucho más reciente.
Sin embargo, se configura como una disciplina claramente emergente, más todavía con el desarrollo del Espacio Europeo de Educación Superior. Por otro lado, es una disciplina profesionalizante que, entre otros campos, es referente esencial del sistema público de servicios sociales que se creó con la democracia a partir de los años 80 del pasado siglo.
Se observa que corresponde al trabajador o trabajadora social la realización de funciones dirigidas a proporcionar un diagnóstico social y un dictamen (informe social), como instrumentos exclusivos del Trabajo Social, orientado a identificar las fortalezas y factores de riesgo social para la promoción de la salud, la prevención de la enfermedad y la intervención social sanitaria de la persona, las familias, los grupos y la comunidad como sujetos activos en su tratamiento, recuperación y rehabilitación.
Y en general todas aquellas actividades que favorezcan la inclusión desde la perspectiva social en todos los ámbitos asistenciales y profesionales de los centros sanitarios.