
Este año, el 1 de Mayo, la jornada reivindicativa del movimiento obrero mundial, llega en medio de un contexto especialmente complicado. En sólo una década hemos sufrido varias crisis económicas y sociales: una financiera, otra sanitaria y una crisis de precios agravada por el ataque ruso en Ucrania. Y las consecuencias de estas crisis las estamos pagando –una vez más- la clase trabajadora, lo que nos hace pensar que estamos en otra pandemia: del paro, la precariedad y la explotación laboral.
El mundo universitario no es ajeno a las crisis sociales, tenemos un nivel muy alto de precariedad, las funciones esenciales (enseñanza e investigación) se desarrollan en gran medida gracias al esfuerzo de un porcentaje importante de personal en situación precaria, especialmente grave en la vertiente de investigación, donde el porcentaje de temporalidad es particularmente alto. La gestión administrativa se encuentra en una situación similar, ya que es mucho el personal que se encuentra en situación de temporalidad. Un capítulo aparte sería el personal de las empresas que se hacen cargo de tareas “externalizadas” (eufemismo de privatización), que en muchas ocasiones no sólo sufren la precariedad, sino que su salario no llega a ser digno.
Por todo esto, desde SATTUi consideramos que la universidad, como agente social, tiene una gran responsabilidad que ha de ir acompañada de medidas reales y efectivas que reduzcan drásticamente la temporalidad y precariedad entre su personal (tanto del capítulo I como del capítulo VI) además de vigilar que el personal de las empresas externas reciba un trato digno (mientras continuamos exigiendo que se reviertan las privatizaciones llevadas a cabo).
Desde SATTUi, como organización sindical que tiene como finalidad última la de servir única y exclusivamente como instrumento organizativo de todos y todas las trabajadoras, lucharemos por la defensa y el progreso de los derechos laborales, especialmente en los casos de mayor precariedad y vulnerabilidad.