La adolescencia puede ser una etapa llena de complicaciones en las que la salud mental, el bienestar y la autoestima se vean comprometidas. Si a lo anterior se le une el hecho de tener una enfermedad no transmisible y crónica como la diabetes mellitus tipo 1 (T1DM), las dificultades pueden ser mayores. La presencia crónica de una enfermedad física afecta a todo el sistema familiar, por lo que el tipo y calidad de las interacciones entre las personas cuidadoras y el adolescente con DMT1 pueden afectar (facilitando o dificultando) el ajuste a la enfermedad de toda la familia. Existen pocos trabajos que aborden las relaciones entre la díada cuidador/a familiar principal-adolescente.
[Tesis Doctoral amb Menció Internacional]
HANDLE: https://hdl.handle.net/10550/85554