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Entre osos y toros anda el mercado: Los animales de Wall Street

Bull-Bear Market

Los mercados financieros han originado un sinfin de expresiones coloquiales para expresar mejor sus actores y funcionamiento. Recogemos aquí las mejores referencias animales de Wall Street.

11 de febrero de 2016

« ¿Es 2016 el año del oso?», « ¡Cuidado con el rebote del gato muerto!»… Las metáforas animalistas son el pan de cada día de la prensa financiera. Aquí recopilamos algunas de las referencias zoológicas más prominentes de la jerga económica y aquellas que se perdieron en el camino entre Wall Street y nuestros mercados.

 

«Bear market» (Mercado “del oso”, bajista) y «Bull market» (Mercado “del toro”, alcista)

Posiblemente el animal más temido de este principio de año ha sido el oso. Lo que en castellano llamamos mercado bajista en inglés se conoce como «bear market», mercado del oso: un descenso prolongado (durante más de dos meses) del mercado, por más del 20% de su valor máximo. Si se sitúa entre el 10% y el 20% se suele hablar más de una “corrección”, aunque puede dar lugar a confusiones (como en este ejemplo del S&P).

Del otro lado, el «mercado del toro» supone todo lo contrario, una tendencia alcista de los valores del mercado.

No hay un origen claro de estos términos, pero sí varias hipótesis:

  • La explicación más común: los toros atacan/embisten con sus cuernos hacia arriba; por el contrario, los osos cazan usando sus garras con un movimiento descendiente.
  • El término «bear» tendría su origen en la venta de la piel del oso. Intermediarios vendían pieles – entonces muy codiciadas – antes de recibirlas, a la espera de que en el tiempo que pasaría antes de comprarlos al cazador el precio de estos bajaría, y generarían un beneficio. Un ejemplo de venta corta que, por supuesto, también podía salir mal (“No vendas la piel del oso antes de cazarlo”). El término “Bearskin jobber” (trabajador de la piel de oso) se habría extendido así posteriormente mercado bursátil, para definir a este tipo de inversor.
  • El origen etimológico germano de la palabra toro sería “bhel-“, que vendría a decir “hincharse, crecer”.

 

«The dead cat bounce» (“El rebote del gato muerto”)

Una metáfora tan bruta como eficaz a la hora de ilustrar el fenómeno. Una serie de acciones, empresas, índices, lleva una brusca tendencia bajista. Repentinamente, su valor repunta en los mercados, para, en los días siguientes, seguir con la espiral descendente.   

La expresión encuentra su origen en un reportaje del Financial Times de diciembre 1985, pero sería el broker Raymond DeVoe Jr quien aportaría la definición completa al año siguiente: "Esto se aplica a acciones o productos que entran en caída libre y comienzan a recuperarse brevemente. Si tiras un gato muerto desde un edificio de 50 plantas, posiblemente rebotare cuando choque con la acera. Pero no confundas ese rebote con una vuelta a la vida. Sigue siendo un gato muerto". Cuidado con las subidas cuando vienen a contracorriente.

Unicornios

Antaño eran inimaginables, tan propios a la mitología como el "animal" (por definirlos de algún modo) que les representa. Pero ahora son tantos que hay temores de que constituyan su propia burbuja. Las empresas “unicornio” son start-ups, generalmente con menos de cinco años de vida (aunque no es un requisito), cuya valuación excede los 1.000 millones de dólares sin haber salido a Bolsa. Uber, Dropbox, en su momento Facebook… Estas empresas han generado de media 26 dólares por cada dólar privado invertido.

Similarmente, los “dragones” son empresas de las mismas características que generan un retorno del 100% o más de lo invertido para los fondos implicados.

 

«Sheep» (“Ovejas”)

Inversores que, como su nombre indica, se mueven al son de los balidos del rebaño. Basan sus inversiones emocionalmente, de oídas, sin una estrategia. Mientras que los “osos” y “toros” centran sus movimientos según esperen que se mueva el mercado, la “oveja” anda a ciegas.

 

«Black Swan» (“Cisne negro”)

El término proviene del ensayista y estadístico Nassim Nicholas Taleb, y su obra del mismo nombre, y viene a explicar un evento inesperado y prácticamente imposible de predecir, incluso con los modelos de inversión más complejos.

 

Y muchos tigres…

Este término se repite una y otra vez para referirse a países (y épocas) de importante y prolongado crecimiento. El Tigre Celta (Irlanda desde los años noventa hasta la crisis), el Tigre Nórdico (Islandia, tras la privatización de su sector bancario hasta 2008), o, sin ir más lejos, los cuatro tigres (o dragones) asiáticos – Corea del Sur, Taiwán, Hong Kong y Singapur post-Segunda Guerra Mundial – son otros ejemplos.

Etiquetas Mercado , Finanzas , Economía
Publicado por: Anthony Nelson Hosey