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El Niño y el virus Zika

El Niño es un fenómeno ambiental que se produce de forma cíclica y que pronto comenzará. Sus efectos, como las inundaciones, pueden ser devastadores a nivel mundial ¿El Niño podría hacer que proliferase los casos de Zika? 

4 de febrero de 2016

¿Qué es El Niño?

El Niño es un fenómeno climático relacionado con el calentamiento del Pacífico oriental ecuatorial, el cual se manifiesta en ciclos de entre tres y ocho años, según el geógrafo y geólogo Arthur Strahler. Este episodio consiste en realidad en la fase cálida del patrón climático del Pacífico ecuatorial denominado El Niño-Oscilación del Sur (El Niño-Southern Oscillation, ENSO), donde la fase de enfriamiento recibe el nombre de La Niña.

Este fenómeno, en sus manifestaciones más intensas, provoca estragos en la zona intertropical y ecuatorial debido a las intensas lluvias, afectando principalmente a la región costera del Pacífico de América del Sur, pero se dice que sus efectos se harán notar a nivel mundial.

¿Puede El Niño tener algún efecto en el virus de Zika?

El mosquito Aedes aegypti se reproduce en agua estancada. Sequías extremas, inundaciones, lluvias torrenciales y aumentos de temperatura son, entre otro, los efectos de El Niño. Con la ampliación de los focos favorables de reproducción cabe esperar un aumento del número de mosquitos. Según informa la Organización Mundial de la Salud (OMS).

La OMS defiende que pueden adoptarse medidas para prevenir y reducir los efectos de El Niño en la salud, en particular reduciendo las poblaciones de mosquitos que propagan el virus de Zika. La OMS y sus asociados colaboran para proporcionar apoyo a los ministerios de salud con el objetivo de mejorar la preparación y respuesta a El Niño. Sus métodos de actuación son:

  1. Reforzar las intervenciones que permiten controlar las poblaciones de mosquitos, por ejemplo las medidas de reducción en origen dirigidas contra los principales focos de reproducción de los mosquitos, distribución de larvicidas (insecticidas que atacan en particular las larvas del mosquito Aedes) para tratar aguas estancadas que no puede utilizarse ningún otro tratamiento (limpiar, vaciar, cubrir, etc.).
  2. Reforzar la vigilancia de los vectores (por ejemplo, número de focos de reproducción en una zona determinada, porcentaje de focos eliminados) y realizar un seguimiento del efecto de las medidas tomadas contra las poblaciones de mosquitos.
  3. También en los hogares pueden tomarse medidas para reducir las poblaciones de mosquitos. Deben vaciarse, limpiarse o cubrirse los contenedores que pueden acumular agua, aunque sea en pequeñas cantidades, como cubos, macetas y neumáticos viejos, para que los mosquitos no puedan utilizarlos de criaderos (incluso durante sequías prolongadas).