La computación en la nube, o cloud computing, se basa en la virtualización de recursos (tanto de elementos de red como de elementos de cómputo), en la infraestructura necesaria para ejecutar y configurar estos recursos sobre uno o varios clusters y en la utilización de estos recursos de forma remota.
El objetivo que se persigue es obtener un mejor aprovechamiento de los recursos, ya que sobre una máquina genérica que ejecute un hipervisor (software necesario para ejecutar máquinas virtuales) podemos ejecutar varias máquinas virtuales que pueden ser de diferentes usuarios (cada una con su sistema operativo y con sus propias aplicaciones).
8 de febrero de 2017
Desde el punto de vista del usuario la computación en la nube permite acceder a grandes recursos de computación y de almacenamiento. Externalizando estos recursos se tienen las siguientes ventajas:
1- Evitamos el coste de adquisición, de operación y de mantenimiento de la infraestructura. Por ejemplo: el coste de un servidor con cuatro nodos, con varias tarjetas de red y un switch de interconexión de alta velocidad puede rondar los 12.000 euros. Lo cual es un gasto elevado si se va a realizar un uso intermitente de la infraestructura.
2- Sólo se paga por los recursos utilizados (en cuanto a tiempo de CPU, almacenamiento de datos, comunicaciones, etc.) Si detenemos la máquinas virtuales el gasto es nulo.
3- Aumentar la cantidad de recursos es cuestión de minutos. Los proveedores de estos servicios ofrecen aplicaciones Web desde las que es fácil aumentar y configurar los recursos disponibles.
4- Finalmente, los proveedores de estas infraestructuras ofrecen a los usuarios servicios avanzados adicionales como por ejemplo autoescalado, balanceo de carga, plataformas preconfiguradas donde desplegar aplicaciones, almacenamiento de datos, etc.
Este modelo es equivalente al del acceso a recursos como el agua o la luz desde nuestras viviendas. Si necesitamos agua solo tenemos que abrir un grifo y una parte de la factura depende proporcionalmente de la cantidad consumida.
Hay un ejemplo que ilustra claramente las ventajas de este modelo: supongamos que realizamos una aplicación móvil que tiene una parte en el servidor (por ejemplo para almacenar y proporcionar información). Supongamos que hacemos disponible la aplicación a los usuarios y que el primer día se la instalan 1000 personas. Seguramente el servidor pueda soportar esta carga, pero supongamos que tiene éxito y que al siguiente día se la descargan y usan 10000 personas. Ahora tenemos un problema pues de un día para otro necesitamos adquirir más servidores, instalar el sistema operativo, instalar el servidor de aplicaciones y sobre éste nuestra aplicación.
Si optamos por el modelo de la nube en unos pocos minutos podemos tener nuestra aplicación replicada en N servidores.
Por otra parte, este modelo también tiene sus desventajas entre las que caben destacar dos: la seguridad de la información, ya que los datos están almacenados en recursos externos y la dependencia de un proveedor del servicio.
