Comportamiento
Los mamíferos utilizan los excrementos, a menudo junto con secreciones de glándulas anales asociadas, como señales olfativas y visuales que pueden proporcionar información, generalmente intraespecífica, sobre la ocupación de un territorio, el sexo, estado de madurez y receptividad sexual del individuo, etc. (No obstante, el tipo de información específico que transmiten las marcas olorosas y visuales de las heces no siempre es bien conocida). Se cree que las heces presentan ciertas ventajas frente a la orina o secreciones específicas de otras glándulas (p.e., submaxilares, interdigitales, etc.) porque perduran más y, una vez desaparecido el olor, pueden seguir actuando como señales visuales.
Un indicio sobre un probable uso “informativo” de las heces lo constituye un patrón no aleatorio de su distribución, particularmente si va asociado a la elección de sustratos característicos (p.e., puntos prominentes). Un ejemplo muy claro lo constituyen las letrinas, esto es, los cúmulos de excrementos que se depositan por uno o varios individuos de una especie sobre sustratos llamativos donde la probabilidad de detección por otros congéneres se incrementa.