Muchos mamíferos son difíciles de detectar mediante observación directa, particularmente cuando su densidad poblacional es muy baja. En estos casos, los excrementos pueden representar un indicio muy útil sobre su presencia. Tradicionalmente, la identificación se ha realizado a través de las características morfológicas de las heces y el lugar de deposición (véase el apartado “Metodología”). Sin embargo, en los últimos años ha aumentado la fiabilidad en la identificación a través del uso de ADN obtenido de las heces (escatología molecular). Ver ejemplos en el menú lateral.