El Modelo Rubik, diseñado por la Fundación Trilema, gestiona la organización de los centros educativos como si de un cubo de Rubik se tratara, buscando la combinación perfecta de todos los elementos que la forman.
21 de marzo de 2016
Los centros educativos son organismos vivos, que cambian y se adaptan con el tiempo. Muchos directores y gestores olvidan con frecuencia, que forma parte de su propia naturaleza el cambiar con el paso del tiempo para adaptarse a las necesidades de cada época. En los últimos años, el debate sobre el papel de la educación se ha incrementado notablemente, y cada vez son más las voces que exigen un cambio en el modelo tradicional de educación.
La innovación educativa se encuentra al frente del panorama mediático y, poco a poco, ha ido encontrando su lugar en muchos centros a lo largo y ancho del mundo. Es así como nace el Modelo Rubik, de la Fundación Trilema.
Este modelo innovador de gestión escolar plantea la organización de los centros como si de un cubo de Rubik se tratara. El cubo de Rubik está formado por 6 colores diferentes, de la misma manera, la gestión de los centros educativos se rige por 6 elementos básicos:
- La organización del centro
- El currículum
- Las metodologías de aula
- La evolución del aprendizaje
- La dirección
- El ejercicio del acompañamiento y la personalización
Se trata de un modelo flexible, capaz de adaptarse a cualquier centro, en cualquier momento determinado, sin diferenciar por estructura o funcionamiento. El único punto en común, y la base de todo el sistema, es que, al igual que en un cubo de Rubik, todos los ‘colores’ deben moverse simultáneamente hasta conseguir la combinación perfecta. Según explica Carmen Pellicer, directora de la Fundación Trilema, ‘no se puede cambiar solo la metodología, solo poniendo iPads o cambiando la estructura superficialmente’.
El Modelo Rubik es un modelo puramente cooperativo, y requiere del esfuerzo colectivo de todos los implicados en el funcionamiento del centro, tanto organizadores, como gestores, como docentes. Es necesaria una visión clara y un fuerte compromiso por parte de todos los afectados. Este modelo incluye innovación en las aulas, coevaluación entre alumnos, evaluación basada en portfolios, se aleja de priorizar la evaluación de exámenes periódicos. ¿El objetivo final? El pleno desarrollo de los alumnos, de manera individual, y potenciando sus virtudes.
‘No hay alumno imposible, sino escuelas que no saben responder’ - Carmen Pellicer.
La Fundación Trilema ofrece cursos formadores para grupos reducidos de docentes que quieran aplicar este modelo. La idea es la de dotar a un grupo cerrado de educadores con ciertas herramientas que luego ellos podrán extender a sus compañeros. Una vez se puedan ver los resultados se generará un cambio de mentalidad que podrá suponer un auténtico cambio en la estructura de los centros partícipes.
Publicado por: Antonella Ceruti Andrés
