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El fuego adelanta la reproducción sexual de los pinos, según un estudio del CIDE

  • Parque Científico
  • 19 enero de 2023
Pinus halepensis
Apertura y liberación de semillas por el fuego de una piña serótina de Pinus halepensis. Créditos: Juli G. Pausas.

Un equipo del Centro de Investigaciones sobre Desertificación (CIDE, UV-CSIC-GVA) ha comprobado que, en lugares con incendios frecuentes, los pinos comienzan a reproducirse a edades más tempranas. Un mayor éxito reproductivo de los individuos precoces permite a las poblaciones de pino carrasco persistir en sitios que se queman con frecuencia. El trabajo aparece publicado en la revista Oikos.

Los ecosistemas mediterráneos conviven con el fuego desde hace millones de años. Uno de sus habitantes más comunes, el pino carrasco (Pinus halepensis), ha desarrollado estrategias para sobrevivir en este entorno propenso a los incendios. Un equipo de investigación del Centro de Investigaciones sobre Desertificación (CIDE), centro mixto de la Universitat de València (UV), el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y la Generalitat Valenciana, ha comprobado en 13 localizaciones del mediterráneo español que, en lugares que se queman con más frecuencia, los pinos comienzan a reproducirse a edades más tempranas. Los resultados tienen una aplicación directa en gestión y restauración forestal.

Los pinos se reproducen sexualmente mediante estructuras conocidas como conos. Existen conos masculinos y femeninos, que se producen en el mismo árbol en ramas diferentes. Los masculinos son mucho más pequeños que los femeninos, y es donde se forman los granos de polen que se liberan en la madurez. La producción de conos femeninos se inicia en invierno, preparando los óvulos para la polinización durante la primavera siguiente. Cuando los óvulos son fecundados, se forman las semillas que quedan protegidas en el interior del cono. Estos se desarrollan durante dos años, aumentan de tamaño y se endurecen, y se convierten en piñas.

“El pino carrasco es una especie muy bien adaptada a los incendios”, comenta Carmen Guiote Mingorance, investigadora del CIDE que lidera el estudio. “Aunque los individuos mueren a causa del fuego, dejan tras de sí una gran descendencia”, describe.

Para que esta estrategia sea beneficiosa es necesario que los individuos alcancen la madurez sexual y comiencen a producir piñas antes de que se produzca el siguiente incendio. La edad de primera reproducción del pino carrasco suele rondar los 10-15 años, pero varía entre individuos; los más precoces pueden reproducirse ya a los 4 años.

El equipo del CIDE quiso comprobar la existencia de individuos más precoces en zonas con incendios muy frecuentes, ya que los que no han alcanzado la madurez sexual no pueden dejar descendencia tras el incendio. “Para validar nuestra hipótesis determinamos la edad de la primera reproducción y la cantidad de piñas acumuladas por cada pino en 13 localizaciones del este peninsular, la mayoría ubicadas en la Comunidad Valenciana, desde Benicàssim a Xeresa”, recuerda Juli Pausas, cofirmante del artículo publicado en Oikos. “En esta área, las zonas de menor altitud se queman más frecuentemente que las ubicadas a mayor altitud. Estas diferencias en el régimen de incendios nos permitieron probar que las poblaciones históricamente sometidas a incendios más recurrentes inician su reproducción antes que las que se han quemado poco”, asegura.

Según el equipo del CIDE, estos resultados tienen aplicación directa en gestión y restauración forestal. Conocer la variabilidad de respuestas que tienen las especies frente al fuego ofrece capacidad de actuar para gestionar los paisajes y hacerlos más resilientes al incremento de los incendios.

Referencia:

Guiote, C. and Pausas, J. G. (2022), Fire favors sexual precocity in a Mediterranean pine. Oikos e09373. https://doi.org/10.1111/oik.09373 (acceso abierto)