Con este proyecto se buscó revitalizar las lenguas vivas quichua-castellano por medio de la creación de un laboratorio con el objetivo de atender a los niños y niñas de la comunidad educativa de San Lucas (Ecuador).     

Ante esta problemática se planteó crear un laboratorio de lenguas vivas, que es el único en San Lucas, una región donde un 95% de alumnos son indígenas. A través de la implementación de este laboratorio, del cual se benefician alumnos y docentes de 22 centros educativos, se trabajará en los procesos de recuperación, valoración y rescate de la lengua y cultura quichua, de la identidad y del mantenimiento de su propio idioma como vínculo de comunicación familiar y comunitaria. El laboratorio contará con mobiliario, ordenadores, pizarra digital, conexión a Internet, una biblioteca con libros, etc. y tendrá como objetivo ayudar y facilitar el aprendizaje de los alumnos de las lenguas quichua y castellano a través de actividades interactivas, que fomentarán la creatividad, la innovación y la formación continua.

Dado que los alumnos de la comunidad de San Lucas nunca han estado en contacto con las nuevas tecnologías, es imprescindible la implementación de este tipo de laboratorio de lenguas a través de herramientas informáticas que facilitarán la comunicación entre los alumnos y profesores y acelerarán el aprendizaje de los dos idiomas en contacto mediante una completa inmersión lingüística. Además, la tecnología del laboratorio de idiomas potencia una educación que fomenta una alta motivación de los alumnos que aprenderán en un entorno participativo, tratando de eliminar el analfabetismo. A través del uso de las herramientas informáticas en este laboratorio en el cual podrán aprender las dos lenguas, los alumnos conservarán y valorarán el quichua y no renunciarán a su propia lengua ancestral.

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