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La tabla para series holónicas http://www.uv.es/fores/index08.html que aquí presentamos es el resultado de las reflexiones que hemos tenido que realizar para encontrar el marco referencial y teórico a la labor práctica que hemos estando realizando durante los últimos años. En ella se resumen los principios y fundamentos básicos que nos han servido a lo largo de nuestra experiencia investigadora 1.1.
En ella se encuentran los elementos|categorías ordenados en series de 4 elementos, aunque estos en la mayoría de los casos podrían también formar parte de series superiores de 8 o 12 elementos tal como se puede observar en la página web de la dirección arriba mencionada.
Así, por ejemplo, podemos describir la evolución de la comunicación entre los seres humanos en un recorrido diacrónico que nos llevaría de la comunicación gestual a la oralidad, de la oralidad al manuscrito, del manuscrito al palimpsesto, y conectando esta serie de 4 elementos con su siguiente vemos cómo el libro lo identificamos con la aparición de la biblia, saltamos de la biblia y el contexto de las primeras representaciones de los ``miracle plays'' al teatro per se, vemos cómo el teatro a través del salto del verso hacia la prosa evoluciona convirtiéndose en la narrativa de la novela, el formato de la novela da pie a la aparición de las revistas con novelas por entregas, esta fragmentación de la novela da pie a la aparición de la prensa, muchos de los sucesos narrados en la prensa son la base de los guiones, la evolución permite cambiar de entorno tecnológico haciendo que los guiones se plasmen en páginas web, y cada página web, a su vez está formada por módulos.
La serie anterior, obviamente, está conectada y se interrelaciona con la siguiente de los formatos y formas en las que se expresan los elementos. Así, en paralelo, debemos leer e interpretar la interacción que existe entre el mito y el ámbito gestual, lo oral que existe en todo rito. La aparición del manuscrito permite la fijación de los ritos convirtiéndolos en tradición, el palimpsesto que a su vez da pie a las costumbres. De nuevo 4 elementos evolutivos se corresponden con los siguientes de la serie plasmados por el hábito (en su doble interpretación de costumbre, pero también hábito eclesiástico) como el disfraz del ropaje teatral, que vive sobre el escenario. De ahí que su unidad conceptual y temporal sea la escena o el acto, la novela que se organiza en capítulos, la revista que encuentra su estructura en la acumulación de artículos o relatos, la prensa que da el salto de la narración a la información encontrando en la columna su justa medida. Los reportajes que tanto caracterizaron el siglo XX (foto, cine, radio, tv) tienen todos como base un buen guión y desde la aparición de los ordenadores estos se convierten en ficheros. Fichero que, en su formá más básica se compone de items y que se establece como la unidad mínima de gestión de los contenidos.
Así, en lo sucesivo, usaremos la tabla de referencia y mediante los ejemplos pertinentes iremos viendo su aplicación.
Veamos, sin embargo, con más detalle lo que en su The Computer and Literary Criticism, Paul Delany [146] nos dice con respecto a los conceptos de archivo e hipertexto, que obviamente hemos vinculado a nuestra presentación y que nos ayudará a aclarar muchos conceptos y elementos manejados en otros apartados de la presente tesis. Así Delany comenta que:
An important region of this milieu is that of hypertext, with its terminology of blocks, links, and frames. George Landow has argued that hypertext represents a literal implementation of concepts like intertextuality, fragmentation and decentering in such critics as Derrida, Todorov, Kristeva, Barthes and Foucault. However, the homology between the two realms is a product of separate development. The dispersal and decentering of the text by structuralist and post-structuralist critics belongs to the 1960s and 1970s; implementation of hypertext concepts on computers began in the early 1960s, though it was inspired by Vannevar Bush's ``Memex'' proposal of 1945. But structuralist literary critics made little direct use of the computer, while hypertext pioneers like Andries van Dam and Ted Nelson worked in the computer science milieu and owed nothing to Barthes, Derrida, and the rest.
French criticism from the early 1960s broke up long-established ideas about the boundaries of the literary work, the status of the author, linear narrative, etc. At about the same time, hypertext programs were being developed on mainframe computers, primarily as document-handling systems for very large manuals and archives. These two groups were thus working in opposite directions: the French critics were effecting the disintegration of book-length literary texts, while the hypertext programmers were working on the integration of short documents into a complex structure of blocks and links.
En esta primera reflexión de Delany se aprecian las dos grandes aproximaciones al concepto de archivo e hipertexto en el nuevo entorno digital: a) la que nos plantean los teóricos literarios y en la que nos encontramos frente a un tipo de texto que se peculiariza por ser ``dispersal and decentering''; b) la que nos plantean los programadores informáticos y que se peculiariza por basarse en la ``integration of short documents into a complex structure of blocks and links''. Posturas que, con mayor detalle, nos matiza este mismo autor un poco más adelante al hablar sobre Networks, Digitisation, Archives.
En concreto Delany nos dice que:
One could view the transmission of texts over networks as simply an extension of hypertext blocks and links into a wider area of exchange. It may not matter to the individual critic whether the text appearing on his screen is called up from local storage, or transmitted over the network from a central archive at the Bibliothèque de France. Nonetheless, such institutions as the Net and the Bibliothèque de France do much more than simply deliver texts on demand. They are also collective and political projects of great significance, as expressions of national will in the information age - equivalent to the canals and railways of the industrial revolution.
In a literary perspective the Net, together with its digitised archives, extends the virtual resource of text held in local storage into a fathomless and unified mega-text, a ``book of the world'' that can be read and written by all. This global connectivity can be seen as a revival of certain features of pre-literate cultures. The death of the author, as proclaimed by Barthes and Foucault, dissolved the individual literary work into various larger and more impersonal fields of discourse. But the printed book - as a compact physical object, in some irreducible sense the product or possession of its author - was not quite so easily dissolved as Barthes or Foucault might have assumed at the time. It was only some twenty years later that the widespread use of the Net for the transmission of texts began to create a practical implementation of these critics' vision. The network makes available a seething mass of texts, often fragmentary, separated from their authors, or arriving at the user's terminal unformatted. Such texts do not arrive as a discrete series of works, but rather as the scraps of ephemeral chatter that one picks up in a crowded room. We are dealing here with an electronic orality that contrasts with the much more focused encounter between a single book and a solitary reader.De la lectura de estos fragmentos podemos extraer un apunte interesante. Por un lado, nos encontramos con que el llamado padre o inventor del concepto de ``archival knowledge retrieval'' Vannebar Bush [94] idea el primer sistema de hipertextos y nos proporciona la metáfora del escritorio, la mecanización de la biblioteca y la generación de grandes archivos mediante el uso de dispositivos electromecánicos. Por otro, Paul Delany es mucho más abstracto y nos plantea una metáfora en forma de ``fathomless and unified mega-text'' que, pensamos, que se ajustaría más a esta nueva densidad fluida y textual. Aunque, en ambos casos, tanto uno como otro han acabado concretándose en el World Wide Web de la mano de Berners-Lee, como el mayor archivo y/o hipertexto que existe en la actualidad.
Mucho más acertado, en este caso, nos parece el enfoque que adoptan Brockmann, Horton y Brock [87, p.183] a la hora de hablarnos de estos nuevos archivos e hipertextos digitales y de sus posibles modos de organización. Como se puede apreciar en la figura 1.2, para estos autores es posible agrupar la misma información de manera secuencial, tabular u ortogonal, jerárquica u arbórea y en forma de red o malla.
Como podemos apreciar, el modelo plantea una buena forma de determinar la estructura textual empleando un sistema de coordenadas en el que se contempla lo predecible e impredecible de un texto y el grado de expresividad de este. En este caso, los autores nos comentan que si nos encontramos frente a una estructura secuencial tenemos la forma más simple de estructurar la información. En el caso de la estructura tabular y jerárquica el texto adquiere una nueva dimensión gracias a lo predecible de su estructura. Y, en el caso del hipertexto, nos encontramos con un texto altamente expresivo pero donde la falta de fijación y la capacidad de vinculación suelen fomentar la desorientación de usuarios y lectores.
El concepto de edición y editar
Eric Rasmussen [497], indica en el Oxford Companion para el término ``editing'' cuatro posibles valores:
Es decir si, por ejemplo, estuvieramos hablando de King Lear tendríamos:
En el caso de un original text, estamos hablando del testimonio o documento original que se encuentra disponible en The Folger Library (79 copias). En el caso de separated text, nos encontramos con la edición independiente de un texto en formato in-Quarto y de un texto en formato in-Folio. Edición que pretende mostrar dos estados o tradiciones textuales. Un synoptic text propondría una visualización comparativa de ambos textos. El conflated text produce un texto ecléctico en el que la cantidad de combinaciones textuales resultaría bastante dificil de determinar.
Como nos señala Paul Werstine, el primer edited text de William Shakespeare lo realizan John Heminge and Henry Condell en 1623 y, con éste, incluso se consituye el primer canon de obras. Con Nicholas Rowe, nos indican Paul Werstine [693] o Jonathan Bate [32], se empieza a emplear la conflation (combinar/combinación) de ambos artefactos y se produce, un ``process of textual renovation'' infinito ya que la ausencia de dichos testimonios no ayuda a fijar los límites del proceso editorial.
En este sentido, hemos de decir que compartimos el planteamiento inicial de fluid text propuesto por John Bryant ya que, como este autor indica, ``a fluid text is any literary work that exists in more than one version'' [89] Concepto que, al menos inicialmente, se podría igualar al que emplea Delany.
Pero si observamos con atención la tabla 1.3, podemos observar que en función de otros métodos editoriales, encontramos una segunda serie de textos:
El unedited text de Best es una edición de tipo facsimilar que nos presente un único documento (por lo general una imagen digital en formato JPG) y que nos remite a un testimonio o documento original (ej. la copia New South Wales copy from State Library of New South Wales).
La transcription es una conversión de tipo analógico-digital que posibilita la creación de un machine readable file (MRF). Variante que, en el caso de Best, complementa la edición facsimilar y permite que tanto el usuario como el entorno puedan interactuar y/o manipular el documento.
El edited text de Bate y el propio Rasmussen [32] recupera la propuesta editorial de la Pembroke Edition (1903) de C. Porter y H. Clark, y nos presenta una versión modernizada del propio documento original. Es decir, el texto que se edita es el propio First Folio.
Finalmente, el collated text de Hinman es un tipo de edición facsimilar ideal como resultado de la colación de un volumen considerable de ediciones in-Folio de 1623 [563] gracias a técnicas foto-mecánicas.
Según Egil Törnsquit [655, p.24], al hablar sobre la traducción del teatro a otros medios, tendríamos la siguiente gradación:
Para Alessandro Serpieri en Translating Shakespeare las cuatro ``capacities'' que deben tener los traductores que quieran abordar la tarea de traducir el teatro de Shakespeare son:
Amparo Hurtado en Traducción y Traductología menciona los siguientes ``métodos'' de traducción:
La investigadora Marie-Laure Ryan [525] nos habla de cuatro espacios en su Cyberspace, Cybertexts, Cybermaps. Para esta autora, los textos muestran:
A su vez, esta autora asigna una dimensión a cada uno de estos espacios y como resultado nos habla de: la zero-dimensionality of spoken language, la (quasi) one-dimensionality of a written line, la two-dimensionality of a page y la three-dimensionality of an inscription carved in stone.
Principios Generales para Ediciones Académicas
En 1993, Peter Shillingsburg perfila mediante la publicación de sus General Principles for Electronic Scholarly Editions lo que idealmente debería ser una edición académica en formato digital. Principios Generales que nosotros hemos seguido desde el mismo día en que los encontramos y estuvieron a nuestro alcance.
Sin embargo, tuvimos que actualizar y revisarlos debido a que se publicó, por fin, los tan esperados Guidelines for Electronic Scholarly Editions de Charles B. Faulhaber en junio de 2002.
Posteriormente hemos seguido actualizando y tenido en cuenta las ahora famosas Guidelines for Editors of Scholarly Editions de la Modern Language Association, que se han convertido entre otras cosas en la norma de edición de trabajos publicados en la mayoría de las revistas académicas y de prestigio internacional.
También se han tenido en cuenta las indicaciones que recomienda Peter Robinson [504] en su New Directions in Critical Editing para confeccionar ediciones de textos con múltiples versiones con la ayuda de computadoras. Recomendaciones en las que se revisan las técnicas que se han empleado a lo largo de la historia de esta disciplina académica y que este autor reduce a cuatro pasos:
Sin embargo, en cuanto a las ediciones de los textos shakespearianos de más prestigio y utilidad para el trabajo que estamos realizado fue la aparición en junio del 2002 de las TEI Guidelines y que resumían así su misión en la que hemos coincidido plenamente desde el principio:
The Text Encoding Initiative Consortium is an international organization whose mission is to develop and maintain guidelines for the digital encoding of literary and linguistic texts. The Consortium publishes the Text Encoding Initiative Guidelines for Electronic Text Encoding and Interchange: an international and interdisciplinary standard that is widely used by libraries, museums, publishers, and individual scholars to represent all kinds of textual material for online research and teaching. TEIhttp://www.tei-c.org/About/Archive_new/ETE/Preview/guidelines.xml
Estandar que, en el caso del texto shakespeariano nos describe con todo lujo de detalle Susan Hockey [283] en su Electronic texts in the humanities: principles and practice dentro del capítulo titulado Text Encoding.
Otro de los trabajos que seguimos consultando y revisando regularmente es el denominado An Internet Shakespeare: Guidelines de Michael Best [51]. Desde su aparición en el World Wide Web en 1996, este importante web site ha ido adaptando todo el entorno a los cambios y mejoras que se producían por la incorporación de nuevos materiales y/o por la investigación que realizaban los diversos miembros que componen el equipo editorial. Aunque para la confección de este manual tanto Best como su equipo han tenido siempre en cuenta el trabajo realizado por el especialista en edición shakespeariana David Bevington.