
La OTAN impone el 5% del PIB para gastos militares a los países miembros, tras las exigencias de EEUU.
Una vez más, Europa se arrodilla ante el imperialismo americano. Se acaba de celebrar en La Haya, Países Bajos, una nueva cumbre de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN). La reunión se ha producido en un contexto político mundial marcado por conflictos muy graves en distintas partes del mundo, como el genocidio de Palestina a manos del Estado sionista de Israel o el ataque de Israel y EEUU contra Irán. Tanto EEUU como Israel vuelven a incumplir nuevamente los tratados de Derecho Internacional.
En esta cumbre se acaba de establecer, entre los países miembros, el aumento del gasto militar para los próximos años, al menos hasta 2029, cuando se llevaría a cabo una revisión del mismo. Este gasto estará fijado en un 5 % del Producto Interior Bruto (PIB), que a su vez estaría desglosado en un 3,5 % destinado a equipos militares y en un 1,5 % dedicado a la defensa, la seguridad y la ciberseguridad. Las empresas pertenecientes al sector de la industria armamentística –esencialmente las estadounidenses- se verán muy beneficiadas gracias a este negocio en el que bajo el paraguas de los “daños colaterales” se asesina, se mata de hambre, se hace desaparecer, se colonizan o se asfixian culturas de seres humanos en todo el planeta. Y es que la ‘Alianza Atlántica’, desde su nacimiento tras la II Guerra Mundial con el objetivo de disuadir los conflictos armados de tales envergaduras, siempre termina alineándose descaradamente con los propios intereses de Estados Unidos. Como pasara en la novela “de ficción” de G. Orwell, “1984”, la OTAN convertida en el “Ministerio de la Paz” emite su propaganda del miedo para avisar al mundo que para continuar viviendo en “libertad” es necesario “rearmarse” y adoptar una mentalidad “de guerra”. Para ello, el secretario general de la organización, Mark Rutte, ha dejado claro que es la hora de aportar más presupuesto para construir una OTAN mejor –más fuerte y “eficaz” en sus propósitos-.
El papel del Estado español con el PSOE al frente de su gobierno: “De entrada, el 5 % NO”.
Dadas las circunstancias, el Ejecutivo de Pedro Sánchez (PSOE), se ha visto obligado a salir al paso de las “exigencias” de la ‘Alianza Atlántica’ sobre el aumento del gasto militar que todos los Estados miembros de este organismo van a tener que llevar a cabo en los próximos años.
Los recursos que van a destinarse a “rearmar” a los ejércitos se van a recortar de otros servicios o necesidades más importantes para las poblaciones, y ya sabemos por experiencias anteriores que esto significa la llegada de años muy duros, donde sistemas como el sanitario, el educativo, el de pensiones, etc., se verán afectados por ello.
Sánchez ha estado días afirmando que no destinará el total que la OTAN exige a sus miembros para ejércitos, infraestructuras y seguridad en general. Y lo ha justificado alegando que comprometer el Estado del bienestar español a costa de destinar un 5 % del PIB al gasto militar puede ser "contraproducente" porque "amenazaría" los derechos sociales de nuestra sociedad. Sin embargo, su Ejecutivo sí estaría dispuesto a destinar el 2,1 % del PIB, asegurando que con ello se cubrirían los “objetivos de capacidades militares”, algo que en el seno de la “Alianza Atlántica” no terminan de ver.
El actual presupuesto (PGE de 2023) destinado por España a Defensa es de 12.825 millones de euros. La actualización de esta subida supondrá una inversión para este año de 84.000 millones de euros y para el siguiente de 88.500 millones de euros. “De entrada” están diciéndonos que no van a aportar más dinero al gasto militar, pero podemos ver que progresivamente la idea es aplicar una medida a cuentagotas, poco a poco, para que la población vaya aceptándola y la llegue a ver incluso razonable. Es una estrategia de manipulación muy antigua, pero que sigue dando buenos resultados al Estado y a sus gobiernos.
El Ejecutivo de Sánchez -que actualmente está asediado por los presuntos casos de corrupción que rodean al entorno directo, tanto político como personal, del propio presidente-, pretende utilizar estas últimas declaraciones sobre la negativa del Gobierno a destinar más dinero a la OTAN, para continuar jugando con la ciudadanía y crear una cortina de humo en unos momentos donde su gestión al frente del Estado está siendo cuestionada por cada vez más sectores sociales. De este modo, los derechos sociales vuelven a ser una moneda de cambio para continuar haciendo exactamente lo mismo que ya se pactó con la entrada de España en la ‘Alianza Atlántica’.
Desde CGT nuestra postura sigue siendo clara: sin ejércitos no habría guerras de ningún tipo. Los gastos destinados a los delirios belicistas de los poderosos llevan aparejado el sufrimiento a causa de enfermedades, heridas, hambre, el desvastamiento del entorno natural, violaciones de los Derechos Humanos, etc. que producen los conflictos armados entre las más vulnerables, por lo que no sólo nos parecen innecesarios sino que hay que eliminarlos . Es una cuestión de respeto de las vidas de las personas y respeto de la vida del planeta.
Como organización internacionalista, anarcosindicalista y combativa realizamos un llamamiento a toda la sociedad con el objetivo de oponernos a todas y cada una de las iniciativas que se lleven a cabo, tanto para promover o sustentar el gasto en más efectivos materiales y/o humanos destinados a continuar sirviendo a los intereses de la burguesía y de las grandes corporaciones capitalistas, y en contra de los propios del pueblo y de sus gentes.
CGT rechaza cualquier tipo de pacto que “de entrada” diga NO a una guerra o al gasto militar y acabe cediendo de manera paulatina al aumento del gasto. Estamos escarmentados ya que proviene de quienes llevan décadas contradiciéndose y vendiendo a la clase trabajadora en los foros de debate y decisión de Europa, y del resto del mundo.
Secretariado Permanente del Comité Confederal de CGT