La defensa de una postura frente a su contraria a través de la argumentación tiene su técnica, sus herramientas, sus recursos, y el manejo diestro de todo ello concede una destreza de indudable valor en el contexto del diálogo informal, la conversación, la discusión o la exposición, ante el trance habitual de defender una opinión, una creencia, un punto de vista, una tesis, académica o no, un proyecto personal o empresarial, una decisión, etc.