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Los elementos químicos perjudiciales en la industria alimentaria

La química resulta de gran utilidad para la industria alimentaria si atendemos, por ejemplo, a las ventajas que confieren los agroquímicos en cultivos y animales. Sin embargo, existen una serie de factores de riesgos provocados por contaminantes químicos que pueden resultar muy perjudiciales para la seguridad de un alimento.

7 january 2016

Estos elementos nocivos que pueden hallarse en la industria alimentaria como resultado de la utilización de productos químicos, se acumulan en los seres receptores, provocando un funcionamiento incorrecto del organismo derivado en cáncer, fallo renal o problemas reproductivos, entre otros.

Así pues, ¿qué elementos tienden a considerarse perjudiciales en el sector alimentario? En primer lugar destacamos a los contaminantes que se encuentran de manera natural en los alimentos ya que son muy frecuentes en el medio ambiente, como metales pesados tales como el plomo, el cadmio y el mercurio. Aunque si bien es cierto que en pequeñas cantidades su ingesta indirecta no es peligrosa, cabe controlar la cantidad de alimentos que posean estas sustancias ya que una alimentación excesiva conllevaría una exposición peligrosa a los efectos nocivos de estos metales.

Hay ciertos contaminantes químicos que se encuentran en aquellos productos empleados para mejorar las cosechas, como los productos y venenos destinados  a la eliminación de plagas o a la limpieza y desinfección de  cultivos, que pueden ser perjudiciales en ciertos alimentos, por lo que es aconsejable conocer qué productos se han empleado en el cultivo con el fin de evitarlos.

Otro elemento presente en los alimentos que son muy peligrosos son los alérgenos, ya que no afectan de la misma manera a la población. Mientras que uno pueden ingerirlo sin ningún tipo de inconveniente, para ciertas personas su ingesta acarreará graves problemas, hasta tal punto de presentar un alto riesgo de fallecimiento.

Los hongos que se forman en cultivos es probable que sean perjudiciales por las micotoxinas que poseen, e ingerirlo aumenta considerablemente el riesgo de padecer cáncer. Además, si el pienso que ingieren los animales está infectado de hongos, los productos cárnicos derivados contendrá estas sustancias nocivas.

Del procesado de alimentos pueden generarse toxinas naturales que afectan a la seguridad de los alimentos, como por ejemplo los furanos o la acrilamida. A su vez, algunos suplementos alimenticios que en un principio están ideados para complementar los aportes nutritivos que recibe un ser humano, serán malignos si se abusa de ellos. Por ejemplo, los aditivos o las vitaminas.

En los peces y moluscos popularmente ingeridos por el ser humano también se encuentran ocasionalmente toxinas de origen marino producidas por algas que ingieren los animales marinos que más tarde son procesados y utilizados como fuente de alimentación básica.

La radioactividad, como en todo, también es altamente perjudicial. Hay alimentos que por una causa u otra están sometidos a índices no recomendados de radiactividad, por lo que su consumo es muy peligroso.

Por último, siempre habrá toxinas naturales presentes en algunos alimentos que no deben ingerirse bajo ningún pretexto, como es el caso de ciertos frutos silvestres o setas venenosas, por ejemplo.