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El papel de los helmintos en el tratamiento de las enfermedades autoinmunitarias

En el último siglo, las prevalencias de diferentes enfermedades autoinmunitarias han presentado un incremento mantenido en los países industrializados. Sin embargo, en países en vías de desarrollo las incidencias de estas enfermedades se mantienen constantes y relativamente bajas. 

18 de de gener de 2016

Los factores determinantes de estas diferencias epidemiológicas entre los países industrializados y los países en vías de desarrollo no se conocen y se ha sugerido que factores ambientales, geográficos, genéticos o étnicos pueden tener influencia en el desarrollo de estas patologías. Sin embargo, resulta complejo explicar, en base a estos parámetros, la asimétrica distribución geográfica de las patologías autoinmunitarias y las diferencias existentes en las prevalencias entre el “primer” y “tercer” mundo.

En 1989, David Strachan propuso la denominada hipótesis de la higiene en la que se sugiere que la incidencia creciente de las enfermedades alérgicas y autoinmunitarias se relaciona con la exposición disminuida a diferentes gérmenes, debido a los niveles más altos de las condiciones higiénico-sanitarias reinantes en países industrializados y a un menor contacto con animales en estas zonas. La exposición estos gérmenes de bajo nivel de patogenicidad ayuda a nuestro sistema inmunológico a adaptarse, de modo que no reacciona de forma desmedida frente a estímulos ambientales comunes. Ésto permitiría explicar el hecho de que las enfermedades autoinmunitarias tengan una incidencia mucho mayor en países desarrollados.

En este contexto, las infecciones por helmintos pueden jugar un papel trascendental. Las infecciones humanas por helmintos fueron prácticamente universales hasta comienzos del siglo XX. Sin embargo, la incidencia de estas infecciones se ha reduciendo en los países industrializados de manera simultánea con el progresivo incremento en las prevalencias de enfermedades autoinmunitarias y alérgicas.

A pesar de que no existen pruebas concluyentes de la relación inversa entre las helmintiasis y las enfermedades autoinmunitarias y alérgicas, los estudios realizados sugieren que la exposición a helmintos permite el correcto desarrollo de células T y otros componentes de sistema inmunitario mediante su capacidad inmunoreguladora, de manera que se inducen respuestas reguladoras antagonistas de las que provocan las enfermedades autoinmunitarias.

El trabajo de diferentes grupos de investigación ha demostrado que las infecciones por helmintos reducen la autoreactividad inmunitaria y protege frente a las enfermedades autoinmunitarias. Estos parásitos reducen la inflamación generada por las células Th1 y Th17 características de estas patologías, a través de la inducción de respuestas Th2 y de macrófagos activados alternativamente. Así, la terapia con helmintos, como Necator americanus o Thichuris suis, constituye una alternativa prometedora frente a diversas enfermedades autoinmunitarias como la enfermedad de Crohn, enfermedad de Bowel, colitis ulcerativa, esclerosis múltiple, diabetes autoinmunitaria o el asma.