
La llegada de los MOOC (Massive Open Online Courses) ha permitido popularizar la educación a distancia sin ningún tipo de limitación de tiempo, cantidad de alumnos o distancia geográfica, y todo esto, de manera gratuita.
12 de febrero de 2016
La idea detrás de este sistema es el de ofrecer educación online a grandes grupos de estudiantes que se encuentren en cualquier lugar del mundo con acceso a internet. Esto permite a los estudiantes cursar sus estudios a distancia, ya sea por motivos de horario o de distancia geográfica.
En 2008, Dave Cormier y Bryan Alexander acuñaron el término MOOC, como acrónimo de la expresión Massive Open Online Courses (Cursos online abiertos masivos), pero ya se habían dado casos de proyectos parecidos con anterioridad. Los auténticos ‘padres’ de los MOOC serían los cursillos radiofónicos que se popularizaron en los años 20; modelo que más adelante se copiaría durante la década de los 80 con los cursos en VHS.
El primer MOOC, tal y como los conocemos ahora, lo realizó David Wiley, profesor de la Universidad de Utah, durante el verano de 2007.
Cada época ha adaptado este sistema a las tecnologías a su alcance, y es ahora cuando se nos ha permitido tener una auténtica experiencia dinámica e interactiva gracias a Internet. Si en los años 20 y los 80, la radio y el vídeo cumplían su función pedagógica, estos sistemas no permitían medir el aprendizaje de sus estudiantes debido que se trataba de un sistema unidireccional. Ahora, con los cursos online, esto ya no sucede.
Características de los MOOC
El acceso a estos cursos no está restringido por número, por lo que permite la conexión de cientos de miles de estudiantes al mismo tiempo, cosa que sería imposible conseguir de querer hacerse una reunión física. El número más alto de estudiantes que se ha contabilizado en un MOOC se registró en 2011, en un curso tutorizado por Sebastian Thrun y Peter Norvig en la Universidad de Standford y en la que participaron 160.000 estudiantes, aproximadamente.
Tampoco se les exige a los estudiantes tener ningún tipo de conocimiento previo, ni se les realiza una prueba de acceso, lo que permite que cualquier persona interesada pueda acceder a la información ofrecida durante el curso.
Esta herramienta está muy centrada en potenciar al máximo la interacción entre los participantes, por lo que se utilizan actividades y aplicaciones en grupo para asegurar la comunicación alumno-profesor y alumno-alumno.
Al final de cada curso, el profesor organizará una serie de actividades y pruebas a modo de ‘examen final’ para medir el resultado del curso, los conocimientos adquiridos y poder acreditar el trabajo de los estudiantes. Sin embargo, el premio al final del MOOC es, única y exclusivamente, el conocimiento, ya que no se emiten certificados ni diplomas por cursarlos.
El acceso a los cursos es, casi siempre, gratuito, aunque se dan situaciones en los que se organizan cursos que están supeditados a suscripciones o materiales externos que sí pueden tener que pagarse, aunque no es lo habitual.
MOOCs en la Universidad de Valencia