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82 años de la muerte de Marie Curie, que dio su vida por la química

Marie Curie, una de las científicas más brillantes de la humanidad, falleció el 4 de julio de 1934. Dejaba atrás numerosos méritos y hallazgos que le llevaron a obtener dos premios Nobel, en Física y Química, y a perder la vida por su gran descubrimiento: la radiactividad.

4 de julio de 2016

En 2011 se celebró el Año Internacional de la Química. ¿El porqué de ese año? Para conmemorar el centenario de la concesión del Nobel de Química a Marie Curie. Un hecho que evidencia lo importante que fue Marie Curie para la ciencia en general y la química en particular.

Esta científica polaca, cuyo nombre de familia era Maria Sklodowska, vivió y murió por la ciencia. Desde joven tuvo que luchar contra innumerables obstáculos, desde la precariedad doméstica hasta las dificultades de un sistema obsoleto que a comienzos del siglo XX no dejaba a las mujeres asistir a la Universidad. Pero Marie Curie no se detuvo, tanto es así que consiguió sus metas: fue la primera mujer catedrática en la Universidad de París y la primera en obtener el premio Nobel por sus investigaciones acerca de los elementos radiactivos.

Su vida investigadora estuvo estrechamente ligada a la de su marido, Pierre Curie, con el que contrajo matrimonio en 1895. Ambos se volcaron en sus labores científicas, mientras lo compaginaban con el cuidado de sus dos hijas, Iréne y Eve. Marie se interesó por los nuevos tipos de radiación, al descubrir que debían existir numerosos elementos desconocidos hasta la fecha que fueran radiactivos, término que ella gestó.

En 1898, la pareja dio a conocer el hallazgo de dos nuevos elementos, el polonio y el radio. Pero aún tuvo que pasar casi un lustro en condiciones laborales precarias para demostrar la validez de sus descubrimientos. Finalmente, este logro se vio condecorado en 1903 con el premio Nobel de Física.

Con el Nobel llegó la fama y el reconocimiento. Pierre fue nombrado catedrático en la Universidad de París, puesto que pasaría a ocupar la propia Marie Curie después de que su marido falleciera atropellado por un carro de caballos en 1906. Un hecho trágico que no impidió a la polaca seguir investigando a la vez que compaginaba la cátedra en la universidad francesa. Sus trabajos sobre el radio y sus compuestos le llevaron a ganar el Nobel por segunda vez, esta vez en Química. Era el año 1911, y una mujer científica había hecho historia, tanto es así que cien años después todavía se recuerda su gran legado, que el historiador Tadeusz Estreicher lLegó a calificar como fundamentales para el desarrollo mundial de los siglos XX y XXI.

 “El resultado del trabajo de Cuire fue una época de trasformaciones. La radioactividad del radio era tan grande que no podía ser ignorada: obligó al replanteamiento de los fundamentos de la física, ayudó a la comprobación de la estructura del átomo o contribuyó a poder luchar con éxito contra el cáncer”, dijo Estreicher en 1938.

Paradójicamente, la radiación sería quien acabaría con Marie Curie. Los efectos nocivos a los que se veía expuesta en sus trabajos fueron, probablemente, la principal causa de la anemia aplásica que contrajo y que acabó con su vida el 4 de julio de 1934. Han pasado ya 82 años, pero todavía sigue, y seguirá, presente en la comunidad científica.