JORGE CHENOVART - Luis Blanco Domínguez es ingeniero de telecomunicaciones pero, según afirma, gestor cultural de corazón. Màster en Gestión Cultural por la Universitat de València, ha sido galardonado con el premio Estudia VLC en el Mejor Trabajo de investigación de fin de Máster convocado por la Fundación InnDEA, por su proyecto La seda: el hilo conductor de un itinerario cultural. Proyecto de implantación de la Ruta de la Seda a la provincia de Valencia. Se trata de un proyecto que conjuga la actualidad, puesto que Valencia es la Capital de la Seda el 2016, con el desarrollo de un bien patrimonial propio. “El patrimonio de la seda está concentrado especialmente en la ciudad y la provincia de Valencia, pero hay posibilidades que se amplío al resto de los territorios valenciano y español”, apunta el premiado.

El objetivo de la investigación, según Blanco, no es la creación de un itinerario cultural al más puro estilo clásico, como el camino de Santiago, que tiene una ruta definida, se trata de modernizarse y mirar el patrimonio desde una perspectiva multidimensional, analizando las posibilidades que tiene la Ruta de la Seda desde diferentes puntos de vista, como por ejemplo el antropológico, el urbanístico, el sociológico y el turístico. “Los itinerarios culturales, actualmente, son fruto de la confluencia de todas las tendencias patrimoniales vistas desde muchas perspectivas, y es aquí donde entra el factor social que las rodea y genera la interacción”, explica.

El estudiante, de origen madrileño, optó para trabajar en este campo a raíz de una observación: el olvido a qué había llegado el patrimonio de la seda a la cabeza y casal. “En Valencia se encuentra el mejor patrimonio de España en cuestión de seda y hace falta no olvidar que la tradición valenciana está directamente ligada con este material”, apunta. La unión de los patrimonios material e inmaterial es el punto de partida para un proyecto con vertientes culturales más que factibles, atendida la restauración del Colegio del Arte Mayor de la Seda por la Fundación Hortensia Herrero desde el 2014. El director del trabajo ha sido el profesor de la Facultad de Ciencias Sociales Miquel Àngel Ruiz, quienes ha afirmado que la elección está relacionada con una ferviente actualidad por la recuperación del patrimonio material y cultural. “Es necesario recordar que hay intenciones de recuperación de este patrimonio desde los años noventa, con actividades museísticas muy concretas, y por eso es factible el que propone Luis”, apunta Ruiz. El estudiante ha propuesto en su proyecto la manera de unir las diferentes voluntades respecto a la recuperación del patrimonio de manera eficaz a través de la gestión de comunidades virtuales.

El galardón a un trabajo de marcado carácter humanístico rompe con la tendencia de los premios InnDEA, que apostaban por proyectos de carácter tecnológico beneficiosos para la sociedad valenciana. “Elegí el tema porque me parecía que había una dejadez en cuanto al patrimonio material e inmaterial de la seda, y que este último se encontraba en peligro de desaparición. Me he tenido que documentar bastante sobre el vestido tradicional valenciano, el elemento principal del cual es este tejido”, explica Blanco. El papel del inmaterial que apunta Blanco tiene que ver con sus investigaciones sobre lo el escaso trabajo actual de la seda en Valencia, cuando todavía viven algunas de las personas que cultivaban gusanos a mediados de década de los setenta.
“No me esperaba un acto tan solemne y todo me va pillar de sorpresa”, explica Blanco. A quien no sorprendió fue a Miquel Àngel Ruiz, quien ha destacado como de fácil ha sido dirigirlo en su investigación. “No es habitual, puesto que hay estudiantes de fin de máster que tienen dificultades a la hora de escoger el tema y llevarlo a cabo. Luis ha sido muy metódico”, señala el profesor. Además, ha abogado para aprovechar este proyecto porque, según afirma, se encuentra dentro de la realidad puesto que no requiere un gran esfuerzo de inversión.

El objetivo que plantea Blanco, una vez ha sido reconocida su tarea investigadora, es que el interés para recuperar la Ruta de la Seda no caiga en el olvido. El año 2016 es clave para dar un empujón en términos de financiación. “El que hay que buscar es que todo este patrimonio se pongo en valor, se activo y se desarrollo. Dar a conocer a la sociedad que este desarrollo tiene un reingreso social, cultural y económico a través del turismo”, apunta. A partir de ahora llega el más difícil, compaginar su trabajo con el cual se gana la vida y mejorar en el aspecto histórico. Además, hay que ponerse en contacto con los profesionales del sector porque la promoción y revitalización de la Ruta de la Seda llego a buen puerto, trabajando con varios grupos valencianos, tanto públicos como privados, para conseguir un buen producto turístico. En este sentido, Blanco matiza: “El plan de revitalización no es cosa de unos meses, hablamos de un proyecto mínimo de cuatro años”.