
El servicio se prestaba a través de la Clínica Jurídica per la Justícia Social de la Facultat de Dret y su equipo de más de 180 voluntarios que dieron apoyo en la reclamación de daños, solicitud de indemnizaciones, asuntos laborales, renegociación de alquileres o asuntos civiles, entre otros.
La Universitat de València puso en marcha en la primera semana de noviembre de 2024 un servicio gratuito de asistencia y asesoramiento para los afectados de la comunidad universitaria (estudiantado, personal técnico, de gestión, administración y servicios; personal docente e investigador; y personal investigador en formación), una asistencia que se extendía también a los familiares en primer grado.
Este servicio gratuito se prestaba a través de la Clínica Jurídica per la Justícia Social de la Facultat de Dret, dirigida por los profesores Pilar Fernández y Andrés Gascón, y que habitualmente presta servicio gratuito a ONG, entidades sin ánimo de lucro y personas sin recursos y en riesgo de exclusión social. Una Clínica que ante la situación catastrófica dio un paso adelante y amplió sus tareas.
Contaba con un equipo formado por más de 180 personas voluntarias de entre estudiantado, profesorado, profesionales de colegios de abogados de todo el territorio español. Y que se organizó constituyendo 45 equipos de trabajo para alcanzar los diferentes ámbitos en los que los afectados podían necesitar apoyo. De este modo, 17 grupos de trabajo dieron apoyo a las áreas de subvenciones y administración; 10 a las reclamaciones de seguros y mercantil; 12 a las de civil y familia; 4 a la de laboral; 1 a penal; y 1 a otras materias.
Después de la primera semana de funcionamiento, este servicio ya había recibido 71 solicitudes de apoyo, recibiendo muchas más las semanas siguientes dado que la Universitat de València tenía contabilizados más de 11.000 integrantes de la comunidad universitaria afectados por la dana. Concretamente, 9.300 estudiantes y 1.800 trabajadores y trabajadoras. Unas cifras que representaban el 20% del total.
Ante esta afectación, la Universitat también puso en marcha otras iniciativas destinadas a paliar los diferentes niveles de afectación de las personas que vivían en zonas golpeadas por la dana. Estas acciones se estructuraban en tres grupos: unas que complementaban la tarea de la Clínica Jurídica y Social y que iban dirigidas a la comunidad universitaria, otras que iban dirigidas a la sociedad e instituciones, y unas acciones inmediatas y transversales.
Algunas de estas iniciativas eran la cesión de aulas para escuelas e institutos, becas para personas UV afectadas, atención psicológica, el programa 'Salvem les Fotos', recuperación de obras de arte, reconstrucción de bibliotecas, voluntariado en la zona cero, entre otros.











