Nuevas enfermedades, nuevos tratamientos

 

Durante el Renacimiento surgieron una serie de novedades clínicas: (a) descripción de nuevas enfermedades (b) desarrollo de nuevos hábitos de trabajo, entre los que destacan: la práctica de autopsias anatomopatológicas, la conversión de la historia clínica en "observatio" y la enseñanza junto a la cama del enfermo.

De las nuevas enfermedades, la más importante es el morbo gálico o sífilis. Entre sus primeros descriptores mencionaremos al alemán Josep Grünpeck (1496), que la redujo a interpretaciones de tipo astrológico, y la del humanista médico Leoniceno (1497), de la que sólo elaboró un discurso erudito. Distinto es el estudio que ofreció el valenciano Gaspar Torrella. El Tractatus cum consillis contra pudendagra seu morbum gallicum (Tratado con historias clínicas contra la pudendagra o morbo gálico, 1497) ofrece un estudio clínico y terapéutico de la enfermedad. Torrella nació en Valencia (1452-1520).

Por influencia de su padre se doctoró en la Universidad de Siena y se ordenó sacerdote cuando Rodrigo Borja fue nombrado papa con el nombre de Alejandro VI. Como familiar y médico lo acompañó a Roma, siendo promovido después a la dignidad episcopal. En el libro interpreta la enfermedad con arreglo a presupuestos del galenismo arabizado, pero al describir sus signos y síntomas tuvo que recurrir a sus propias observaciones, ejemplificadas en cinco historias clínicas. La primera de ellas corresponde posiblemente a la sífilis padecida por César Borja, hijo de Alejandro VI, entonces arzobispo de Valencia, al que dedica el libro. Describe la aparición del chancro al día siguiente del contacto sexual, señalando su base indurada, y su adenopatía satélite.

 

El nombre de sífilis se debe a Girolamo Fracastoro (1483–1553) y su poema Syphilis sive morbus gallicus (1530). Nacido en Verona, se formó en Padua. Fue nombrado "medicus ordinarius" del Concilio de Trento que se trasladó en 1547 a Bolonia debido a una epidemia. Aunque el contagio se conocía y había sido descrito con claridad en el caso de la peste de 1348, Fracastoro habló de "contagio animado". Años más tarde publicó De contagione et contagiosis morbis (Sobre el contagio y las enfermedades contagiosas, 1546), donde aplicó conceptos neoplatónicos como "atracción y repulsión en el universo y en el ser humano". Realiza una destacable reflexión sobre el tema donde se plantea preguntas centrales. Habla, por ejemplo, de los seminaria (semilleros) generados en los "humores corrompidos" de los organismos que padecen enfermedades contagiosas. La putrefacción va a un cuerpo próximo u otro lejano. Se trata de gérmenes vivos con la facultad de multiplicarse y propagarse con rapidez. También señaló que había tres formas de contagios: directo, como en la sarna, la lepra y la tisis; indirecto, a través de fomites (vestidos, sábanas y otros objetos), que no están corrompidos pero que son portadores de seminaria; y a distancia, sin vehículo alguno, como en la viruela y la peste. Para el tratamiento recomienda medidas dietéticas y evacuantes o purgantes características del galenismo tradicional, aunque admite unciones mercuriales a dosis limitadas. Se refiere asimismo a la necesidad de establecer una vigilancia médica de la prostitución, con fines preventivos.

 

Retrato de G. Fracastoro

Grabado que muestra a Fracastoro [+ pulse sobre la imagen para verla a mayor tamaño].

 

El tratamiento del Morbo gálico

En el tratamiento de esta enfermedad hallamos aspectos que después seguirán apareciendo a lo largo de la historia de la terapéutica farmacológica.

Por un lado se extendió el uso de un medicamento procedente de América. Para los que creían que esta enfermedad procedía del nuevo mundo, el remedio que lo curaba procedía también de allí. Este es el caso del guayaco o palo santo.

 

Resina, tintura y madera de guayaco

Resina, tintura y palo o madera de guayaco. Colección de Materia médica del Museo de Historia de la Medicina y de la Ciencia [+ pulse sobre la imagen para verla a mayor tamaño].

 

Originario de América Central y del Sur, el guayaco fue introducido en Europa por los médicos españoles poco después del descubrimiento. Fue descrito entre otros por Fernández de Oviedo y López de Gómara. Desde principios del siglo XVI se inició con este producto un comercio muy activo que alcanzó gran importancia y se convirtió en uno de los negocios más rentable de la familia de los banqueros Fugger. Los barcos regresaban a Sevilla y Cádiz cargados de grandes cantidades del árbol descortezado. La existencia de obras como la de Ulrich von Hutten De guaiaci et morbo gallico liber unus (1519),  reeditado y traducido numerosas veces, debió contribuir a popularizar su uso entre los médicos y cirujanos de toda Europa. Durante las dos primeras décadas del siglo XVI gozó de un enorme prestigio como antisifilítico, por lo que llegó a alcanzar precios exorbitantes. Se le empleó contra la sífilis junto a la raíz de China y la zarzaparrilla.

 

Zarzaparrilla

Ilustración del siglo XIX que muestra la Smilax sarsaparrilla L. Ésta y otras variedades americanas de zarzaparrilla se utilizaron mucho como sudoríficos contra la sífilis en el siglo XVI [+ pulse sobre la imagen para verla a mayor tamaño].

 

Hubo otros médicos, por el contrario, que recomendaron el mercurio. Éste se administraba haciendo friegas contundentes en la piel con mercurio y grasa; o bien introduciendo al enfermo en una estufa donde se quemaba cinabrio. Algunos médicos, a pesar de conocer la toxicidad de algunos preparados de este metal,comenzaron a administrarlo por vía oral.

Los que curaban el morbo gálico solían ser los cirujanos, que se encargaban de curar las enfermedades externas. El gremio de cirujanos de Valencia consiguió que se fundara en 1462 una 'Escola de Cirurgia' promovida por las primeras generaciones de médicos de mentalidad italianizante o formados en Italia. Ésta obtuvo la autorización real para disecar cadáveres humanos, lo que puede considerarse como el inicio de lo que más tarde sería la llamada “Escuela anatómica valenciana”.

En 1408 la Escuela se dotó de un claustro fijo de profesores y, desde 1486, fue obligatorio haber cursado sus enseñanzas “cinco años continuos y sin interrupción”. Sin dejar Valencia, hay que tener en cuenta también los trabajos que recogen información sobre la práctica quirúrgica en otro escenario, en el Hospital General de la ciudad, una de las mejores instituciones asistenciales de la época que conserva toda la documentación.

 

Médicos atendiendo a enfermos con morbo gálicoTratado del morbo galico', de Juan Calvo

Grabado de la obra A malafranczos morbo Gallorum preservatio ac cura, a Bartholomeo Stëbër,... nuper edita, de Bartholomäus Steber, una de los primeros libros dedicados a la sífilis. En él se muestra a un médico examinando la orina de la enferma y el otro aplicando ungüentos. Los médicos valencianos Gaspar Torrella, Pere Pintor y Joan Almenar contribuyeron al estudio de la sífilis y a su tratamiento, en especial lo que se refiere al uso del mercurio [+ Pulsar sobre la imagen para verla a mayor tamaño]
Página inicial del 'Tratado del Morbo gálico..', incluido en la Cirugía Universal y particular del cuerpo humano, del valenciano Juan Calvo (1580). (Edición de Valencia, de 1647, en Casa de los herederos de Chrysostomo Garriz). Entre los distintos tratamientos, se refiere al que tiene como base principal el mercurio, especialmente en forma de unciones [+ Pulsar sobre la imagen para verla a mayor tamaño]

 

 

Los cirujanos formaban un grupo profesional diferente al de los médicos. A diferencia del resto de Europa, En España e Italia hubo en esta época lo que se conoce con el nombre de médicos-cirujanos, que practicaban la cirugía al más alto nivel y tenían formación como médicos.

Los cirujanos trataban las enfermedades externas. Aparte de su obra manual utilizaban remedios vegetales, procedentes del reino animal y lo que no eran ni una cosa ni la otra, y hoy llamamos “minerales”.

 

Sulfato de cobreOligisto o hematita

Cobre y sulfato de cobre; y Oligisto o hematita
El sulfato de cobre se ha usado como astringente. Es cáustico y coagula la albúmina. En el siglo XIX se empleó contra la blenorragia y la leucorrea. Administrado al interior también se ha usado contra el crup, en envenenamientos por narcóticos y por fósforo, y contra el paludismo [+ Pulsar sobre la imagen para verla a mayor tamaño]
El oligisto o hematita es el óxido férrico. Tambiñen se lellamaba 'Piedra de estancar sangre'. Se utilizaba para cicatrizar las heridas de los ojos y adelgazar cicatrices y asperezas. En el siglo XIX se usaba en preparaciones farmacéuicas como los chocolates ferruginosos [+ Pulsar sobre la imagen para verla a mayor tamaño]
                       

 

CinabrioAzufre

Cinabrio y Azufre
El cinabrio es sulfuro de mercurio. Calentado con carbón o carbonato sódico se descompone completamente dando mercurio que se volatiliza si se sigue calentando. Se utilizó así en estufas para la curación de las "bubas", "morbo gálico" o sífilis. Esta práctica se realizaba en el Hospital general de Valencia en primavera y otoño. Más habitual en el tratamiento de esta enfermedad fue, sin embargo, el empleo del mercurio o de sus sales en forma de ungüentos y de fricciones. Dependiendo del compuesto utilizado, la toxicidad variaba, siendo muy alta cuando se usaba el sublimado corrosivo u óxido mercurioso. Como medicamentos coadyuvantes se administraban los sudoríficos, por lo general china, zarzaparrilla y guayaco [+ Pulsar sobre la imagen para verla a mayor tamaño]

 

YesoÁgataJaspe rojo

Yeso, Ágata y Jaspe
El yeso es sulfato cálcico hecho anhídrido por la calcinación. Para los clásicos tenía una virtud "emplástica" y "desecativa". Se usaba junto con otros medicamentos para evitar hemorragias [+ Pulsar sobre la imagen para verla a mayor tamaño]
El Ágata es un conjunto de variedades microcristalinas de cuarzo (sílice). Se usaba por sus propiedades mágicas. Puesta en la boca mitigaba la sed. En polvo bebida o aplicada se usaba contra las picaduras de alacranes [+ Pulsar sobre la imagen para verla a mayor tamaño]
El Jaspe es una variedad impura de dióxido de silicio, generalmente de color rojo o amarillo. También se usaba por sus propiedades mágicas. Colgado en el cuello servía para confortar la boca del estómago o contra cualquier hechizo. Atado al muslo de la mujer a punto de parir, aceleraba el parto [+ Pulsar sobre la imagen para verla a mayor tamaño]

 

espaciadorOropimentePirita

Oropimente y rejalgar; y Pirita

El oropimente es el trisulfuro de arsénico. Se utilizaba para depilar junto con cal y lejía. También para corroer la carne y engendrar costras. El rejalgar es un tipo de sulfuro de arsénico con un 30 por cien de azufre y un 70 por cien de arsénico [+ Pulsar sobre la imagen para verla a mayor tamaño]
La pirita o piedra piritis es el sulfuro de hierro. Servía para resolver, especialmente los hinchazones, y para desecar [+ Pulsar sobre la imagen para verla a mayor tamaño]

 

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Selección de textos y de fuentes

Textos

Los nombres del morbo gálico: Juan Calvo, Primera y segunda parte de la Cirugía universal y particular del cuerpo humano, Sevilla, 1580.

La asistencia a los pobres enfermos de «mal de sement» o «sífilis». Declaración de Pere Melchor Cátala, alias Renart, cirujano mayor del Hospital General de la Ciudad de Valencia, ante la Real Audiencia. Archivo del Reino de Valencia. Papeles de Real Audiencia. Apéndice nº 4155 (1590). Ed. y trad. cast. por M. L. López Terrada, El Hospital General de Valencia en el siglo XVI (1512-1600), Valencia, tesis doctoral, 1986.

Fuentes

Calvo,J., Primera y segunda parte de la Cirugía universal y particular del cuerpo humano, Sevilla, 1580.

Fracastoro, G., Syphilis siue morbus gallicus..., Veronae, [Stefano Nicolini da Sabbio], 1530.

Fracastoro, G.,Hieronymi Fracastorii veronensis Opera omnia, in vnum proxime post illius mortem collecta quorum nomina sequens pagina plenius indicat : accesserunt Andreae Naugerii ... Orationes duae carminaq[ue] nonnulla ..., Venetiis apud Iuntas, 1555 (Apud haeredes Lucaeantonii Iuntae).

Steber, B., A malafranczos morbo Gallorum preservatio ac cura, Vienna, Johann Vinterburg, 1497-8.

 

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Bibliografía

Fresquet Febrer, J.L., El uso de productos del reino mineral en la terapéutica del siglo XVI..., Asclepio, 1999; 51(1): 55-92.

López Piñero, J.M., Ciencia y Técnica en la sociedad española de los siglos XVI y XVII, Barcelona, Labor, 1979.

López Piñero, J.M., Los saberes médicos y su enseñanza, En: Historia de la medicina valenciana, Valencia, Vicent García Ed., vol. 1, pp.109-142, 1988.

López Terrada, M.L., El Tratamiento de la sífilis en un hospital renacentista: la sala del 'mal de siment' del Hospital General de Valencia, Asclepio, 1989; 41(2): 19-50.

López Terrada, M.L., El "mal de siment" en la Valencia del siglo XVI: Imágenes del "morbo glaico" en una ciudad mediterránea europea, Dynamis, 1991; 11: 119-146.