Estimadas compañeras,
Estimados compañeros,
Convocados por el vicerrector de profesorado los sindicatos con presencia en la Mesa Negociadora, a una reunión previa a la Mesa Negociadora, con el fin de acordar posturas sobre la convocatoria de plazas para 2023, criterios de promoción y un nuevo reglamento para el nombramiento de profesorado Emérito, nos reunimos el jueves 16 de febrero. De la reunión, en la que dicho vicerrector presentaba propuestas a los tres puntos, os destacamos lo que hemos considerado importante y os justificamos la posición defendida por SATTUi:
En primer lugar, deciros que el punto más controvertido fue el reglamento para nombramiento (selección según parece entender el vicerrector –ACGUV 85/2022-) del futuro Profesorado Emérito (ya que la nueva LOSU deja en manos de cada universidad el establecer los criterios y funciones de este profesorado). Sobre la propuesta presentada por el vicerrector, SATTUi no estuvo de acuerdo (1) con la condición de que el profesorado emérito esté obligado a impartir docencia un determinado número mínimo de horas, que puede ser también en el grado. Y que, además, (2) tenga que ser el departamento al que esté adscrito ese profesor o profesora emérita el que lo decida. Tampoco estuvimos de acuerdo (3) en que sea necesario y determinante el informe del departamento para que un profesor o profesora jubilada sea nombrada emérita. Ante la negativa del vicerrector a cambiar estos aspectos, que calificó como innegociables, SATTUi no dio su apoyo a dicha propuesta de reglamento. A continuación, lo explicamos:
La propuesta de reglamento presentada establecía la obligatoriedad de que el futuro Profesorado Emérito imparta un mínimo de 45 horas de docencia más 45 de atención tutorial (este mínimo se bajó a 30), que podrá llegar a 90+90 máximo si el interesado/a lo pide y la dirección del departamento lo acepta. Para realizar este trabajo, y las otras funciones por ser Profesorado Emérito, recibirán un contrato laboral a tiempo parcial de 6 horas (3+3) con la remuneración establecida en el Art. 17 del Decreto 174/2002 de la GVA (3.849 Euros anuales), con la limitación máxima salarial que añade en su Art. 6 el RD 1086/1989-consolidado. (ambas normativas se citan en la referida propuesta de reglamento presentada por el vicerrector).
Bajo estas condiciones, SATTUi manifestó, a través de nuestros representantes en dicha reunión, nuestra oposición a que se obligue a impartir docencia a este profesorado, especialmente en el grado, ya que no nos parece razonable que un o una P. Emérito/a vuelva a impartir docencia, aunque sea parcial, en la plaza que acaba de dejar libre por jubilarse (aunque esa plaza no compute como ocupada –ya veremos…-) porque en SATTUi consideramos que esas horas/plazas estructurales deberían ser ocupadas por nuevo profesorado estructural, y porque esta condición, pensamos, ha de ser VOLUNTARIA y decidida por el profesor/a Emérito/a.
A ello, hemos de añadir una razón más: el peligro de que, obligando al Profesorado Emérito a impartir clases en el grado (competencia que quedaría en manos de las direcciones de los departamentos), se vuelva a crear un nuevo colectivo de profesorado precario, como ya pasó con el Profesorado Asociado. A lo que todavía hay que añadir que, como el futuro Profesorado Emérito tendrá una relación laboral que (no debería, pero) podría ser considerada (por estamento –su nuevo ídem- y por tipo de contrato) de inferior rango, pudiera ser que algunas/os Prof. Eméritos/as fueran las y los últimos en elegir docencia en su departamento (dependerá de la influencia que cada uno/a tenga en su antiguo departamento, al que volverá a estar adscrito/a). Lo que tampoco nos parece aceptable.
También SATTUi se opuso a que el nombramiento de un profesor o profesora Emérita haya de ser solicitado y aceptado por la dirección del departamento al que pertenecía dicho profesor o profesora. Pues entendemos que ninguna dirección de departamento ni de instituto tiene competencia para juzgar la trayectoria e influencia en la ciencia y/o en la sociedad de su personal académico, que la ha ganado por sus propios méritos y, además, son de dominio público (por lo que existen índices o indicadores para ser comprobadas, como el índice “h” de Clarivate en las disciplinas científicas o sus equivalentes en las disciplinas no-científicas, que tampoco son perfectos pero algo mejores que el número de sexenios o el número de años de edad -la primera condición para ser nombrado Emérito/a es jubilarse a los 70 años, aunque se contempla la posibilidad de hacer excepciones, imaginamos que como con los años sabáticos…-).
SATTUi también manifestó reticencias a algunos otros aspectos (como los criterios para la “selección” del Profesorado Emérito), pero como con la condición de innegociables, impuesta por el vicerrector que os hemos expuesto, fue ya suficiente como para retirar el apoyo o visto bueno de SATTUi a la propuesta, no consideramos necesario añadir más comentarios.
RESPECTO A LOS OTROS DOS TEMAS, deciros que todos los sindicatos dimos el visto bueno tanto a la propuesta de plazas para 2023 presentada por el vicerrector (que finalmente podrá llegar a 223 entre nuevas, de promoción y las reservadas para investigadores/as con I3 que establece la legislación, …), como la de criterios de promoción a esas plazas, si bien, en este segundo aspecto, SATTUi, junto con algún otro sindicato, pedimos que aquellas personas que cumplan los criterios de promoción y la hayan solicitado, dado que se establece un turno o lista de orden para convocarse, puedan comprobar en todo momento, de forma personal (por ej. en la Secretaría Virtual), en qué posición del proceso se encuentra dicha plaza. No porque dudemos del buen cumplimiento de los criterios y cronograma de la convocatoria de las plazas afectadas, cosa que nadie puso en duda, sino simplemente porque es un derecho de las personas interesadas. Y por eso, consideramos que hay que posibilitarlo.
Os agradeceremos que nos hagáis llegar vuestra opinión o comentarios. Especialmente aquellas y aquellos que seáis eméritos.
