La proliferación de las viviendas de uso turístico (VUT) en las principales ciudades europeas ha transformado radicalmente el panorama turístico de estas urbes. A medida que plataformas como Airbnb y otras similares popularizaban este tipo de alojamiento, el modelo comenzó a consolidarse y a expandirse de manera exponencial, especialmente en ciudades con un fuerte atractivo turístico y limitaciones de espacio para nuevas construcciones, lo que ha terminado por generar un conjunto de retos importantes para los residentes, los ayuntamientos y los sectores relacionados con el turismo tradicional. Las VUT inicialmente fueron vistas por sus defensores como una solución innovadora que ofrecía a los turistas experiencias más accesibles y auténticas y que permitían generar ingresos adicionales a los residentes y revitalizar barrios dentro y fuera del circuito tradicional. Estos también señalan que promueven la flexibilidad en la oferta turística, permitiendo a los viajeros acceder a una mayor variedad de opciones de alojamiento a precios más competitivos, además de que contribuyen a una descentralización de la actividad turística. Además, los defensores afirman que, para muchos propietarios, las VUT suponen una forma de rentabilizar patrimonio inmobiliario infrautilizado, lo que en épocas de crisis económicas puede servir como una fuente de ingresos crucial. Finalmente, los defensores también argumentan (...)