El pasado 16 de octubre dio inicio la ronda de jornadas “Repensar el rural”, cuyo objetivo es dar a conocer los problemas de la despoblación y las causas del declive demográfico, así como hacer partícipes a los asistentes en la puesta en común de ideas y propuestas que surjan a lo largo del acto.
La Cátedra AVANT de la Universitat de València presentó en el CEE Elvira Veres del municipio de Quatretonda (Valencia) la jornada “Repensar el rural. Sostenibilidad social: nuevas vías para el rural valenciano”. El objetivo de esta jornada era reflexionar sobre los aspectos positivos y negativos que inciden en la sostenibilidad social de los municipios rurales en riesgo de despoblación, y elaborar propuestas que puedan contribuir a paliar dicho problema.
La jornada se inauguró con la ponencia del Prof. Javier Esparcia sobre los factores sociales, económicos y territoriales que afectan a las dinámicas demográficas que, en general, se dan en el medio rural valenciano. A continuación, intervino el geógrafo y consultor Xavi Delgado, quien expuso y comparó mutuamente dos iniciativas de lucha contra la despoblación: el programa Savia Rural, desarrollado en la Comunitat Valenciana hace más de una década, y la actual experiencia de las Highlands and Islands, en Escocia, incidiendo en el porqué de los resultados de ambas.
Después de las ponencias se dio paso al trabajo por grupos, en donde una veintena de asistentes discutieron sobre los contenidos de las ponencias escuchadas y sobre la situación de su localidad (Quatetonda, Atzeneta d’Albaida, Castelló de Rugat, Llutxent, Otos, etc.), para más tarde ponerlo en común delante del resto de participantes.
Algunas de las conclusiones que se pudieron extraer destacaron la importancia de la mejora de la calidad de vida de los municipios en riesgo de despoblación y su viabilidad, en algunas ocasiones más importante que el retorno de la población que emigró a la ciudad. Respecto a las causas concretas del motivo del descenso de la población en el medio rural, los participantes señalaron el escaso mercado inmobiliario, la pérdida de valor de la agricultura, la existencia de una baja autoestima u orgullo por ser rural, y el desequilibrio entre la oferta de puestos de trabajo cualificados frente al número de habitantes capacitados para ellos, siendo los segundos muy superiores a los primeros, lo que les hace emigrar.
