Tras la reciente presentación del informe titulado “BRECHA DIGITAL Y GÉNERO EN LA COMUNITAT VALENCIANA Informe 2020” por parte de Cátedra de Brecha Digital de Género de la Universitat de València resulta interesante destacar algunos de los indicadores más significativos sobre la evolución y situación actual de la brecha digital según género referentes a la formación en carreras de ciencias y tecnologías en la Comunitat Valenciana.
Las desigualdades pueden afectar al acceso a las TIC (Tecnologías de la Información y la Comunicación) y su uso, como primer y segundo elemento que definen la brecha digital de género, lo cual puede tener un efecto en la formación de hombres y mujeres en carreras de áreas denominadas STEM (por las siglas en inglés de las carreras de Ciencias, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas, CTIM en castellano). Por ejemplo, la probabilidad de que las mujeres que deciden ir a la universidad elijan una carrera STEM es menor que la que tendría un hombre, dependiendo del acceso, uso y formación en TIC que dispongan y obtengan. Esta formación permite a su vez la inclusión en la sociedad a través del uso de estas tecnologías, y esto supone el tercer elemento de estudio de la brecha digital de género. El estudio 2020 de la Brecha Digital de Género realizado permite la identificación de desigualdades entre mujeres y hombres con respecto a los niveles de acceso, uso o formación que presenta cada grupo poblacional en distintos indicadores seleccionados para evaluar la realidad de hombres y mujeres en la Sociedad de la Información.
Los datos sobre trabajadores TIC y egresados en carreras relacionadas directamente con este sector, evidencian una participación relativa muy baja de las mujeres en estos campos. Los últimos datos sobre egresos y matriculaciones no evidencian un cambio en esta situación para los próximos años.
A pesar de que las mujeres tienen una participación mayor en la educación universitaria (59% de los egresados en el último año fueron mujeres), su participación en carreras directamente relacionadas con las TIC es mucho menor que la de los hombres. Mientras que entre los hombres las carreras de las ramas de Ciencias e Ingeniería representaron alrededor de un 38% de los egresados universitarios de los últimos 4 años, entre las mujeres estas carreras sólo representan alrededor de un 14%. Es decir, que si una mujer es considerablemente menor a la que tendría un hombre.
Aunque las mujeres tienen una participación elevada en la mayoría de carreras de la rama de Ciencias (con porcentajes de participación incluso superiores al 60% por ejemplo en Biotecnología, Biología, Tecnología de los alimentos o Bioquímica), y en algunas carreras de la rama de Ingeniería (participación balanceada entre sexos en carreras como Ingeniería Biomédica o Ingeniería Química), tienen una menor participación especialmente severa en carreras de Ingeniería especialmente ligadas a las TIC (Robótica, Informática, Telecomunicaciones, Electrónica) y Ciencias puras (Física y Matemáticas) donde se observan porcentajes de participación de mujeres en los egresados menores al 20% como ocurre en Ingeniería Electrónica (17%) o Ingeniería en Telecomunicaciones (15%), e incluso al 10% en Ingeniería Informática.
Los datos de matriculaciones reflejarían cierta tendencia creciente, aunque leve y lenta, en la participación de mujeres en varias de estas carreras, sin embargo, también se observa un retroceso en la participación de mujeres en otras carreras, como por ejemplo la de Matemáticas.
Como muestra el informe 2020 de la cátedra de brecha digital de genero de la Universitat de València y la Generalitat Valenciana, actualmente se está trabajando en proyectos que buscan promover el ingreso de mujeres en estas carreras más ligadas a las tecnologías, como por ejemplo a través de las Charlas STEM del proyecto Girls4STEM. Sin embargo, aún queda trabajo por hacer para idear nuevas estrategias para mejorar el posicionamiento de las mujeres en los sectores TIC y eliminar barreras en el acercamiento de las mujeres a tecnologías más especializadas en la población en general. Ya existen algunas directivas básicas que pueden facilitar la disminución de la brecha digital de género en áreas científico-tecnológicas, pero no siempre se han implementado o llegado a implementar en los lugares de trabajo. También se plantea la necesidad de realizar más estudios para conocer las razones por las que las mujeres de las nuevas generaciones no se inclinan por carreras STEM.
