Bajo el título Antonio Ferri. Del Abstracto al Quattrocento, se presentan en el Colegio Mayor Rector Peset de la Universitat de València los fondos que constituirán la exposición permanente del museo que, financiado por la Unión Europea, le ha dedicado la ciudad de Bocairent al pintor. De esta manera tenemos la ocasión de ver la mejor retrospectiva de Antonio Ferri de que se dispone. Se dará la circunstancia de que sus cuadros harán el mismo camino que su autor, que nacido en Valencia se instaló muy pronto en Bocairent aunque después se abriera al mundo y vivió en diversas ciudades españolas y europeas hasta llegar a la Universidad de Cornell, allí encontrará su mejor espaldarazo como el pintor y profesor de master class que es. Ha presentado exposiciones en Francia, Dinamarca, Inglaterra, Suiza y Alemania y de nuevo lo tenemos aquí, con este proyecto de su propio museo y el problema de recopilar todo su saber hacer. Antonio Ferri se ha reencontrado con todos los registros que le pertenecen, desde las tramas y superficies monocromáticas de sus obras abstractas, de una gran maestría técnica y de una lectura compleja en la que el espectador queda atrapado en los ritmos y los vínculos que se crean entre pinceladas y tramas, colores y grafismos, hasta ese figurativo que emerge de sus tramas, o que ya estaba allí desde un principio, y que nos retrotrae a la pintura del quattrocento con la majestad de los gestos y la perfección de los rasgos de sus caballeros, sus ángeles o sus penélopes que tejen su pintura con paciencia y esfuerzo.