
Calo Carratalá
20/01/20023, 10:48, de la serie "No hay espacio todo es tiempo. África en la memoria", 2024 310 x 172 cm
Lápiz, sanguina sobre tabla
Claustre del Centre Cultural La Nau
Foto: Eduardo Alapont
Este trabajo forma parte del proyecto "Los valores de la Universitat de València: arte y patrimonio en los campus".
Afirmaba Séneca en el siglo I d. C. que ningún árbol llega a tener raíces firmes y profundas si no soplan continuos vientos contra él.
Resilientes al desamparo y la desolación, los baobabs simbolizan fortaleza, paciencia y dignidad ante sacudidas y vaivenes. Hondamente entrelazados con las culturas y tradiciones locales, estoicos y generosos, encarnan la fuerza de la colectividad. Su cobijo, su sombra, su magia y su alimento son, desde generaciones ancestrales, abrigo, sustento e inspiración.
La imagen del baobab va más allá de su representación gráfica: transmite un significado, una síntesis de sensaciones que vislumbra, a destellos, el paisaje africano. Las obras de Calo Carratalá, creadas tras sus viajes a Tanzania y Senegal, concitan pálpito, luz y ese fulgor del soplo detenido que perpetúa el instante en la memoria.
El pintor valenciano, referente en el ámbito del paisajismo contemporáneo, compone sus baobabs con la técnica de la sanguina sobre un fondo blanco en formatos inmensos mostrando su singularidad y la sangre de su belleza herida porque hoy muchos de estos árboles venerados siguen muriendo en el continente africano de manera misteriosa. El deseo de repetir su imagen no deja de ser una reflexión sobre la revelación y el eco de su vulnerabilidad.
Marisa Giménez Soler