Presentación del proyecto

Recientemente , la ADCV (Asociación de Diseñadores de la Comunitat Valenciana), con motivo del 25 aniversario de su fundación, editó en su web una serie de entrevistas realizadas a los antiguos presidentes de la asociación. Una de las preguntas nos planteaba la siguiente cuestión: “El diseño es…”. Tras esos puntos suspensivos el entrevistado, en este caso yo, debía resumir en una frase la esencia de esta disciplina. Al principio me sentí como si tuviera que meter el universo en una botella. Poco después me di cuenta de que contestando al “para qué…” podría concretar más la respuesta y resultaría más clara que si respondía al “qué es…”.

Mi respuesta fue, “El diseño es… optimizar los recursos para innovar, producir, comunicar y competir.”

Como se desprende de esta declaración, la acción de optimizar, a mi modo de entender, encuadra al diseño como una actividad que racionaliza procesos para obtener resultados óptimos. Crea e innova buscando las mejores soluciones y transmite de forma clara y directa los mensajes para llegar al público adecuado.

Para desarrollar estos objetivos con éxito, el diseñador necesita de una amplia gama de conocimientos, tanto técnicos como formales. Precisa de un bagaje profesional y de un rigor en sus planteamientos que distan mucho de la imagen preconcebida, frívola y caprichosa que de esta disciplina tienen en su mayoría los ciudadanos de a pie, los medios de comunicación, las instituciones y por desgracia, también muchas de las empresas de nuestro tejido industrial.