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Javier Calvo. Obres donades a la Universitat de València.

 
 
 
 
Javier Calvo, Mantis religiosa, 1977 · Técnica mixta sobre lienzo, 114 x 146 cm.

 

 

 


La formación de Javier Calvo en la Escuela Superior de Bellas Artes de San Carlos finaliza en el año 1965, posteriormente perfecciona sus estudios con una beca del Ministerio de Asuntos Exteriores en Paris, teniendo por maestro al abstracto lírico Gustave Singier. Este viaje le permite estar en un contexto privilegiado, pues vive de primera mano la revolución estudiantil de mayo francés de 1968. Estos años de convulsión social e inquietud personal se reflejan en su obra, en una pluralidad de lenguajes artísticos que van desde el expresionismo y el pop-art, al collage introduciendo elementos al cuadro. Poco a poco deja ver como la problemática estructural, el interés por el espacio y la ordenación geométrica son cada vez más intensos lo que le llevará a abandonar definitivamente la figuración. La búsqueda hacia la pureza plástica y el lenguaje formal le conectará con una de las dos tendencias bipolares que dominaban el panorama artístico español desde los años cincuenta, la abstracción geométrica. Desde sus primeras ecuaciones y ejercicios modulares pasa a composiciones más complejas y simétricas empleando figuras geométricas planas de color negro en el centro del cuadro y a raíz de ella se extiende un mallado lineal que a su vez va originando otros elementos octogonales y triangulares con una gran percepción cromática, en la que predominan rosas y violetas. (Véase Cuadrado inscrito).

 

 

 

 

 

Javier Calvo, Cuadrado inscrito, 1971 · Técnica acrílico sobre tabla, 80 x 123 cm.

 

 

 

 

En los llamados Itinerarios, muestra el estudio de composiciones con desplazamientos geométricos que forman caminos abiertos hacia el infinito con tensiones y movimientos trapezoidales, al mismo tiempo el uso de la línea blanca se hace patente en la función de sujeción del color y marcación del recorrido. (Véase Tríptico móvil). El profundo estudio de Javier Calvo sobre sus Itinerarios le lleva a formas laberínticas que rompen el espacio con polípticos, son estructuras angulosas, volumétricas y cerradas, pero sin curvas. (Véase Itinerario en forma G, e Itinerario hacia el otoño). Ya en su última etapa geométrica rompe con la simetría y juega con el espacio, da un cambio en su obra y sensibiliza la superficie mediante materia y celajes, la factura ya no es plana sino de carácter más matizado, expresivo y gestual. (Véase Mantis religiosa). Los postulados geométricos van perdiendo fuerza a partir de 1977, momento en el que inicia la serie de la Malvarosa, en la que realiza una introspección de sus recuerdos de infancia y recupera la figuración, pero con marcada influencia lineal en la estructura de la figura y el fondo. En definitiva la etapa constructivista le coloca en las primeras líneas del arte valenciano, al mismo tiempo que será una constante la dualidad figuración-geometrización a lo largo de su carrera artística.

 

 

 

 

Javier Calvo, Itinerario en forma G, 1974 · Técnica mixta sobre lienzo, 50 x 50 cm. Cada lado

 

 

 

 

Como nota final, añadir que el interés por donar estas cinco obras de Javier Calvo a los fondos de la Universitat de València fue por motivo de una exposición realizada en el Centro Cultural de La Nau, Imaginary. Una mirada matemática, donde se expusieron obras pertenecientes a los fondos de la Universidad de coetáneos geómetras a Javier Calvo, pero con ausencia de éste, lo que llevó al artista a activar esta donación a la institución universitaria por su compromiso con la cultura.

 

 

 

 

Javier Calvo, Itinerario hacia en el otoño, 1974 · Técnica mixta sobre lienzo, 97 x 130 cm.

 

 

 

 

Javier Calvo desarrolla su etapa constructivista a finales de los años sesenta hasta la segunda mitad de los años setenta, heredando el impulso de acercamiento entre la sociedad cada vez más tecnológica y científica y el arte recluido en una visión muy alejada de la postmodernidad. Este auge de unión entre la cultura científico-técnica y la cultura artístico-literaria fue motivada entorno a la figura del crítico de arte valenciano Vicente Aguilera Cerni, que basándose en la psicología de la gestalt, creo en 1968 el grupo Antes del arte, que significó una experiencia metodológica y un modo de proceder en dar una explicación lógica y racional a la creación de la obra de arte. En ella los artistas colaboradores no perdían su propia libertad, pues no estaba cerrada a tendencias fijas y dogmatismos, sino que se abría el camino hacia una renovación necesaria de la obra de arte basada en modelos científicos, matemáticos y de cálculo. Javier Calvo tuvo puntuales encuentros con Antes del arte, por una parte en la exposición Antes del arte III. Serie Matemática, realizada en la mítica sala Eurocasa de Madrid en 1969, y por otra parte dentro del ciclo Arte y Ciencia, que tuvo lugar en Sevilla en 1970. Sus primeras obras geométricas de índole estructural, configuración simétrica y pureza plástica evolucionan hacia los llamados Itinerarios en los que experimenta con el ángulo quebrado en un elegante recorrido a veces cerrado y otras veces abierto, dando paso a su última etapa, en la que sensibiliza la superficie dejando ver distintos acabados en un lenguaje formal, pero a la vez subjetivo y poético. Todo ello lo consagra como una de las figuras más relevantes de la segunda generación de geómetras abstractos valencianos.

 

 

 

 

Javier Calvo, Tríptico móvil, 1973 · Técnica sintético sobre madera, 55 x 44 cm. Cada parte.