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Maestros del arte en el cartel

Cartel de la exposición

 

 

 

 

La colección de José Luís Rupérez constituye un conjunto de bellos e interesantes carteles que aspira a ser entendida como un mapa de las relaciones entre el arte y la publicidad gráfica, entre la pulsión de la belleza y las contingencias de lo funcional a lo largo de más de un siglo de “arte en la calle” elaborado por autores internacionales de primera fila.


Producida y organizada por la Obra Social de la Caja de Ahorros del Mediterráneo, la exposición “Maestros del Arte en el Cartel”, que se presenta en diferentes espacios expositivos del MUVIM y de la Universitat de València,  comienza con algunos affiches de finales del siglo XIX, la denominada “edad de oro” del cartel (Toulouse-Lautrec, Chéret, Steinlen, Mucha, Beardsley, Hardy, Bonnard, Riquer, Casas...) y acaba ayer mismo (Gordillo, Barceló, Mariné...), abarcando diferentes períodos y circunstancias a través de unos ciento setenta y cinco carteles elaborados por casi otros tantos artistas, lo que permite entender bien los grandes momentos del artel contemporáneo y su relación con los movimientos artísticos (Art Nouveau, cubismo, déco, surrealismo, pop-art...) Uno de los conceptos expositivos incide en lo que se conoce como affiche d’artiste; carteles en los que, más allá de su función publicitaria, destaca el prestigio otorgado por un autor de renombre no necesariamente relacionado con la comunicación gráfica, pero con la que establece una fructífera relación (Picasso, Braque, Matisse, Dufy, Chagall, Delaunay, Léger, Dalí, Calder, Lichtenstein, Rauschenberg, Wesselman, Chillida, Tàpies, Saura, Arroyo...) o influye claramente en ella (Magritte, Warhol, Hockney...)

 

Esta muestra de carteles tiene entre sus objetivos convertirse en una historia del arte contemporáneo dibujada en piedras litográficas, en pantallas de serigrafía y otros procedimientos de estampación, por artistas de primer orden fascinados por la difusión de sus imágenes mediante un soporte tan efímero como el papel. También recoge la obra de cartelistas en sentido estricto, la de aquellos que ejercieron la actividad gráfica y publicitaria como algo importante e incluso primordial, con una creatividad y un sentido artístico tan desbordante que su obra ha trascendido las iniciales funciones  persuasoras –sobre todo en el caso de la publicidad comercial- y se ha convertido también en un referente fundamentel del arte y del diseño del siglo XX (CaPpiello, Cassandre, Carlu, Colin, Loupot, Penagos, Ribas, Renau, Savignac, Prieto, Lenica, Folon, Glaser...)

 

Ante la calidad de los carteles y sus autores parece difícil acometer una síntesis de estos materiales, no ya sólo desde el punto de vista crítico sino incluso desde las mínimas exigencias didácticas de una exposición dirigida a un amplio público cada vez más interesado por la expresión gráfica y artística. Entre los distintos objetivos de esta muestra no hay que olvidar el que se propone transmitir una parte de la pasión que el coleccionista ha depositado tanto en la búsqueda y adquisición, como en la restauración de estas obras impresas sobre un soporte tan delicado como el papel. Todo para que el espectáculo que antes estuvo en las calles ahora llegue con su “afirmación de optimismo”, su potencia visual y su imaginación a nuestra mirada agradecida.

 

Esta muestra se presenta en La Nau ( Salas Thesaurus y Donación Martinez Guerricabeitia), Colegio Mayor Rector Peset (Sala de la Muralla) y el MUVIM.


En el MUVIM se presenta  la sección dedicada al Art Nouveau de la Colección José Luis Rupérez. Se trata de una selección de obras inscritas en el Art Nouveau y realizadas por destacados pioneros del arte gráfico: Jules Chéret, Maurice Tamagno, Pierre Puvis de Chavannes, Pierre Bonnard, Théophile-Alexandre Steintein, Alphonse Mucha, Dudley Hardy, Aubrey Beardsley, Miquel Utrillo, Alexandre de Riquer, Arturo Ballester, Leonetto Capiello y Adrià Gual, entre otros. Todos ellos prolongan la ruptura con todo el arte anterior –que subrayaría el cubismo. Y anunciarían, como en el caso de Kasimir Malevich y Oskar Kokoscha –también presentes en la selección-, las nuevas propuestas de vanguardia que se afianzarían tras la I Guerra Mundial.


En el Colegio Mayor Rector Peset  se ofrece una selección de carteles –procedentes de la Colección José Luis Rupérez- relacionados con las corrientes de vanguardia y con el arte publicitario que derivó de los planteamientos gráficos de las mismas. Se trata de obras, realizadas en el periodo de entreguerras, cuando se intentó conciliar la figuración con la abstracción geométrica derivada del cubismo y con la tipografía innovadora; una fórmula que, en cierta manera, fue uno de los intentos más serios por llevar el arte moderno al gran público. Como se ha escrito, en esa época, la de la mecanización del diseño, el cartel se convirtió en “una máquina de anunciar”, en parte del espectáculo visual y sonoro que ofrecieron las principales capitales del mundo. Se puede decir que, también en ese momento, comenzó a perfilarse la figura y funciones del diseñador. Uno de ellos, Cassandre, escribió al respecto: “La pintura es un fin en sí misma. El cartel es sólo un medio para un fin, un medio de comunicación entre el comerciante y el público, algo así como el telégrafo. El diseñador de carteles tiene el mismo papel que el funcionario de telégrafos: él no inicia las noticias, simplemente las transmite”.


En La Nau  (Salas Thesaurus y Donación Martinez Guerricabeitia)  se presentan carteles producidos desde el inicio de la Segunda Guerra Mundial a la actualidad. Son obras –también procedentes de la Colección José Luis Rupérez- que abarcan un amplio y complejo periodo de la historia del cartel. Es decir, desde el instante que la imagen sobre el papel se vio obligada por las circunstancias de la contienda a dejar a un lado la publicidad de consumo, para centrarse en alertar y aconsejar al personal civil, hasta las últimas tendencias muy relacionadas con las formulaciones del arte contemporáneo. Tras el conflicto bélico mundial – que destrozó la utopía de las vanguardias-, el arte gráfico volvió a incidir, de manera ostensible en los años cincuenta, en el entramado comercial. En consecuencia, ese cambio de clima, transformó a su vez el lenguaje gráfico y se utilizaron en muchas ocasiones estilos figurativos de carácter caricaturesco. Al margen de ese arte comercial se revitalizaron poco a poco, notablemente a partir de los años sesenta, las propuestas relacionadas con las tendencias plásticas renovadoras, sobre todo con el pop-art, una corriente internacional que, aún hoy, deja sentir su influencia. También resurgió el diseño gráfico comprometido políticamente que en algunos momentos –como la guerra de Vietnam o Mayo del 68- subrayó su presencia. En las últimas décadas, el universo del cartel gravita en torno a las formulaciones de otras vertientes artísticas, en las que la fotografía y los nuevos tratamientos tecnológicos de la imagen tienen una poderosa presencia.